Cariño Mio

un caos

Tocaron la puerta, yo no estaba de ánimo para atender a cualquiera, así que dejé que Erick se ocupase de ello, este me besó la frente y se dirigió a la entrada, yo estaba casi dormida, era un ovillo entre las sábanas tratando de olvidar mi dolor y mi humillación pero un fuerte sonido me levantó de la cama, parecía que algo se había roto. Corrí alarmada hacia la entrada y encontré a Joval encima de una mesa pequeña de cristal, este tenía la nariz rota y trataba de cubrirse con una mano, en cambio Erick estaba de pié frente a él, con los puños apretados y la mandíbula tensa.

—¡¿qué sucede?! —pregunté furiosa.

—Nada Ava, es solo este imbécil que se apareció por tu casa, no te preocupes yo me ocupare de él... —Escupió Erick aún más furioso.

—Tu no te ocupas de nada, este no es asunto tuyo.

—Comenzó a serlo cuando se acercó a ti, y cuando cometió el gran error de lastimarte.

—Valla... al parecer alguien esta celoso, dime idiota, ¿qué se siente ser sólo el amigo?, ese que jamás logrará abrirle las piernas a su "amiga"...

Soltó Joval con una sonrisa de engreído en el rostro y esto fue la cereza que llevó a Erick hasta su límite, y dio unos pasos fuertes hacia Joval con la determinación de un asesino marcada en el rostro mientras  este perdía el color y yo, bueno yo corrí para colocarme en medio y así intentar evitar un acontecimiento grave.

—¡Espera!, Erick, no lo hagas, no lo vale.

—Quítate de en medio Ava... —dijo Erick en tono de peligrosa advertencia, pero yo no me moví de ese lugar.

—Largo de aquí Joval —dije sin apartar la mirada de Erick. Joval se levantó rápidamente y corrió hasta salir de mi casa, Erick tampoco se movió de su sitio y dijo:

—Después de todo lo que te hizo...tú eres realmente estúpida, ¿verdad?

—¡Y tu eres un idiota!... —dije, y corrí hacia mi habitación, escuché a Erick ir tras de mí pero logré cerrar la puerta a tiempo.

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