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Kelsey estaba terminando de prepararse para la cena de esta noche con Marcus. Días atrás habían estado más separados y no habían podido pasar tiempo juntos, pero hoy todo se arreglaría y volverían a ser una familia junto a Taylor.

El timbre sonó, y supo de inmediato que era el imbecil de Justin. Taylor veía la televisión en la sala, con su pijama de Frozen puesto.

—Mami ¿Quién es?

—Es papi cariño, viene a recogerte.

Abrió la puerta, y efectivamente, era el gilipollas de Justin. Dio un suspiro.

—Hola.

—Hola. —sonrío—. Vas muy guapa.

—Pasa.

Cerró la puerta y se giró, y pudo ver el amor de padre e hija que tenían Justin y Taylor. No había duda de que Justin amaba a su hija y a Kelsey, pero Kelsey se emocionó viendo como se abrazaban.

Ella subió hacia su habitación, además de para no llorar, terminar de retocarse.

Kelsey se sentó en el maquillador y terminó de retocarse. Unos pasos se oyeron en la habitación. Se giró y pudo ver a Justin apoyado en la puerta, mirándola con una sonrisa.

—¿Qué?—escupió ella.

—Que estás hermosa.

Las palabras de Justin habían hecho efecto en Kelsey, pero ella se negaba a dejárselo mostrar.

—¿Qué haces aquí Justin?

—Hoy no te vas a cenar con Marcus.

—Porqué tú lo digas.

—Sí, efectivamente. Además de que estas encerrada.

Justin cerró la puerta de la habitación con llave, y la escondió en su bolsillo. Ella lo miraba perpleja, esperando a que todo esto fuese una broma de mal gusto.

—¿Qué coño estas haciendo?

—No te vas a ir de aquí hasta que hables conmigo y arreglemos las cosas.

Call Me Daddy |jb| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora