Una cita

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Estaba a inicios del año y mis clases no podían ser mejores, era como si estuviese hecha para ellas, todo era tan divertido y facil, mis compañeros me buscaban para darles algunos consejos e incluso llegaban a pagarme por ellos; con ese dinero tenía pensado comprar algunos libros ya que ahorre por mucho tiempo pero Midie insistió en que yo necesitaba ropa porque la mía ya estaba rota o fuera de moda, pero a mí no me lo parecía, por ejemplo hoy; yo llevaba puesta mi blusa gris suelta y un pantalón oscuro, si, bueno, estaba algo roto y la blusa algo desgastada, pero no me parecía que estuviesen tan mal y mucho menos cuando tendría que cambiar mis libros por esa simple ropa, pero ella insistió tanto que yo no pude negarme y planeamos ir al centro comercial para comprarla.
Ese día ella tubo que irse temprano a casa, así que nos veríamos en el centro comercial por la tarde, tube mis clases a excepción de una porque mi profesor se había enfermado, era ya el fin de semana ¿no pudo esperar otro día? ... en fin, tome mis cosas y me dirigí a mi jardinera favorita, estuve disfrutando del olor de las flores y mi querido árbol de limones que este día brillaba gracias a la luz del día, también estube repasando algunos apuntes que coloqué en mi libro cuando me interrumpe Evan, estaba ahí, de pie con las manos temblorosas y la voz quebrada, tan pulcro y lindo como siempre, llevaba puesta una camisa naranja y un pantalón claro.

-¿Qué hay Ev?...
-Hola Ava... ¿cómo estás? .
-Bien, gracias.
-Estos días no supe de ti.
-Oh... es porque me encuentro muy ocupada, la verdad y no e tenido nada de tiempo. Lo lamento.
-No, esta bien... pero bueno...

¿por qué titubea tanto? ¡Ugh!... ¡Al grano Evan, al grano! ...

-¿Si?... -dije-
-Bueno, quería... quería saber si ¿te gustaría salir al cine?, este domingo, o cuando tengas tiempo...

Hay no... Evan... eres tan dulce y no quiero lastimarte pero no me apetece salir porque estoy ocupada y...

-Claro. -¡demonios!, ¿cómo decir que no ante este pequeño moquito?.
-¿Enserio?, bueno, jamás creí que aceptarías, es que... pareces tan ocupada y... ¡gracias!, te veo entonces, paso por ti.

Evan se fue, nisiquiera se despidió, estaba tan emocionado y feliz que parecía volar... era tan dulce...

Tomé el autobús hacia el centro comercial, no estaba tan abarrotado para mi suerte pero aún así tube que ir de pie; había mujeres, abuelos, unos cuantos hombres y niños en los asientos, yo me perdí entre la música de mi biblioteca, era un poco de Carla Morrison, Coldplay, Imagine Dragons, Natalia lafourcade y de más... estaba tan absorta en lo que causaba la música a una loca mentecita que no noté a un hombre detrás de mí, estaba muy cerca, parecía de unos 35 o 40 años, cabello rubio teñido, piel rojiza, no muy robusto, más bien delgado y fibroso, ojos oscuros pero opacos, tenía la pinta de todo un conquistador y el muy imbécil comenzó a tratar de "conquistarme":

-Hey, ¿tu eres Jessica?.
-No.
-Estas enojada preciosa.
-No.
-Ya dime algo más bebé.
-¡Alejese de mi viejo culo verde!.
-Tiene caracter la princesa... así me gustan bebé...

Me tomó por la cintura, también mis brazos, me giró hacia él y pudo hacer una estupidez pero un chico me tomo por los hombros me alejó de él y dijo:

-Hey pequeña, ¿te está molestando este tipo?.
-¿Tienes novio bebé?
-¿Bebé?, ¿por qué le hablas así a mi novia hombre? Tú la respetas ¿esta claro?.
-Tranquilo carnal, no sabía que la pollita estaba ocupada.
-Es mi última advertencia, no me importa ser acusado de asesinato si es por defenderla ¿entiendes? , así que te bajaras de la pecera de inmediato.
-Claro men, disculpa.-dijo el hombre con una expresión de cautela y fastidio en el rostro mientras se dirigía a la puerta de salida.

Bueno, esto fue una combinación de tantos sentimientos; estaba furiosa con ese tipo, también feliz de haberme librado de él y penosa con el que logró alejar al pedófilo ese. Me gire hacia él, no me creería quién fue este salvador mío.

Cariño MioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora