T r e i n t a y t r e s

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Suena el Ding de que ya hemos llegado a la planta principal y Alex me mira y sonríe.
Se abren las puertas y allí esta mi madre de pie vestida con ropa bastante formal para recoger a su hija de un hospital. Camino detrás de Alex con la esperanza de que ella no me vea pero cuando nos acercamos en menos de un abrir y cerrar de ojos los brazos de mi madre estaban rodeados sobre mi y no me dejaban escapatoria. Levanto la mira y Alex me pide que le siga el rollo, entonces pongo un brazo alrededor de ella.

-Te he echado tanto de menos- dice cogiéndome por los hombros -¿no me vas ha decir que tu también?- no se lo iba decir por mucho que lo sentía.
-Bueno Sñ.Franta, vas ha tener todo él día con tu hija, no te voy ha dar ni menos ni normas ni consejos ni nada. Ahora quiero que Acacia se relaje y para cuando vuelva hagamos el cambio- Dice sin perder la sonrisa
-Gracias Dr.Martinez, que tenga un buen día- dice mi madre
-Igualmente- me sonríe un ultima vez y se da la vuelta para volver al ascensor y dejarme sola con mi madre.

Llegamos al coche y mi madre me empieza a soltar el rollo de lo mucho que me echan de menos en casa, que estoy mejor, que soy fuerte... Yo solo miro por la ventana mientras me alejo del hospital.

-Acacia, ¿estas bien?-
-Ahí- le digo
-¿Por qué no me miras?-
-Porque no quiero ver como finges echarme de menos-
-¿Que te hace pensar eso?-
-Me abandonaste sin ni siquiera despedirte-
-Lo hice por tu bien-
-Por mi bien- me río sarcásticamente -no te das cuenta de que suenas como Peter-
-No, yo no soy como él, mirate has mejorado un montón-
-Mama, me pusieron una sonda, me ataban a la cama como a una psicótica, me dejaste completamente sola cuando mas necesitaba a alguien ¿y me estas diciendo que lo hiciste por mi bien?- digo -no te das cuenta de que Peter hizo lo mismo. Despierta, te estas echando una siesta y crees que así es como se solución esto pero mamá esto no es un sueño. Esto es la cruel realidad y un problema no se soluciona ignorándolo al igual que yo no me voy ha curar metiendome en un hospital y abandonandome-
-Hice lo mejor para ti-
-No se ni para que acepte venir contigo. Ya no eres nadie para mi- sabia que diciendo eso la iba a hacer daño pero eso era lo que quería, que sintiera lo que yo he sentido cada segundo desde que me ha metido en ese manicomio. Que sienta su corazón hacerse pedazos porque alguien que se supone que le importa se lo ha roto. Giro la cara hacia la ventana satisfecha con una sonrisa en la cara.

Llegamos a su casa y no espero a que me diga nada. Camino hacia la puerta y cuando me acerco se abre la puerta.
Rya.
-SHASHITA- grita y se me echa encima
Yo me agacho y le devuelvo el abrazo.
-Te he echado muchísimo de menos- me susurra en la oreja -¿has leído mis cartas?-
-Si, pero no todas- le digo cuando nos separamos -¿sigue aquí la nana?-
-Si mi vida- aparece mi abuela por la cocina y yo sin pensarlo dos veces la abrazo y me echo a llorar
-Lo siento nana- digo -Siento no haber ido a verte, siento no haberte llamado, siento haberte alegado de mi vida. Siento haber sido una mierda de nieta-
-No pasa nada mi vida. Yo nunca me voy ha ir-
-Te quiero nana, de verdad que lo hago-
-Yo también te quiero mi vida-
-Siento estropear vuestro momento abuela-nieta pero también tienes a un yayo al que no has visto en siglos- me separo de mi abuela y miro a mi yayo. Él siempre consigue hacerme reír.
-Yayoo- grito y le abrazo a él también
-Ay mi niña cuanto ha crecido- dice
-Yayo tu también estas muy bien-
-No dilo, parezco un trozo de tela arrugado- nos reímos
-Que va- digo separándonos -estas perfectamente-
-Vamos ha desayunar- dice mi madre
-¿No habéis desayunado?- digo
-Te estábamos esperando- dice Rya
-Aws, que monos- digo y Rya se ríe

Me siento en mi silla y miro la comida, por mi sorpresa mi abuela se sienta enfrente mio y Rya en su sitio a mi lado.
-Bienvenida a casa Acacia- dice Dylan. Me acabo de dar cuenta que estaba aqui
-Gracias- digo cogiendo una tostada para untarle queso
-¿Has hecho amigos?- dice Rya comiéndose un plato de tortitas con nutella y nata. Un día podre comerme uno yo también. Un día.
-Si, y adivina como se llama- Rya me mira con los ojos abierto -Se llama Acacia-
-¿Enserio?-
-Si-

El desayuno transcurrió con normalidad mientras yo intentaba comer como una persona normal y los demás charlaban sobre como es todo en Miami. Cuando termine de comer le dije que quería ir a ver mi cuarto.
Abro la puerta y ahí estaba mi cuarto como lo deje. Doy un paso y cierro la puerta detrás de mi. Voy directa al baño, donde todo tubo lugar y ya no hay rastro de mi sangre pero cuando abro el armario todo sigue ahí. Me miro en el espejo y me fijo en todos y cada uno de los detalles de mi cara.
Mis ojos, mi nariz,  mi boca, mis mejillas, mis cejas, mis pestañas... los detalles que hacen de mi un conjunto de defectos que nadie nunca va a querer, los que hacen que yo sea insegura. Los que me hacen ser quien soy.
-Eres preciosa- dice un voz desde la puerta despertándome pero yo la ignoro y salgo del baño -y no lo digo porque sea tu madre-
-Mamá no necesito que me miles para sentirme mejor- decía mi boca cuando mi corazón gritaba todo lo contrario
-Eso no es mimarte-
-¿Entonces que es?¿ser sincera?- digo sarcástica
-Exactamente-
-Mamá, de verdad,ya estoy harta de que la gente me este diciendo lo guapa e increíble que soy porque no va ha cambiar las voces que hay aquí dentro. Mamá por favor deja de decírmelo, solo empeora las cosas-
-Vale, no te lo diré más-
-Gracias- digo sentándome en mi cama. MI cama, la de mi cuarto en mi casa en mi barrio, no la de un hospital a las afueras de la ciudad.
-Acacia hay alguien que te quiere ver-
-¿Quien es?-
-No se, adivinalo-

Querido lector que estas leyendo esta n/a, solo quiero que sepas que empezaré a publicar los domingos por razones de tiempo e inspiración
Gracias por tu tiempo.
Bri xxx

Nightmare  {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora