Mis sentimientos

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...era una escena sumamente desagradable, al principio no podía comprender la razón de ese beso, ¿acaso no importa todo lo que pasamos? ¿no sentía nada por mí? ¿Yo no era lo suficiente para ese engreído de mierda? , no, nada de eso, no debía sentirme mal por un tipo como ese, siempre supe que algo no andaba bien con él, mi instinto me alertaba para alejarme, pero yo jamás hice caso, y ahora estaba claro que fui una tonta por creer en sus falsos sentimientos, pero esto no se quedaría así, debía enfrentarlo, tenía que darme una explicación, una muy buena... pero no en ese momento, estaba devastada, triste, me sentía engañada, furiosa, todos esos sentimientos revueltos en mi cabeza, me causaban un mareo terrible, así que quise levantarme lentamente para no causar algún sonido que alertara a Joval sobre mi presencia, pero mis estúpidos nervios me traicionaron y me di tal golpe en la cabeza con la butaca, que la tiré al piso haciendo un ruido tan fuerte que Joval tuvo que dejar su actividad y girar hacia mí con el rostro cenizo, me observaba mientras gesticulaba un "demonios, Ava", y yo me retiraba lo más rápido posible, las lágrimas no me dejaban ver el camino, aunque era lo de menos, seguí sin parar, y pude escuchar a Joval gritar: -¡Ava!, mierda, detente -, no lo hice, seguí hasta llegar a casa, pero me encontré con una sorpresa.

Era Erick, estaba en un sofá, sentado frente al televisor y mientras se giraba hacia mí me dijo:- Tu madre salió, dijo que llegaría en la noche, me permitió estar aquí porque... Ava, ¿qué paso? ¿quién diablos te hizo llorar? -me preguntó furioso cuando vio lágrimas pesadas caer debajo de mis pestañas.
-Nada, no pasa nada -dije entre sollozos y al punto del llanto. Erick se levantó del sofá y caminó hacia mí con los brazos abiertos, yo me acerqué a él buscando consuelo, mientras este acariciaba mi cabello y me decía - ya, ya cariño, todo esta bien ahora, yo estoy aquí para cuidar de ti, ¿me dirás qué sucedió?.
-Joval, él... -solo eso pude pronunciar, antes de soltarme en llanto.
-Ese hijo de... no te preocupes pequeña, no dejaré que te hagan daño, ya estoy aquí y te protegere, como cuando éramos niños.

Él me cargó en sus brazos y me llevó a mi habitación, subió por las escaleras de madera, giró a la izquierda, abrió la puerta, me depositó en mi cama y se colocó a mi lado, me abrazaba y yo trataba de esconderme entre su pecho, estábamos frente a frente, mi cabeza topaba en su barbilla, mis brazos me cubrían junto a los suyos y él continuó protegiendome pegada a él, dándome la seguridad y el consuelo que necesitaba, eso hasta que tocaron la puerta y todo se volvió un caos...

Hola! , lamento la tardanza, mi trabajo no me permitía actualizar, pero ahí esta el capítulo, ¿qué les pareció?, espero sus bonitos comentarios y votos... Gracias.

Cariño MioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora