Anarchy 99 ~[En Edición]~

Siebenundzwanzig / Dvadtsat'sem / Veintisiete / Twenty seven

Louis condujo lo más rápido e imprudentemente posible hasta el puente por el que pasaría debajo Harry, con lo que ocasionaría la siguiente guerra de llegar a liberarse, y claro que muchas muertes. Al salir del carro y dirigirse hacia el borde, junto a un alfa moreno que estaba emanando demasiadas feromonas de pánico, pero un aura de poder aún presente, tuvo que detenerse y sostenerse del espejo de la puerta del conductor, tragar las náuseas y bilis, su vista se había nublado un momento y sentía que cada vez le costaba más respirar. Colocó una mano por sobre su herida y esta había vuelto a sangrar. No aguantaría mucho más, pero debía hacerlo, su dolor era lo de menos cuando el mundo, y Harry, estaban jugándose la vida.

Harry soltó una maldición. El líquido interior del mísil central se estaba volviendo negro y el pitido aún más rápido. No faltaba mucho para llegar al puente, sobre todo a la velocidad a la que iba. En eso, escuchó a los aviones caza acercarse y al voltearse, los vio estar llegando por el cielo. Su corazón parecía estar en una lucha con querer detenerse o salir de su pecho. Si no lograba resolverlo en los siguientes diez segundos, estaban todos acabados.

Sus ojos se movían frenéticamente hasta que, sin pensarlo, y con toda su fuerza que pudo juntar, logró sacar el misil de su base central y lo sostuvo por sobre su hombro. Hasta ahí llegaba su plan. Miró a todas partes y luego a los misiles nuevamente y algo hizo click en su cerebro. Sin perder más tiempo, volteó el misil que había sacado y la punta la puso boca a bajo en la base, cosa que estaba al revés de su posición original. Luego, abrió la tapa de seguridad del panel de control, las luces aun tintineando, como advirtiéndole lo inminente.

A su lado, Louis escuchó al alfa moreno ordenarle al general a su lado que le ordenara que "detuviera los aviones". El omega no se había percatado de que tres aviones caza se acercaban, puesto que el pitido en sus oídos se había hecho incontrolable, y sus rodillas ya no aguantaban su peso, por lo que estaba agarrándose con todas sus fuerzas de la barandilla del puente, nudillos blancos, y otra mano sobre su herida. Realmente quería aguantar y ver si Harry salía con vida, si su alfa salía con vida, era lo único que le importaba en aquel momento, el único pensamiento que se repetía en su mente.

Harry vio a los aviones retirarse, pero al puente acercarse más rápido de lo que hubiera querido. Agarró el disco duro del panel de control y forcejeó para sacarlo, el pitido más veloz cada vez más. Con un último grito de frustración y coraje, sacó el disco de su base y gritó al aire:

- ¡BIENVENIDO A ANARQUÍA!

La nave, junto con los misiles, y el alfa encima de esta, se hundieron en el río de Praga, justo en el mismísimo segundo en el que el agua explotaba, tras frustrar a La Noche Silenciosa.

Al menos, eso es lo que todos en el puente vieron. Harry había logrado impulsarse fuera de la nave, diagonalmente en dirección contraria, mientras esta se hundía hasta el fondo, donde finalmente explotó. La onda de dicho suceso mandó a Harry aún más lejos, golpeándolo y alejándolo con fuerza. Mientras, en el puente, Louis se rindió, sus rodillas ya no aguantaron más y su mano, ahora cubierta de sangre, dejó de poner presión en la herida. Niall dejó de respirar por un par de segundos, y el jefe de la CIA agachó la cabeza, sentía que era su culpa, y lo era, él lo sabía.

-Niveles de contaminación en cero, confirmado señor -le informó uno de los soldados.

El alfa moreno solo asintió. Se alejó de los demás y se percató del olor a sangre. Su cabeza volteó rápidamente hacia el pequeño omega a unos metros de él, con los ojos llorosos, pero sin lagrimas saliendo de ellos. Su polo manchado de sangre saliendo de una clara herida de bala. Estaba demasiado pálido y temblaba en los brazos de Niall, quien se había lanzado al suelo al recuperarse del shock y percatarse del estado de Louis.