Vier/Chetyre/Cuatro/Four

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— ¡Vamos, cariño! ¡Tu bebida se está enfriando!

Música de cafetería recorría el ambiente. Harry sentía cada nervio de su cuerpo alerta. Lentamente, abrió sus ojos y levantó su cabeza de entre sus brazos.

Más voces.

Para cuando se despertó completamente, se sentó, frotándose la cara y la cabeza. Después, se revolvió el cabello ondulado y largo que tenía. Estaba apoyado en una mesa de cafetería clásica. Solo se había quedado dormido. Había ido a desayunar y se había quedado dormido. Seguro era eso.

Pero no recordaba siquiera haber ido a esa cafetería.

Una señora regordeta con un uniforme verde y blanco se le acerca. Era beta, tendría aproximadamente 50 años.

— ¿Cómo he llegado hasta aquí? —le pregunta Harry.

—Dos hombres alfas te trajeron hace unos diez minutos —respondió—. Me dieron una buena propina por cuidarle. ¿Desea café? Tiene pinta de necesitarlo.

Harry asintió, aún sin saber exactamente qué hacer.

Mientras la señora se iba a traer su café, observó como esta, con sus piernas cortas, usaba tacones pequeños. Unos rollitos se salían por la parte de atrás de estos. Tacones negros. Qué extraño. Al voltear a su izquierda, Harry notó a un alfa sentado en un cubículo, comiendo su desayuno y leyendo el periódico "Financial Times". Pero la fecha...

La camarera le estaba sirviendo café frente a él, su mano temblaba y no un simple ni ligero temblor, sino uno más notorio.

— ¿Se encuentra bien?

—Sí —respondió secamente pero le dirigió una mirada rápida al hombre al costado de Harry. La señora quería decirle algo.

Al costado de Harry había un alfa vestido con una camisa de leñador y una chaqueta sin mangas, con una gorra negra en su cabeza, tomando tranquilamente su café. Harry volvió a mirar a la camarera y esta se fue, dejándole su café sobre una servilleta. Al levantarlo para tomar un sorbo, Harry se dio cuenta de que en la servilleta estaba escrito <<911>>. La señora quería que llamara a emergencias.

Harry, aún con la taza en alto y a medio camino de su boca, volvió a mirar al alfa a su lado.

— ¿Tienes algún problema, chico? —cuestionó este.

—No, ningún problema-le respondió amablemente Harry.

Al segundo siguiente, el hombre se paró violentamente, sacando una pistola.

— ¡De acuerdo! ¡Que nadie se mueva!

El hombre de traje que había estado leyendo el periódico también se levantó sacando una escopeta y repitió lo mismo. Ambos siguieron amenazando a todos los presentes en la cafetería, pero Harry seguía sentado en su asiento, hasta le dio un par de sorbos a su café.

—Quédate quieto o este día vas a parar de respirar —le dijo el alfa de camisa a cuadros a Harry, apuntándolo a la sien con su pistola.

—¡Vacía la maldita caja ya! —gritó el hombre de traje a la camarera que lo había atendido.

Harry reaccionó y le quitó el arma al alfa de camisa a cuadros, luego estampó su cara contra la cafetera llena de café caliente. Lo oyó quejarse. Sonrió internamente.  Comenzó a caminar hacia el otro hombre lentamente.

— ¡HEY! ¡Atrás, atrás!

Harry seguía caminando.

— ¡Atrás, a..!

No terminó su frase porque Harry terminó de acercársele y forcejeó con él para quitarle la escopeta, después lo golpeó en la nariz y el asaltante quedó tendido en el suelo.

Harry ya pretendía irse cuando escuchó unos aplausos de una persona. Alfa, distinguió. Se volteó y se dio cuenta que la fuente de los aplausos era un alfa de piel morena y ojos oscuros, sentado en un sillón rojo.

—Bien hecho, señor Styles.

Harry lo miró extrañado y colocó la escopeta sobre su hombro.

— ¿Quién demonios es usted?

El alfa se paró, emanando confianza y caminó hacia él.

—Me llamo Octavius. César Octavius —dijo con un aire de solemnidad, alisando su traje.

— ¿Tiene complejo romano? 

—¿Disculpa?

—Que parece muy ocupado —Harry hizo una pausa— ¿Dónde estamos?

—En un restaurante, ¿no? —le respondió el alfa moreno frente suyo, como si no fuera obvio dónde estaban.

Harry sonrió, no era estúpido.

—Que gracioso. ¿Sabe que por poco me lo trago? —Octavius no le respondió—. Antes estaba aún un poco sedado, pero luego empecé a notar un par de cosas —señaló al hombre al que le había roto la nariz y luego cogió el periódico—. En primer lugar, ese corredor de bolsa trajeado que estaba leyendo el "Financial Times" en día domingo cuando la bolsa está cerrada. Rarito, ¿verdad?

La expresión de Octavius era estóica, pero imperceptiblemente se levantó la comisura de sus labios. 

—Pero está bien, quizás podría pasarlo por alto —continuó Harry, sonriente—. Incluso dejaría pasar el atracador con la apariencia de poli —caminó un poco más y luego señaló a la beta que lo había atendido—. ¿Pero, dónde se descubrió el pastel? Con ella —bajó su mano y luego miró al alfa moreno—. Mi tía ha trabajado en restaurantes toda su vida. Es imposible que una camarera vaya al trabajo con tacones. Sus ampollas serían de campeonato antes del mediodía. Y si ella no es auténtica, entonces nada de esto lo es. Así es como he sabido que el imbécil de allí —dijo y volvió a señalar al corredor de bolsa—, no iba a disparar.

Harry cogió mejor la escopeta y disparó hacia arriba.
—Solo hay balas de fogueo en esta porquería —dejó el arma en la encimera—. Oh, y no se ofenda —se dirigió a Octavius—, pero sus interpretaciones han sido horribles.

Octavius le sonrió de medio lado y comenzó a reír.

—Excelente, excelente...

—Bien, le toca a usted, cara bonita —insistió Harry, pero no le respondió— ¿Qué demonios está sucediendo aquí?

—Era una prueba, señor Styles, que ha superado con creces.

Harry lo miró confundido.

—Parece que no encaja bien —dijo un alfa con un saco color beige, apareciendo detrás de él.

— ¿Cómo dice? —inquirió Harry.

— ¿Le demolemos?

— ¡Ni hablar! —exclamó Octavius—. Le toca el siguiente nivel-dicho esto, caminó entre los dos hombres frente a él y pasó de largo.

— ¡Espere, Espere! ¿Qué es eso del siguiente nivel? —le preguntó Harry a Octavius, siguiéndolo, mientras este daba varias órdenes a todos— ¡Oye!

—Quiero a todo el mundo fuera en diez minutos.

—No sé con quién cree que está jugando, pero yo no voy a seguir participando —sentenció Harry moviendo sus manos y retrocediendo.

—Que Mike vea a un médico, y no creo que...

Harry seguía hablando.

—Ciérrale la boca —ordenó a la camarera el alfa moreno. 

Esta sacó un arma y con firmeza la sostuvo, para después dispararle a Harry, quien no terminó su frase. Este cayó encima de un sillón blanco de uno de los cubículos. Se sacó el dardo y lo observó. Igual al que le habían disparado la primera vez. Acto seguido se desmayó, cayéndose al suelo, con todo su cabello revoltoso encima de su cara.

— ¿Por qué siempre son los más idiotas los que superan las pruebas? —suspiró Octavius mirando a Styles en el suelo.

Anarchy 99 ~[En Edición]~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora