Drei/ Tri/Tres/Three

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Ya en la noche, luego de un baño y de haber descansado como se lo merecía, Harry regresó de la casa de Nick. Su prima había estado de visita, y pues... Nick había tenido que salir temprano por alguna razón. Llegó en moto a su casa. Levantó el portón y entró, dejando con cuidado a su bella motocicleta. Se sacó la chaqueta de cuero y al prender la luz, se llevó una gran sorpresa.

Un gran grupo de sus amigos y otros invitados lo recibieron con exclamaciones de alegría, cada uno con una cerveza en la mano. Varios aplausos y sonrisas. Harry no pudo evitar sonreír también.

—Extraordinario —le dijo uno de los asistentes, ya un poco pasado de copas.

—Gracias, gracias.

—¿Qué pasa? —le preguntó su mejor amiga Kendall.

— ¿Has invitado tú a toda esta gente?

—Claro que no.

— ¡Vaya! ¡Ese es mi chico! —lo saludó alegremente Nick—. Cuando saliste de esa, ¡fue increíble,  Harry!

— ¡Ha sido asombroso, amigo! —lo saludó Jack.

Hablaron un poco más y rieron juntos. Harry adoraba ese tipo de ambientes: familiaridad, confort, y libertad. Estar rodeado de quienes apreciaban lo que él hacía, su trabajo y esfuerzo. No hay por qué mentir, le encantaba ser el centro de atención. Luego, Harry siguió recorriendo la fiesta, quería un buen trago.

—No hay quien te amarre, Harry Styles —dijo una chica con el cabello rubio ondeado, varios centímetros más baja que él—. Un atleta como tú debería tener su propio videojuego —le tendió una tarjeta roja—. Camille, yo lo haré si lo pides.

—La guardaré para más tarde —respondió sonriente aunque siendo sincero, por dentro, no estaba muy emocionado con esa omega.

—Que así sea.

Harry se despidió con un beso en la mejilla y se fue. Kendall se le acercó a la omega, a Camille, y llamó su atención.

—Sabes que nunca se venderá, ¿verdad? Por eso es quien es, así que relájate. Por cierto, ¿quién te ha invitado?

—¿Qué?

—Cállate.

Camille se quedó con una expresión de ofendida en su lugar y Kendall se marchó con aire de superioridad.

—Oye esto va en serio, puedo conseguir un adelanto de las ventas por internet —afirmó Kendall a Harry—. Ya sé que tienes que largarte a Bagotado o algo así, y habrá más omegas, tíratelas, no me importa, vete de vacaciones.

—Es Bora Bora, Kendall —se quejó, con una botella de cerveza en su mano—. Tengo suficientes omegas aquí. ¿Desde cuándo te preocupa tanto el dinero?

—Mira, solo necesito que te escondas hasta que se enfríe el asunto, ¿está bien?

Kendall parecía verdaderamente preocupada, así que Harry se concentró un poco más en su amiga y no tanto en su cerveza.

—Tengo que montar la web, grabar más cintas alternativas, ¡y no haré nada de eso si te encierran!

Harry giró su cabeza hacia la pantalla de la izquierda. El  video de su espectáculo estaba siendo mostrado. Señaló sonriente hacia este.

— ¿Has visto eso?

— ¡Me da igual! —Harry la rodeó con un brazo—. ¡Escúchame!

Hizo un gesto de amplitud con sus brazos, como queriendo abarcar todo el lugar.

— ¡Soy intocable!

De un momento para otro, el lugar de llenó de gritos de miedo y angustia. Rojos y naranjas siguieron a la explosión y a la desaparición de la música. El polvo se esparció por todo el lugar. Agentes de negro, con cascos y armas con luces entraron y comenzaron a sacar a todas las personas del lugar, hasta que solo quedó Harry, siendo rodeado y apuntado con las luces y armas. Genial, los vecinos se quejaron, pensó.

Levantó los brazos.
—Está bien, está bien, bajaré la música.

Un oficial de negro al que solo le podían ver los ojos sacó un arma y le disparó a Harry abajo del corazón. Un dardo transparente se insertó en su piel.

Harry lo cogió y se lo sacó.
—Solo era un Corvet —murmuró, arrastrando las palabras para luego desmayarse.

Anarchy 99 ~[En Edición]~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora