Capítulo 11: Conviviendo con el rubio

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Pov Jessenia.

Definitivamente me había vuelto loca ¿en qué momento acepte esa bendita apuesta con Lizzie?

Luego de llegar a casa para guardar mis cosas e irme con el rubio, mi mente empezó a divagar: levantarme en aquella casa desconocida, sabiendo que semejante bombón dormía a pasos de distancia (y solo Dios sabe cómo es que duerme). Guardé varias de mis cosas, mientras Lizzie intentaba contener su risa.

- Espero que no te de un paro cuando lo veas sin remera, caminando por su casa.- Lizzie alimentaba mi imaginación y yo la maldecía internamente.

- Soy un ser humano civilizado. Puedo lidiar con mis impulsos...- intenté convencerla de que todo estaría bien.

- No son tus "impulsos" los que me preocupan. Más bien tus "Bajos Instintos".- Lizzie hablaba en voz baja peor alcancé a oírla. Tomé uno de mis borcegos y se lo lancé con furia, a lo que ella rió a carcajadas.

Luego de preparar mis cosas, le envié un mensaje a Guido para que pasara por mi. Lizzie me deseo suerte y yo decidí esperar al rubio en la puerta de casa. A eso de las 7.30 apareció en su auto con una sonrisa deslumbrante. Definitivamente lo mío es suicida, comenté para mis adentros. El rubio me abrió el baúl del auto y metí mis pocas cosas en él. Además, se acercó a la puerta del copiloto y me la abrió, en un ademán de hacerse el caballero.

- No puedo creer que vaya a conocer tu casa... - le comenté mientras viajábamos, algo nerviosa.

- Si. vas a ver la GuidoCueva.- respondió, haciéndome reír al instante.

Luego de un par de minutos, aparcamos frente a un bonito barrio céntrico. El barrio era privado y se notaba que la seguridad era bastante alta. Guido me explicó que era un barrio residencial, donde varios famosos vivian con sus hijos.

- Con Pato lo elegimos porque, al ser gente mayor, no se hacen tantas fiestas ni bardos los fines de semana. – el rubio buscaba su casa con la mirada.

Llegamos a lo que parecía su casa, luego de un par de minutos. El frente era amplio, con dos ventanas no muy grandes y cortinas claras. Había un pequeño jardín, bastante cuidado y un portón con rejas de color rojo. Guido se bajó primero y me ayudo a sacar mis cosas. Abrió las puertas, mientras yo escuchaba unos ladridos a lo lejos.

El Rubio me hizo señas y entramos a su casa: podía ver sillones de cuero negro, bastante cómodos. Una mesa ratona en medio y el mueble donde estaba la televisión, un equipo de sonido grande y lo que parecía una Play.

Guido me enseño la casa, cuarto por cuarto, hasta llegar a la habitación de huéspedes.

- Este es tu cuarto, por ahora. Te dejo para que te instales, mientras yo hago algo para cenar ¿te pinta?- Guido me daba algunas instrucciones, y yo asentí gustosa.

Comencé a guardar mis cosas en el pequeño armario, hasta que caí en la cuenta: yo, viviendo con Guido Sardelli. Viéndolo limpiar, cocinar, cuidar a sus perros, etc. El sueño (o uno de los tantos) de todas las fanáticas.

Decidí bajar para ver qué hacia el rubio y si necesitaba ayuda. Lo encontré en la cocina, escuchando música en un volumen considerable, mientras cortaba lo que parecían papas.

- ¿querés ayuda?- le dije, intentando ser útil.

- No. Está noche, me encargo yo.- me respondió él, guiñándome un ojo.

Sentí mis mejillas arder y decidí retirarme de aquel lugar. Todavía podía recordar el beso que nos habíamos dado y las vueltas que me daba la cabeza cada vez que lo tenía cerca. Negué con mi cabeza, intentando sacudir todos esos pensamientos.

Recorrí un poco la sala, observando algunas de las fotos que estaban colgadas: fotos de sus padres, su abuela, sus hermanos y él de bebés...fotos del primer disco, algunas giras y las más recientes de los Lunas de año anterior. Se notaba que Guido disfrutaba recordando los buenos momentos.

De pronto, sentí unas manos rodeando mi cintura, al tiempo que mis pulmones se llenaban de una aroma conocido.

- Y pensar que cada foto tiene una historia de fondo...- el rubio me abrazaba delicadamente por detrás y yo me sentía en una nube.

- ¿todos buenos recuerdos?- le pregunté, intentando zafarme de su agarre. Tenerlo tan cerca me ponía nerviosa aún.

- Si, por suerte...- me respondió sonriendo.

Le sonreí en respuesta e intenté alejarme un poco. Guido sonrió y me pegó nuevamente a él.

- Te dije que quería hablarte de algo.- me comentó en un tono de voz grave.

- Qué será...- le respondí bastante nerviosa. Intentaba controlar mi respiración para no desmayarme.

Guido quitó uno de mis mechones de pelo, ocultándolo detrás de mi oreja con suavidad. El tacto de su mano contra mi piel, alertó mis sentidos.

- Me gustas...mucho.- me susurró al oído suavemente.

- Y...y vos a mi también.- le respondí como pude.

El rubio se separó un poco de mi, permitiéndome recuperar mi respiración normal.

- Quiero ir despacio. Yo soy de tener mi vida bastante clara; pero con vos es distinto. Me siento un pendejo de nuevo.- Guido se notaba bastante nervioso al respecto.

Pase mi mano por una de sus mejillas, mientras él cerraba los ojos ante mi tacto.

- Yo...estoy algo aterrada. Nunca creí verme en una situación de este tipo y, sinceramente, no quiero cagarla.- mi respuesta fue sincera, a lo que Guido me sonrió.

El rubio me abrazó con fuerza, al tiempo que yo aprovechaba para grabar su perfume en mi mente. Un silencio tranquilo nos invadió. Levanto mi rostro suavemente y depositó un tierno beso en mis labios.

- Te prometo que haré todo lo posible para que no la caguemos...- aquella respuesta me saco una sonrisa.

Esa noche cenamos escuchando a una de mis bandas favoritas: Guns and Roses. Guido me comentaba sobre algunos acordes y cuestiones técnicas que yo quizás, no había prestado atención. Luego de ver algunos videos, decidimos ir a dormir.

- ¿segura que estás a gusto acá? Puedo darte mi habitación y...- Guido me preguntaba por enésima vez lo mismo.

- Estoy bien. Tranquilo. Y ahora adiós...- le dije, casi echándolo del cuarto.

Guido se plantó en la puerta y me sonrió. Me tomo de las caderas, acercándome a él y besándome como aquella noche.

- Hasta mañana hermosa.- me dijo en un suave susurro, casi sin aliento.

Cerré la puerta y me tiré sobre la cama con una sonrisa. Pasara lo que pasara, podía asegurar que nunca había sido tan feliz...


SEGUIMOS SUBIENDO CAPITULOS NUEVOS (INTENTARÉ ESTAR MÁS ACTIVA). ESPERO LES ESTÉ GUSTANDO MUCHO Y ¡SE VIENEN LOS PROBLEMAS! NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y COMENTAR PORQUE ESO ME ALEGRA MUCHO...UN SALUDO ENORME

Amante del Rock (Fanfic Airbag/Guido Sardelli)TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora