Capítulo 95.

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1 de Septiembre.

"Aún recuerdo su perfume.

El aroma de su pelo recién lavado.

Esa extraña risa que le daba cuando reía demasiado y que luego le producía hipo.

El tacto de sus labios besándome y su voz pronunciando mi nombre.

Creo que, después de todo, aún la sigo amando. Y aún no he decidido si es bueno o malo.

Hoy la veré, y espero que mi duda quede resuelta."

Connor cierra su diario. Sí, su diario. ¿Un chico de 18 años con un diario? Pues sí. Un mes y varias semanas después de discutir con Beth decidió llevar uno. Necesitaba contar lo que sería a alguien o iba a caer en depresión. Puede sonar tonto, pero lo necesita. Se siente bien con cada palabra que escribe.

No tiene a nadie a quien contárselo. Todos se lo contarían a alguien más, simplemente porque tienen pareja, o porque últimamente beben más. En cambio, su diario permanece callado.

Guarda el diario en el cajón de la ropa interior.

Se mira al espejo y suspira.

Lleva todo el pelo para abajo y despeinado, no tiene ánimos para hacer nada.

Se quita el pijama y se pone un chandal negro. En los pies sus Converse negras, sucias, como debe ser en estos zapatos. En su opinión, cuanto más sucias estén más bonitas. Esta también era la forma de pensar de ella... Beth.

La puerta del cuarto se abre. Tris entra.

-¿Estás bien?

Connor se frota el ojo derecho con la mano.

-Sí, con un poco de sueño, pero bien.

-Con... no tienes que hacer esto...

-Llevo mucho tiempo huyendo de ella. Tengo que dejar de ser un cobarde.

Tris se encoge de hombros.

-Como quieras, nadie te obliga... Pero si vienes te quitas esa ropa y te pones unos vaqueros y una camiseta chula. Las Converse me gustan, no te las quites.

Su amigo le guiña el ojo izquierdo y sale, pero su camiseta de leopardo se engancha con el pomo de la puerta.

Tris suelta una maldición y cierra la puerta sonriendo a Connor.

Connor aparca la moto, no quería ir con los demás. No quiere ponerlos incómodos. No es tonto, sabe que temen que se pueda liar.

Entra en el restaurante. El italiano que tanto le gusta a Karou y a James.

Beth está sentada presidiendo la mesa. El otro sitio es justo en frente de ella.

Saluda en general, sin mirar a nadie, mientras se sienta.

Inés está a su izquierda, Tris a su derecha.

El camarero viene.

Todos piden su comida. Todos pizza. Todos menos Brad y él. Dos Lasañas.

-Os vais a comer a mi gato. -dice James.

-Tu gato es subnormal. ¡El otro día me arañó! -protesta Brad.

Connor pierde el interés en la conversación. Come pan. Intenta evitar mirar a Beth.

Entonces se siente observado. Levanta la cabeza. Esos ojos gris humo...

Ninguno de los dos aparta la vista. Es un reto... No, están distraídos por los recuerdos.

A Connor le pasan como a una película a cámara rápida. Uno detrás de otro. Sin pausa.

Siente el impulso de irse, pero no lo hace. No debe.

Una voz femenina le saca de sus pensamientos.

-¿Me dejas pasar?

Connor se gira.

Es una chica con el pelo corto a lo Miley Cyrus, pero en castaño oscuro. Tiene pendiente en la nariz que le recuerda al de las vacas o los toros, pero en esa chica sienta bien. Es como si fuese una parte más de ese rostro.

Tiene unos enormes ojos café.

Viste con una camisa de leñador abierta que deja al descubierto una camiseta negra, unos vaqueros con un gran roto en ambas rodillas y unas converse aún más sucias que las suyas, aún más bonitas.

Connor se levanta de la silla para dejarla pasar.

-Adelante.

La chica sonríe.

Lleva los labios pintados de rojo y los ojos con una sombra ahumada y el filo de los ojos perfilado de negro.

-Muchas gracias, caballero. -dice con una sonrisa burlona.

Pasa y se sienta en la mesa de al lado, en la que está una chica que parece sacada de una película de princesas Disney, seguramente Aurora, de La Bella Durmiente. Son el día y la noche.

Vuelve a sentarse. Nota que Beth está irritada. La conoce lo suficiente. Pero... ¿Por qué? No ha hecho nada malo, sólo ha dejado pasar a la chica. ¿A caso está mal eso? No, no está mal. Es todo lo contrario.

La comida se le hace aburrida. No quiere participar, simplemente no quiere que Beth sepa nada de su vida. No son amigos. No son nada.

Otra vez la voz de la chica. Su amiga ya no está.

-Otra vez necesito paso.

Guiña.

Connor se levanta y la vuelve a dejar pasar.

-Te veo aburrido... ¿Vienes conmigo a fuera, caballero? Necesito ayuda para una foto.

Connor se encoge de hombros.

-El caballero está a su disposición. -se gira hacia sus amigos. Alza la voz.- Me voy un rato a fuera.

-Necesito que me enciendas el cigarro y yo de mientras haré una foto en la que salga tu mano, el mechero, la llama y mi cigarro en mi boca. si se ve que soy yo mejor. Por cierto, soy Ainhoa.

-Yo Connor.

-Ya decía que le sonaba tu cara y que la gente te miraba mucho, bueno, y a los del resto de tu grupo. A tu mesa en general. Bueno... ¿Listo?

-Listo.

Ainhoa posa el cigarro entre sus labios.

-Ime ji she ve- dice como puede, intenta mantener la postura.

-Perfecto.

-Uando te pishe enhiende

Y el pisotón llega. Es muy suave.

Connor enciende el mechero, escucha varios disparos de la Réflex.

Ainhoa mira su cigarro todo el tiempo.

Cuando la cámara lo emite más sonidos se incorpora y mira las fotos.

-Ven a verlas.-aspira su cigarro.

-Hostia, mola.

-Cuando le ponga un filtro fliparás.

-La tercera es la mejor.

-Ajá. Es el momento justo.

Ainhoa guarda la cámara en su bolso negro imitando a cuero.

-Muchas gracias.

Coge un rotulador permanente de su bolso. Lo destapa. Pone un número de teléfono en la parte interior del brazo del chico.

Tapa el rotulador y se va. Sube en una Harley.

Connor se mira el brazo y sonríe.

Su sonrisa no dura mucho.

-Es guapa.

-Beth...-murmura casi inaudible.

La chica sonríe amargamente. Connor observa como los ojos se le enrojecen. Sale corriendo. No la persigue. Ella lo usó mientras el la seguía.

Sin amor a la fama (The Vamps)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora