Una caja.

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Eran fotografías, unas a blanco y negro, con paisajes bellos de fondo, en la ciudad, el campo, el centro comercial... eran fotografías mías, de perfil, sonriente, enojada, seria, incluso el día que aparecí despeinada en la facultad, también tenían citas escritas detrás de ellas, en el fondo un tríptico de una galería fotográfica de nuevos artistas jóvenes y una nota que decía:

"Me encantaría asistir contigo a esta galeria. ¿Te gustó mi muestra de arte? (Preguntó refiriéndose a las fotografías que envio), quizá no son profesionales, pero si son mucho más bellas que las del folleto".

En ese momento solo podía preguntarme ¿cómo había logrado tomar esas fotos? ¿acaso me espiaba?, esto, aunque pareciera tierno, también me asustaba, y es que no me podía creer el hecho de que una persona se obsesionara al grado de seguirte a todas partes, tomar fotografías y enviarlas, seguramente para llenarte de terror y asegurar su lugar en tu vida, después querría ser parte de ella directamente y ahí es cuando te asesinan... ¡chispitas!, eso podría sucederme... pero arreglare esto de una ves, mañana iré, lo buscaré, lo enfrentare y arreglo esto, ¡a mí ningún maniático me asusta!...

Desperté temprano ese día, arreglé mi mochila y llevé un gas-pimienta por si llegara a necesitarlo, me hice una coleta para verme más intimidante y me puse colores vivos, en específico una blusa roja con un pantalón negro ajustado, esto para que supiera que soy una mujer segura y que no podría conmigo. Llegue a la facultad, decidí no asistir a mi primera clase para buscarlo, pero antes de hacerlo me encontré con Midie y le explique la situación ...

-Así que por ese motivo iré a defender mi privacidad...

-Pero Av, espera porque...

-No Mid, no tienes por qué defenderlo, ya es tarde...

-No seas dramática, quizá no es...

-Basta Mid, me voy porque puede que se me escape-dije alejándome de ella y ella corriendo tras de mí, pero no me detendría, esto se acaba hoy...

No fue difícil encontrarlo, él estaba en el área de filosofía, como siempre, me planté frente a él, lo llamé y el muy descarado se acercó a mí con su maldita sonrisa.

-Hey pequeña.

-No me digas pequeña, estoy aquí para arreglar unos asuntos contigo.

-Valla, no te esponjes mujer, ahora ¿qué te hice?.

-Quiero dejarte claro que no aceptaré que faltes a mi privacidad. En ningún momento te di razones para creer que seríamos más que simples conocidos, tú no me interesas, así que deja de espiarme, vive tú vida y déjanos en paz a todas, maldito enfermo.

-Waww... Ava, yo jamás intenté hacerte sentir incómoda, y lamento creer que podría estar a tu altura y creer que podrías sentir algo por mí o siquiera ser amigos.  -dijo esto retirándose-.

-Hey! Ava, ¿qué estas haciendo? ¿por qué le dijiste eso a Joval?, él no tomó esas fotos, yo las tomé porque él quería darte un lindo detalle. Siempre juzgas a las personas y no les permites darte una explicación, ahora tendrás que pedirle perdón porque él no es lo que tú crees, de hecho nadie es lo que tú esperas. - también se alejó de mi-.

¿pero qué paso?. Después de ver a todos alejarse de mí con decepción, tristeza y desconcierto me senti como la maldita culpa personificada, era una persona terrible por juzgar a un chico que simplemente quería mi atención y yo fui tan tonta... pero no dejaría que una estupidez mía alejara a mis amigos, yo haría algo al respecto...

Cariño MioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora