Solo una oportunidad

33.6K 1K 238
                                    


Esa mañana aquella chica de cabello azabache se movía entre la sabanas de la blanquecina cama que, ante cualquier pronóstico, sabia era suya. El sol comenzaba a pegarle a los ojos, eso le incomodo.

Intento taparse la cara con un brazo, en un vano intento de intentar que la luz irritara sus ojos, pero resulto inútil. Se giro como nueva estrategia, quizas darle la espalda a lo que la molestaba sería la mejor opción, parpadeando levemente, intentando que la ensegadora luz no quemará sus orbes,  topándose con un algo. Mejor dicho con alguien.

Un joven se encontraba plácidamente dormido a su lado. Sus cabellos dorados tapaban gradualmente su rostro,mientras que las sabanas solo tapaban un poco su torso desnudo.

Sonrió, esto debía ser un sueño. El chico con el que había tenido el crush mas grande en la escuela ¡se encontraba ahí!

Su mente empezaba a recordar las cosas que habían sucedido la noche anterior.

Una charla, o mejor dicho discusión provocada por una escena de celos.

—¡Marinette! — Le reprochaba cierto Gato rubio.

—¡¿Que es lo que quieres Chat noir ?! — vocifero la chica mientras caminaba rápidamente.

—Perdona yo...

— ¿Tú...? ¿Tu qué ?! —grito enojada mientras se giraba para verlo de frente —¡Tú no tienes ningún derecho! —recrimino.

— Yo lo siento, no... — hablaba nervioso — No debí...

—¡No! ¡No debiste! ¿Quién te crees para secuestrarme así?

— ¡Ese imbécil quería besarte!

—¡Nathaniel no es ningún imbécil! ¡tú eres el imbécil! — Comenzó su andar de nuevo a casa, el chico simplemente la seguía.

-—¿Por qué lo defiendes? —Se detuvo en seco, la muchacha lo miro.

Él estaba ahí parado, esperando una respuesta. La nieve comenzó a caer dándole una imagen de nostalgia al joven.

Si, ella lo quería, pero creía que su relación no tenía futuro, el amaba a Ladybug no a Marinette, eso lastimaba su corazón.

—¿Lo amas?— esa palabra la sorprendió, inconscientemente negó con la cabeza.

Aquel chiquillo llego velozmente hasta ella quedando a pocos centímetros.

—¿ Entonces? —Susurro— Dime..Por favor. . . — Se acercaba peligrosamente. Marinette no se movía.

¿Todo eso estaría bien? Se suponía que tenia una relación con aquel joven pelirrojo. Y estaba segura que lo quería, ¿entonces  porque aquel gato le atraía?

Fue cuestión de tiempo antes de que la besase, sin quererlo lo abrazo por el cuello, y su acompañante la tomo de la cintura.

A cada momento la intensidad subía, ella sabia perdía la cordura, el sabia quería hacerla suya. Ambos deseaban al otro, ¿Porque ocultarlo entonces?

Tal vez era lo mejor. Tal vez no eran lo suficientemente valientes para admitirlo.

Pero en ese momento no importo, hasta que un poco de cordura apareció en la muchacha, quien se separó y corrió a su casa.

Corrió sin mirar a atrás, corrió hasta llegar a su hogar, sus padres no estaba y agradecía no tener que explicar nada.

Se quito el abrigo y lo aventó a uno de los sillones. Subió a su cuarto solo para encontrarlo a él.

—¿Que haces aqui?

— Marinette... —la miro suplicante— Por favor dime...¿Dime que sientes por mi?

Estaba en shock. que es lo que haría. Sabia que eso terminaría mal.

—Yo...

—¿ Tú ...? —Chat se acercaba de nueva cuenta y Marinette retrocedía, un escalofrío recorrió su cuerpo, había llegado a la pared, y esa no era una buena señal.

Aquel niño la alcanzo, y con una de sus manos acaricio su rostro. Esa fina piel, y esos pequeños y carnosos labios. El siempre lo supo, supo quien era ella, su bichito, ¡su princesa!.

— Marinette por favor...— suplico una ultima ves.  Sí, sabia quien era ella y se lamentaba lo malo que había sido, por su culpa estaba con el pelirrojo.

—Chat...—sintió como sus respiraciones se mezclaban, la beso de nuevo. Ella no lo impidió.

El la tomo de la cintura y la atrajo a su cuerpo. Marinette lo abrazo del cuello, sabia que estaba mal, sabia que podría arrepentirse después, pero sus impulsos podían mas.

La deseaba, necesitaba sentir su piel, y sentir como entraba y salia de ella.

El impulso y el deseo eran dos aliados que podían volverse enemigos.

No les importo. La pasión los cegaba completamente. Tal vez la necesidad de que ella entendiera que era suya y que nadie la amaba como el, era motivo suficiente para continuar.

Ella necesitaba sentirse amada, amada por se quien era, no por ser lo que hacia.

Si, pudieron detenerse, pudieron haber hecho de cuentas que nada paso.

No eran conscientes de que hacían. Cuando menos ella no sabia en que momento termino en su cama con el rubio encima.

Los besos en su cuello la estremecían, mordía su labio en un vano intento de contener los sonidos que amenazaban con salir. El retorno de la salvación había quedado atrás. ¿Pero quien dijo que querían ser salvados?

Un pitido se hizo presente en la habitación. Ambos chicos miraron el anillo que poseía el rubio.

— Creo que tendré que irme princesa— menciono con algo de decepción en su voz.

La beso una ultima vez, para después levantarse. Pero algo se lo impedía. Algo tenia sujeto a uno de sus brazos.

—Por... Por favor— Mencionaba tímidamente, el rubio la miro sorprendido. ¿Acaso escuchaba bien? ¿Le pedía que se quedara?

—Princesa... ¿Estas segura?

—Prometo cubrir mis ojos si es lo que quieres —pronuncio segura de si —So...solo quédate.

Aquel rubio sintió como su cara se sonrojaba. No estaba seguro, muchas emociones invadieron su cuerpo. La joven estaba diferente, ni siquiera sabia por que había dicho eso.

Ambos se deseaba, y ese deseo podría traerles problemas.

El pitido se dejo escuchar de nuevo, entonces la magia de cenicienta acabo. La transformación se iba y daba paso a otro chico rubio muy diferente al primero.

Los ojos azules de la muchacha brillaron de sorpresa ¿Acaso miraba bien?

—¿A...Adrien?— musitó incrédula.
Aquel que tanto amo estaba sobre ella. ¿Que estaba pasando?

— Por favor Marinette—susurro, su voz amenazaba con quebrarse— Solo dame una oportunidad.

Su mente no procesaba nada. En parte ella ya imaginaba quien era "Gran superhero" Chat noir. Pero entonces porque había declinado de sus sentimientos esa vez.

Él chico la miraba, ¿estaría decepcionada? El no recibir respuesta lo estaba atormentando.

Sus ojos se abrieron a mas no poder al sentir unos cálidos labios sobre los suyos.

— Solo una—Marinette menciono con un ligero sonrojo

La sonrisa en Adrien se hizo notar, la alegría lo inundaba.

— No te arrepentirás ¡Lo prometo! — Tomo su rostro proporcionándole besos en toda el área, terminando en los labios.

Si todo lo siguiente a eso le hacia sonrojarse, seguía mirando al chico dormido ¿Que pasaría ahora que ninguno negaba lo que sentía?

Solo sígueme [Marinette x Adrien/Chat Noir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora