Del Amor al Odio hay un solo Paso [Fairy Tail Nueva Generación]

Capítulo 6

Luna

Me despierto a las 4 de la mañana, más o menos, en otra habitación. Lo sé porque mi cama es de color rosa, y esta es azul. Es una habitación muy bonita. Tiene las paredes blancas, con algunos cuadros, y el techo azul marino. La ventana tiene vistas a Magnolia. Nunca la había visto de noche y es preciosa.

Me entra curiosidad y me levanto para ver la habitación. La cocina está a unos pasos de la cama y tiene una ventana con una barra de bar y, al lado, hay una mesa con un florero de rosas blancas y azules y 6 sillas. Cuando me dirijo a la cama, escucho un suspiro y me asusto. No me había dado cuenta antes, pero al lado de la cocina hay un sofá. Me pongo de cuclillas en frente del sofá para ver quien es y está de espaldas, pero reconozco ese pendiente, es Fullbuster. <<¿Qué hago en Fairy Hills masculino? ¿Y por qué estoy en su habitación? Esto es muy raro.>> Entonces, se da la vuelta. Está muy mono mientras duerme, parece un niño. Espera... ¡¡No lleva camiseta!! ¡¿Qué diablos hace sin camiseta cuando yo estoy aquí?! Pero a la vez, lo agradezco. Nunca lo he visto sin camisa y la verdad es que tiene los abdominales bastante marcados. <<Luna, ¿qué haces mirándole los abdominales a Fullbuster mientras duerme? Pareces una stalker (acosadora en inglés).>> Me pongo de pie y lo miro desde arriba un momento hasta darme cuenta de lo que llevo puesto. <<¡¿Por qué llevo una camiseta solo?!>> Olfateo la camiseta y este olor lo conozco, es el de Fullbuster. <<¿Por qué llevo su camiseta? ¿Cómo he llegado aquí? ¡¿Por qué tengo tantas preguntas?!>>

Se despierta.

—¿Qué pasa? ¿No puedes dormir? —dice incorporándose y rascándose un ojo. Qué mono es! —Ah, ya has vuelto. Menos mal —añade acostándose de nuevo dándome la espalda.

—¿Cómo que ya he vuelto? No me he ido a ningún sitio. ¿Y por qué estoy en tu habitación y llevo tu camisa? —digo mientras me pongo de cuclillas y le tiro del pendiente para que me escuche.

—Mira que te gusta tirarme del pendiente, ¿eh? —dice sentándose en el sofá —No entiendo qué te ha dado ahora por tirarme del pendiente.

No se de qué me está hablando, pero la verdad es que esa es una buena manera para que me escuche o me haga caso. Creo que lo haré más de una vez.

—Contéstame —le ordeno.

Él suspira.

—Cuando salistes del río, te desmayastes y te trajimos de vuelta. Tenías mucha fiebre. Nadie quería cuidarte y, como yo había cuidado de mis hermanos antes, sabía tratar a los enfermos.

—¿Y mis padres? ¿Y Porlyusika-san? ¿Y Sylvia?

—Tus padres están con los míos en una misión, Porlyusika-san... es Porlyusika-san y Sylvia-chan es muy pequeña. Tu hermano tampoco quería, al igual que todos los demás. Ahora, si me dejas —se da la vuelta de nuevo —, quiero dormir.

—Y lo de tu camisa, ¿qué? —le pregunto, pero parece que ya se ha dormido.

Me vuelvo a la cama y paso por delante de un espejo. Me miro y veo que la camiseta de Fullbuster me llega a la mitad del muslo, y las mangas, hasta el codo. Si digo la verdad, siempre me he imaginado llevando una camiseta suya. Cómo sería de larga, si olería a él..., y ahora estoy delante de un espejo mirando como me queda. El color negro de la camisa contrasta perfectamente con mi piel blanca. Me acerco el cuello de la camiseta para olerlo y huele a él, al chico que siempre me ha gustado desde pequeña. Me miro otra vez y me doy cuenta de que estoy haciendo el ridículo y vuelvo a la cama. Miro el techo y, al rato, me quedo durmiendo.