Dreiundzwanzig / Dvadtsat'tri / Veintitres / Twenty Three

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Las montañas estaban cubiertas de muchísima nieve, varios picos de diferentes niveles, pendientes de distintas inclinaciones, y árboles que brindaban el verde oscuro a un paisaje digno de apreciarse, en otra situación, no cuando iba en un avión para destruir una torre de comunicaciones de una mafia para que evitaran la destrucción mundial y una guerra química.

Pero sí, el paisaje era bellísimo.

-Hay demasiada turbulencia -dijo la omega piloto-, ¡no podrás saltar!

Aseguré bien mis pies a la tabla de sky.

-Solo vuela sobre la torre, yo me encargo del resto.

No pasaron más de 10 minutos para cuando ella exclamó:

- ¡AHORA! ¡SALTA!

Y lo hice, caída libre.

No era la primera vez que saltaba de un avión para esquiar en las montañas, pero en esa parte del mundo, el viento fue terrible al momento de caer, y por primera vez, no solo sentí adrenalina, sino también miedo de que algo saliera mal, pues ahora no solo mi vida estaba en juego, sino la de todo el condenado mundo si llegaba a fallar.

Liberó su paracaídas cuando fue el momento justo y una vez sobre la nieve, se lo sacó al instante y descendió colina abajo. Sabía que sería muy improbable que no lo vieran llegar desde la torre, de hecho, esperaba que en cualquier momento los hombres de Tigr estuvieran tras de él, de hecho, ese era el plan.

Se detuvo en una saliente y sacó dos explosivos, los lanzó detrás de él y luego saltó para seguir esquiando colina abajo, con el hielo rompiéndose detrás de él y una avalancha de proporciones colosales pisándole los talones. Un pedazo de hielo le golpeó la espalda, luego muchos más, sabía que la tenía demasiado cerca, parecía improbable que pudiera escapar, pero al ver la torre de comunicaciones frente suyo, saltó hacia esta y se agarró como si su vida dependiera de ello, que en realidad sí lo hacía, de la parte más alta y resistió las olas de nieve que le cayeron encima.

Hasta que todo se volvió negro a su alrededor. Aguantó la respiración.

La avalancha pasó y se calmó, entonces Harry sacó su mano hacia el exterior y luego, con mucha fuerza, logró sacar su cabeza y tomó una gran bocanada de aire.

Lo había logrado.

Casi.

Antes de que pudiera si quiera intentar salir de ahí, dos enormes carros especiales para recoger grandes cantidades de nieve lo flanquearon por ambos lados. Olían a los hombres de Tigr, así que para cuando lo empujaron a un salón sin delicadeza alguna, no estuvo sorprendido. En este estaba Sasha, apuntándolo con una pistola, Tigr caminando de un lado a otro, y Lou, sentado al medio del lugar.

Cuando los hombres que lo arrastraron hasta ahí lo dejaron frente a ellos, sintió un aroma leve a intranquilidad.

- ¿Qué pasó, príncipe? -le preguntó Tigr en tono de burla a Louis, apoyando sus manos en el respaldar de su silla-. ¿Te confundiste? -Lou miró hacia un lado-. Se suponía que debías de matar al policía después de que le plantara una bala a Harry, querido.

Definitivamente algo estaba mal.

La expresión de Tigr se transformó en una sin emoción alguna.

-Así no actúan los agentes secretos de la inteligencia rusa.

Sasha apuntó su arma hacia él al instante. Harry quiso gruñir, hacer algo, pero sabía que solo empeoraría las cosas, no podía demostrar lo mucho que Lou le importaba.

Anarchy 99 ~[En Edición]~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora