Cap 20

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Mierda

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Mierda.

Mierda.

Mierda.

¿En serio tiene que pasarme esto a mi?.

Alexander dormía muy cómodamente en mi cama mientras yo no sabia que hacer. Por suerte de la vida mis padres llamaron diciendo que no llegarían hasta mañana - por razones que desconozco- y Dylan dormiría con la abuela mientras que mama dijo que llamara a Mel (obvio, no lo hice). Anthony me hizo jurarle que cuidaría a su amigo pero luego recordó que el idiota aquí era Alex y me dijo que si se alocaba que le pegara con lo primero que encontraba y le dije que lo podía dar por hecho.

Realmente no se porque permití que se quedara, despues de haberme lastimado tanto e ignorar como si nada el hecho de que lo amo, pero ahí esta, mas claro que el agua, lo deje en mi casa porque aun permanece en mi mente como un tatto, lo duche porque me enojaba el hecho de que beba sin control y no quería que tuviera esa peste encima y permito que duerma como un niño pequeño en Mi cama porque a pensar de todo haría lo que sea por el, porque sobre todo el daño que me ha causado lo amo con mi maldita vida.

Desde el primer día que lo conocí justamente tres días despues del nacimiento de Dylan no lo he podido sacar de mi mente, aunque solo era una pequeña no podía dejar de pensar en el día en el que el y yo fuéramos como mis padres. El día en que mi madre nos dijo que la tía Alice vendría a vivir a este país todos estábamos contentos pero fui claramente feliz cuando también Alex vino en el paquete.

Lo miraba de lejos, en las reuniones familiares yo siempre me ocultaba para mirarle sin ser descubierta. Los momentos que mas me gustaban eran cuando el se despedía de mi, ese beso en la mejilla causaba todo un zoológico en mi y me llevaba al punto de sonrojarme y ocultar mi rostro detrás del flequillo que poseía hace unos años.

Y ahí estaba yo y con Chester que dormía en mis pies, como una autentica masoquista mirándole dormir e imaginándome lo que hubiese pasado entre el y yo si las cosas fueran diferentes. El no me ama y nunca lo hará. 

Mis ojos se encuentran nublados por lagrimas que gritan salir y les cedo el paso. Un nudo enorme se forma en mi garganta porque deseo gritar pero se que no es debido, quien se ilusiono fui yo, el nunca me dio ningún tipo de esperanza, yo sólita me enamore.

Y duele.

Como el infierno que duele.

Lo noto removerse y con rapidez seco mis lagrimas. Me incorporo del estante donde estaba recostada y camino hacia la salida de mi habitación pero su voz me detiene.

-no te vayas- paro justo a un paso de salir y cierro los ojos.- Necesito hablarte, Elaine.

No se si ignorarlo porque puede que aun siga envenenado pero no me muevo ni digo nada, ademas  su voz suena normal.

-por favor- en su voz hay suplica y al voltearme a verle la hay también en su rostro- Elaine...

-que sea pronto Alex, una vez termines de hablar quiero que te marches.- el asiente y yo doy algunos pasos hasta la cama, el se levanta y maldigo el haberlo dejado solo en bóxer pero me obligo a mirarle a los ojos.

-¿estabas llorando?- pregunta mientras intenta llevar una mano a mi rostro pero se la aparto con sutileza.

-eso no tiene que ver...- digo pero me interrumpe.

-si, tiene que ver y mucho, y mas  cuando lo hacías por mi- su respiración se vuelve ligeramente pesada y puedo decir que esta casi enojado.- Quiero que me perdones. Necesito que lo hagas.

-si, como si fuera tan fa...

-¡déjame terminar!- que medio grita y veo con Chester sale de la habitación como dándonos nuestro espacio. Perro traicionero.- Me cerré al amor Elaine porque fui desplazado, una vez me enamore como loco y me dejaron sin ningún tipo de explicación y es algo que me asegure que no volvería a pasar, no quería volver a sufrir.  Vine a este país porque quería dejar eso atrás. Nunca quise hacerte sentir mal, te lo juro, pero tenia miedo Elaine. Me negué y busque mil  excusas para no estar junto a ti. ¿Crees que no veía como de mas adolescente me mirabas desde los escondites mas estúpidos? ¿o como te sonrojabas cuando te decía hasta la cagada mas grande? Lo hacia pequeña pero me negaba a aceptarlo porque no quería caer en ese estúpido juego del amor.

*Pero me he dado cuenta del gran error que he cometido al dejarte ir, de verdad lo siento Elaine. Hasta ahora me doy cuenta de que siempre te quise y mi puto miedo me llevara a perderte por completo. Te quiero pequeña, de verdad que lo hago. - Las lagrimas salían sin control de mis ojos y no se definir como realmente me siento en este momento, en este momento en el que de la única persona que me he enamorada me acaba de confesar que me quería me mira de una manera única, diferente.

-no es sencillo, Alex- le digo mirándolo a los ojos.- ¿Sabes tu todas las noches que he llorado hasta quedarme dormida?- el cierra sus ojos tan fuerte como si lo que le digo le estuviera doliendo.- ¿Todas las veces que el apetito se me ha ido cuando escucho tu nombre ser nombrado?- vuelvo a decirle y mi voz se quiebra.- ¡NO TIENES UNA PUTA IDEA!. Pero aun así nunca pude dejar de quererte, de llevarte a cada maldito instante en mi cabeza. No se si lo recuerdas- una pequeña sonrisa se escapa de mis labios al recordar- pero hoy cuando tocaste mi puerta me besaste y juro por Dios que sentí como una corriente me atravesara completa, pero luego me doy cuenta de que estas borracho y todo se esfuma.- vuelve a sonreír amargamente.

-yo también lo recuerdo Elaine, ese beso como todos los demás que te di fueron como estar en el paraíso.- Muero.-  Y no quisiera nada mas en esta vida que no fuera el poder besarte todos los días de mi jodida vida.- Lo miro y de verdad no encuentro la manera de negarle. Todo en el es hermoso y sus palabras de perdón me llevan a recordar cuanto lo quiero y cuantas veces soñé con esta declaración. Y también me lleva a besarle.

El corresponde mi beso con fuerza y me hace envolver las piernas alrededor de sus caderas mientras el se sienta conmigo a horcajadas. Es el mejor beso de mi vida.

El se acaba de convertir en lo mejor de mi vida.

Amo a Alex y todo lo que venga con el incluido.

Cautivando a AlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora