Liberen a los ángeles [Destiel]

Prólogo

Castiel conocía a Dean desde hace ya mucho tiempo atrás, incluso antes de que se conocieran en persona.
Lo ha observado desde el principio, lleno de curiosidad.
Jamás imaginó que al rescatar a Dean entablara un lazo tan profundo, tanto que despertó en él un sentimiento difícil de manejar.

El mayor de los Winchester se dio cuenta de que el ángel de ojos azules comenzaba a sentir algo fuera de lo normal para un servidor del Señor, aún más fuera de lugar tomando en cuenta que el recipiente de Castiel era un hombre. Pero dejó de tener importancia a partir del momento en el que sus labios se tocaron por primera vez.

Situaciones así comenzaban a ser recurrentes entre ellos, sembrando en Cass la fiel esperanza de un amor.
Idea que era desechada cada vez que veía a Dean con alguna linda y exuberante mujer.
Idea que renacia cada vez que Dean lo hacia suyo.

El ángel andaba de un lado a otro con los hermanos Winchester cazando monstruos, topándose con gente buena y mala, topándose con Crowley.
De todo un poco.

En una pequeña localidad de Texas estaba sucediendo una serie de milagros que atrajo la atención de mas de uno.

Anteriormente, Cass había escuchado rumores desde el cielo, donde se contaba que algunos de sus hermanos y hermanas habían desaparecido sin dejar rastro. Lo que estaba pasando en ese poblado era el principal indicio de dónde podrían estar.

El cuarteto dinámico decidió ir a investigar, haciéndose pasar por periodistas Neoyorquinos.
Pero Castiel, más que los Winchester y Bobby, necesitaba saber qué rayos estaba pasando ahí. Sobre todo saber si alguno de sus hermanos o algún demonio estaba implicado en este asunto, o algo más.