Aliados.

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-¿Marinette?- musitó la castaña al mirar a su amiga perdida en la vista del ventanal del salón de clases. Ya llevaba todo el día de esa manera. Todo era gracias al joven modelo. Quien hace un par de días había dicho que se encontraba enamorado.

Pero no de ella...

Suspiro con pesadez. Un suave susurro atrajo de nuevo su atención a la realidad.

- ¿Crees que hice bien en aceptar a Nathaniel?- Musito tristemente, y con la mirada baja.

- Amiga... Yo creo que mientras tu estés bien todo estará bien -susurro la castaña quien le sonreía levemente. La joven azabache giro a ver a la morena. Los ojos llorosos y rojos de la joven Dupain miraron a la chica con lentes, quien sin duda se sorprendió al mirar a su mejor amiga en ese estado.

Aquellos orbes azules, que siempre irradiaban alegría y que en ocasiones podrían mostrar lo despistada y nerviosa que podía ser, Ahora, La tristeza se reflejaba en ellos.

Cèsiare suspiro y tomo el hombro de aquella chica, en un vago intento de transmitirle confianza. Decirle que todo estaría bien, y el dolor pronto pasaría.

Marinette sonrió débilmente a la vez que se limpiaba la cara con la palma de sus manos. No quería que su ahora novio, la mirara en ese estado.

Ambas salieron del salón y bajaron al patio, encontrándose con aquel joven y pelirrojo artista en la entrada. El par de amigas lo saludaron a la vez que alguien mas los miraba con rabia desde uno de los pasillos, al tiempo que le decían: Tranquilo chico, tu le dijiste que querías a otra..

Y era verdad. Para el menor de los Agreste, solo le quedaba mirar y callar.

Porque para ninguno de aquellos jóvenes, los que nunca llegaron a imaginar como todo eso traería desgracias. Y mucho menos que las cosas tornarían el rumbo que llevaban.

Todo hace Tres meses antes del maldito secuestro... *

...

Una chica en traje rojo, saltaba de tejado en tejado. La oscuridad de la joven noche la ayudaba a pasar desapercibida. Su velocidad era lenta, como si disfrutara del recorrido.

No paso mucho tiempo antes de que llegara a su destino. Una especie de bodega grande que se encontraba casi en el centro de la ciudad. Sonrió levemente a la vez que bajaba del techo del edificio continuo, camino a la puerta y se coló en el lugar.

Todo se encontraba a oscuras, lleno de pinturas, bastidores y demás materiales de arte. Aquella joven curioseaba por todos lado un tanto sorprendida por la gran cantidad de pinturas y bocetos. Que en su mayoría solo eran de una persona.  Ladybug.

- ¡GENIAL! ¿Porque tenia que olvidar mis Pinceles?- se escucho una queja fuera del lugar. La chica rápidamente se escondió, y la puerta se abrió dando paso a la silueta de un hombre.

Prendió la luz y entro. Aquella de traje rojo, lo observaba desde atrás de unas cajas de gran tamaño.

El muchacho, quien tenia el cabello de color castaño y recogido en una coleta buscaba por diferentes lugares, sin éxito. Por su parte, en el rostro de aquella muchacha, la silueta de una morada mariposa se dejaba observar. A la vez que con voz ronca y gruesa le mencionaba "A él es a quien buscamos su nombre es..."

Solo sígueme [Marinette x Adrien/Chat Noir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora