Capitulo 18: No quiero perderte...

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Era sábado por la mañana, el mayor había salido a entrenar pero no tardaría en regresar a la casa, Shirou se encontraba en una pequeña mesa con dos libros abiertos que por juzgar su apariencia eran de Goenji


―esto es bastante complicado pero sé que lo hará bien―se repitió al cerrar un libro


Goenji se estaba esforzando mucho para poder seguir adelante en la carrera y aun así seguir jugando al fútbol, de alguna manera Fubuki le seguía el paso, con la escuela y aquella enfermedad que lo aquejaba parecía estar de lado ya que la linda sonrisa del chico nunca se había desvanecido.


Shirou recordaba aquellos buenos momentos, su vida estaba cambiando y él sabía que podía acabar en cualquier momento, aquellos días en Raimon, el equipo Cerezo Osaka en la primera y luego el Sapporo en la segunda división japonesa portando aquel número 9 que lo distinguió en la selección campeona del mundo, no cambiaba ningún momento de aquella competición ya que sabía que había dado todo y lo más importante siempre estuvo al lado de Goenji, la graduación, aquel viaje a Paris y ahora su estancia en Inglaterra lo hacían la persona más feliz, una presión hizo tocarse el pecho, al principio pensó que era por recordar aquello pero pronto se dio cuenta de que no era así, corrió al cajón y tomo un frasco con pastillas de donde apuradamente tomo una y con rapidez salió del departamento, tomó su celular y mando un mensaje


"Voy rumbo al hospital no me siento muy bien, no te preocupes, no es grave"


Afortunadamente el delantero ya se encontraba a la salida de Melwood y se apresuro a tomar un taxi, estaba desesperado, las palabras del doctor habían sido muy claras acerca de una segunda llegada del chico al hospital pero no quería pensar en eso, afuera llovía, desde hacía días que el clima estaba así, el taxi paro y casi de inmediato llegó a recepción en donde preguntó por el chico


―lo atienden ahora, es preciso que espere señor

―de acuerdo―intenté calmarme


Media hora después ahí estaba, en la sala de espera de aquel hospital, nervioso sin poder hacer nada, me sentía tan impotente que algunas lágrimas intentaban salir.


― ¿Familiares de Fubuki Shirou?

―soy yo―contesté rápidamente poniéndome de pie― ¿Cómo está?

―lamentablemente muy mal, esperemos que pueda salir de esta pero sinceramente se ve muy complicado

― ¿Puedo verlo? ―pregunté

―por el momento no, esperemos 2 horas y podrá entrar


Me senté en el piso, no sabía ni que pensar, quería verlo pero tenía miedo, él era lo más importante para mí y no quería perderlo, no de esa manera, pensamientos extraños pasaban por mi mente, los peores escenarios que alguno se pueda imaginar y con eso paso el tiempo, sin notarlo ya era más de la hora que había dicho el doctor.


―joven, ya puede pasar a verlo―anunció el doctor―es la habitación 104


Aceleré el paso, abrí la puerta y lo mire, el menor dormía tranquilamente en esa cama de hospital, me acerque y me senté en una silla aun lado de la cama, tome su mano y agache su cabeza soltando por fin lagrimas.


―no llores―se escuchó débilmente de Shirou―que pierdes el encanto

―no bromes, no deberías hablar―dije secándome las lagrimas―el doctor dijo que...

―no quiero saber lo que dijo el doctor―me interrumpió

― ¿Por qué? ―pregunté levantando mi rostro para verlo

―por que ya se lo que dijo

―debes cuidarte Fubuki, este es el último anuncio

―lo sé pero que quede claro que ahora yo no tuve la culpa, maldito clima, supongo que tendré que ver el partido en la televisión―sonrió mientras me tomaba la mano―ahora debes irte, el partido será temprano ¿No?

―El partido no importa, me quedare contigo

―tú no puedes hacer eso―replicó―el equipo cuenta contigo

―soy suplente no creo que mi ausencia les afecte es mas voy a llamar ahora para que busquen un remplazo―dije sacando mi celular―tú eres lo más importante para mí, lo demás puede esperar

― ¡NO LO HAGAS! ―gritó levantándose un poco

―No te muevas―exclamé

―yo cuento contigo―añadió entre lágrimas―quiero que vayas, yo estaré bien, tú me hiciste una promesa

―eso no lo sabes, yo quiero estar aquí por si algo malo pasa

―nada de eso pasara, amas jugar fútbol, yo también lo amo así que quiero que hagas esto, esta es una gran oportunidad, quiero que me dediques el gol

―no sigas ya con eso―bajé la cabeza

―seguiré pidiéndotelo, estoy enfermo Goenji, quizá no pueda verte alguna otra vez y los dos lo sabemos

―no pienses eso

―es una realidad, si no puedes hacerlo por ti entonces quiero que lo hagas por mi―sonrió levemente―por favor

―quiero estar contigo Shirou

―y lo estaremos pero quiero que hagas esto por mi ¿Puedes?


Yo simplemente bajé la mirada


―oye Shuuya estoy bien―sonrió―solo fue un susto, uno más, pero estoy bien ¿Puedes confiar en mí?

―Te amo Shirou―dije mientras unas cuantas lagrimas volvían a recorrer mis mejillas―tú eres lo más importante para mí, desde que te conocí fuiste pieza clave en lo que soy ahora, sin ti no habría podido conseguir ninguna de las cosas que he llegado a hacer hasta ahora, tengo miedo por ti, me preocupa dejarte solo, quiero siempre estar a tu lado, ese es mi más grande sueño

―pero Goenji―sonrió―eso no es un sueño, yo siempre voy a estar a tu lado aunque no quieras.


Con esas palabras volví a casa, me recosté en la cama y cerré los ojos, no podía dormir pero lo intente una y otra vez hasta que finalmente lo conseguí, había hecho una promesa y no iba a romperla.  

El sueño de un campeónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora