El receso había terminado, Marinette llego corriendo a clase, pidió disculpas a la profesora, quien dudosa la dejo entrar.La azabache subió a tomar asiento junto a su castaña amiga quien la miraba intrigada.
-¿Chica Donde andabas?- cuestiono al verla llegar agitada y roja, suponía que por correr de quien sabe donde para llegar a clase.
La azabache no respondió, miro a todos lados desconcertada. Alya solo la miraba.
- Y...¿Nathaniel? - susurro, parpadeo un par de veces mirando a su acompañante, quien solo se cruzo de brazos y negó con la cabeza.
- Salio a buscarte- pronuncio sería - Primero le pregunto a Nino sobre Adrien, pero el tampoco sabia donde estaba- miro a la puerta, donde el rubio iba llegando en las mismas condiciones que la azabache, quien también miro en esa dirección.
- Joven Agreste ¿Podría decirme de donde viene? - Refutó la Profesora con un tono serio, que las chicas jurarían tenia un poco de enojo.
- Vengo del Baño, no me sentía bien y fui a poner orden a unos asuntos - Recito mirando a la profesora, para después desviar la mirada al fondo del salón de clases.
Dupain-cheng sintió como un escalofrío recorría su cuerpo. Ella sabia muy bien a que se refería con orden y asuntos.
La mujer permitió de mala manera que el rubio entrara a clase y tomara asiento junto a su moreno amigo, camino el pequeño pasillo y una vez llegado a su lugar, miro a la chica, dedicándole una sonrisa.
Se tenso.
El rubio soltó una risilla, el sabia lo que había provocado.
Ella sabia Tendría una larga semana. Suspiro pesadamente recordando lo que había pasado hace algunos momentos.
La azabache no daba crédito a lo que el Agreste decía. ¿Se había vuelto loco?
¿ O ella era la loca?-¿Que dices bichito? -susurro en su oído.
Solo veía a un rubio sonriendo pícaramente, sonrisa que estaba sobre un rostro rojo por la actividad física y el placer.
- Mira, ya te dije que esta en una sesión, su padre es muy exigente...
- ¿Entonces donde esta ella?
Las voces seguían discutiendo.
La chica intentaba regular su respiración. Las Palabras del rubio resonaban en su cabeza.
¿Una apuesta? Realmente el estaba loco. El chico beso su cuello, ella estremeció.
Sin duda aquel rubio quería que aceptara su proposición: El primero en hacer ruido pierde, cumplir los caprichos del otro el castigo.
Ya estaban en suficiente líos como para jugar al vivo mas tiempo. Y ella no lo permitiría. O eso creía.
Sintió como el cuerpo del chico se movía nuevamente. Embestidas lentas y suaves.
La azabache comenzó a estremecerse otra vez. Iba a matarlo cuando salieran de esa, eso era mas que un hecho.
- ¿Y bien? - pregunto con ronca voz, en un casi susurro. Solo había algo seguro. Ella perdería la apuesta.
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Solo sígueme [Marinette x Adrien/Chat Noir]
Fanfic(+18) Por mas que se evite, los deseos siempre salen a flote. Pensamientos y acciones cargados de pecados y mentiras. Mas si estos son empujado por la lujuria. Por que al final solo sera un secreto. Su secreto... ¿Pero cuanto podrá durar ante...