Capitulo 19: Nunca caminaras solo

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6:30 de la mañana del domingo 6 de marzo, hoy es un día muy especial para mí, tomé el camión que me llevaría a aquel estadio, aquel con el que siempre había soñado, en el que no solo mis sueños se harían realidad, ahí me encontraba admirando por la ventanilla el camino hacia Liverpool intentando controlar los nervios, debía hacerlo por él, recordaba cuando lo conocí, su rostro, el verle me alegraba, todas las mañanas su sonrisa alegraba los entrenamientos, las risas predominaban y la felicidad era más que obvia.

Pequeñas gotas caían por la ventanilla del autobús sacándome aquellos pensamientos, sin darme cuenta habíamos llegado a Liverpool.


Los suplentes caminaban hacia la cancha, "Esto es Anfield" leí de lejos y apoyando la costumbre subí mi mano para tocarlo pidiendo con ello tener suerte, aun dentro del túnel se escuchaban esas voces haciéndose cada vez más fuertes y aquella luz se vislumbraba cada vez más cerca y vaya sorpresa al salir, me encontraba ante un estadio completamente lleno y con aquellos aficionados que apoyaban más que nadie a su equipo, era la primera vez que veía algo así, los cantos, los colores, nunca, ni en aquel estadio Nagai cuando jugaba en Osaka en donde nunca llego a llenarse ni cuando fuimos campeones y es que este era un juego importante ya que el rival no era otro más que el Manchester United, aquel acérrimo rival puntero en la Premier League del cual se encontraban a 2 puntos, si, una victoria nos convertía en lideres generales y a pocos juegos de terminar la liga algo que garantizaba pelear fuertemente por el título.


El partido comenzaba en ese instante, aquellos 90 minutos significaban todo para el equipo Rojo sabían que esta era una oportunidad inmejorable para rebasar a los visitantes esta vez vestidos de negro.


Minuto 32 fue la locura en el estadio, el goleador del equipo, el numero 7 de cabeza en un tiro libre ponía el 1-0 que hacia gritar al estadio entero, gritos que fueron apagados 6 minutos después con un zurdazo del 10 de los diablos rojos quien empataba el juego, después al 41 el mismo 10 convertiría el 2-1 y cuando parecía que terminaba el primer tiempo en exactamente el minuto 44 desde fuera del área y completando un Hat-Trick apagaba casi por completo las ilusiones de los aficionados, el medio tiempo fue difícil sin duda alguna era un partido que no se podía perder. 


Minuto 67 y base de un penal clarísimo Liverpool acortaba la distancia a tan solo 2-3, con tan solo 25 minutos por jugar ante un equipo que se defendía como nadie el entrenador mando a calentar a toda la banca


―Goenji alístate, vas a entrar―se escuchó del entrenador

―espera―le interrumpió un auxiliar―te llaman por teléfono―dijo dándome el teléfono con el que en ocasiones se comunicaban con los altos mandos desde los palcos.

― ¿Hola? ―contesté

―Goenji, acaban de llamar del hospital―se quedó cayado por un momento―lo siento


Me quedé callado con el teléfono en mano sin poder moverme


―puedes retirarte si quieres, entiendo tu situación―me dijo

―si me lo permite―interrumpí entre cortado y con un nudo en la garganta―estoy a punto de entrar

― ¿Deberás quieres hacer esto? ¿No crees que sea más importante ir con él?

―le hice una promesa―contesté con algunas lagrimas en mi rostro―si me lo permite entrare y la cumpliré


La tableta electrónica se levanto "Sale: 7 Entra: 28", toque el césped del monumental estadio, me persigne, toque las manos del goleador que salía y entre al campo, quedaban ya solo 18 minutos para terminar el juego y el equipo necesitaba 2 goles más para poder cantar la victoria, sin duda salí al ataque pero tenía enfrente a la defensa más fuerte que se podía ver en la liga, fue hasta el minuto 79 cuando después de un pase de mi parte el flamante numero 10 anotó el gol del empate, habían logrado empatar pero sin duda los diablos se irían al ataque, minuto 88 robe la pelota en media cancha y después de quitarme de encima a 3 defensores me encaminé a la portería, el numero 10 me acompañaba del lado izquierdo, aquel tipo gritaba "pásamela", por el centro el capitán decía lo mismo pero yo había hecho una promesa, el sonido a mi alrededor se fue, mire hacia enfrente y sin pensarlo 2 veces tire con la pierna zurda, fue desde muy lejos pero al parecer le pegue muy fuerte, el balón hizo mover las redes de nuevo ante el grito de gol de 45 mil aficionados la mayoría locales haciendo valer aquel apodo, "El delantero de fuego había debutado con un golazo que daba la victoria al ahora líder de la Premier Ligue" ,me deslice por el suelo y mire al cielo, aquella sensación era indescriptible, y todo Anfield entonaba una canción.


Cuando camines a través de la tormenta,Mantén la cabeza alta,Y no temas por la oscuridad;


Me quite la playera mostrando una de color blanco con un mensaje, claro, en japonés "Tu eres mi razón para seguir adelante, este gol es para ti"

Al final de la tormenta encontrarás la luz del solY la dulce y plateada canción de una alondra.


La lluvia caía en Liverpool limpiando mis lágrimas, yo aun miraba al cielo, tal vez no estaba presente pero sabía que en donde estuviera lo había visto.

Sigue a través del viento,Sigue a través de la lluvia,Aunque tus sueños se rompan en pedazos.


Mis compañeros llegaron a felicitarme, me levante del piso con la playera en mis manos y corrí al medio del campo después de ver la tarjeta amarilla del árbitro.

Camina, camina, con esperanza en tu corazón,Y nunca caminarás solo,Nunca caminarás solo.


"Tú siempre estarás conmigo Shirou, no te voy a decepcionar, ya verás que muy pronto estarás orgulloso de mi, del Doctor Goenji Shuuya, voy a esforzarme tanto como tú lo harías.....yo jamás lo haré, yo...nunca caminare solo porque tú...siempre estarás conmigo"


El pitazo del árbitro anuncio el final del partido, salí corriendo de aquel estadio sin decir nada a nadie, solo quería despedirme de él.


―lamento mucho esto―me dijo una voz detrás de mí

―gracias, Endo

― ¿Sabes lo que él quería en este momento?

―sí, me lo dijo, viajare con él a Hokkaidō para despedirlo

― ¿Puedo viajar contigo? ―me preguntó inseguro― era un gran amigo quisiera despedirlo también


Asentí con la cabeza, sin duda el era una de las personas claves en la vida de Shirou, me dio las gracias y se fue, yo tenía que estar solo.

Es difícil escribir esto, cuando llegamos a Japón todas aquellas personas estaban presentes entre ellos mi padre.


―Lo siento mucho―me dijo abrazándome

―gracias―respondí serio

― ¿Volverás a Hokkaidō?

―no, voy a regresar a Liverpool, terminare la carrera allá


Ninguno de los dos dijo nada, era triste pero como aquel niño decía "Aceptar una perdida no es olvidar, es encontrar sentido a lo vivido, algún día recordaremos y aquellos recuerdos serán hermosos"  

El sueño de un campeónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora