Capitulo 3

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POV DAMIAN



Puedo sentir su risa en mi oído, su respiración en mi cuello, sus manos acariciando mis cabellos, su perfume a flores, puedo sentir su corazón latiendo fuertemente mientras la abraso y le beso la frente.



-Te amo Damian...- Murmura en Marina sonriéndome.



Me despierto de mi sueño, otra vez había soñado con ella, otra vez había vuelto a soñar con Marina. Desde que nos fuimos de vacaciones que no paro de soñar con ella, hasta a veces imagino que Jessica es ella. Cuantas veces lo habremos hecho mientras yo me imaginaba que era Marina, me gustaría volver a verla y abrasarla volver a besarla y decirle que la amo. Luego de hablar nuevamente con Lizzy y me mandara nuevamente a la mierda, decidí ir a ver a mis hijos los cuales estaban jugando a los videojuegos.


Volveríamos la siguiente semana, en verdad las vacaciones me estaban viniendo de maravilla luego de todo el estrés vivido en los conciertos, debía descansar mi voz o no podría seguir dando los shows.


¿Cómo mi vida pudo cambiar tan repentinamente?


Mi futuro hace unos años ya estaba planeado, antes me imaginaba estar con Marina, casarme con ella, criar a nuestros hijos, irnos de viaje por el mundo, vivir de lo que nos gusta. Pero ahora es todo distinto, Marina no está, mis hijos están separados. Mi vida no es la misma desde que Marina murió. Desearía que ella estuviera viva, desearía que nunca se hubiese ido, desearía morirme para estar con ella.


-Damian....- Jessica se acercó a mí y me abrasa.- ¿Te pasa algo bebé?


Niego y suspiro, Jessica me había ayudado demasiado, la había vuelto a ver cuándo me fui a Forks unos días, aun cuando Marina vivía aunque nunca se lo comente porque sabría que se pondría celosa.

-¿Quieres que te prepare un té?... O ¿Quieres hablar de algo? Te he visto muy perdido estos días...

-Solo he tenido malos días cariño, no es nada.

-¿Has hablado con tu hija? Sabes que seguro esta pensando que soy una idiota porque nos hemos venido de vacaciones el día de su cumpleaños y...

-Déjala que piense lo que quiera, siempre te trato mal y no me gusta que sea así contigo, después de todo lo que has hecho por nosotros.


Había discutido tantas veces con Lizzy por este mismo tema, ella detestaba a Jessica, por eso con tan solo quince años se había ido de nuestra casa, la verdad creo que fue lo mejor, si ella no podía querer a Jessica, no la obligaría a estar en mi casa.


Isabella la recibió con los brazos abiertos en su casa y allí vivió mi pequeña hija, yo me encargaba de mandarle dinero a través de Edward, con eso se había comprado un departamento. Venia algunas veces a ver a sus hermanos, ella me recordaba a Marina era tal cual a ella.


No les voy a mentir, cuando me entere de que tenía novio (Gracias a los periódicos), le di un sermón el cual dudo que me haya escuchado.


Sebastián Castro, dieciocho años, le gusta la música, tiene una pequeña banda con algunos amigos, tuvo estuvo una vez en prisión por haber estado en una pelea callejera, oh y por cierto, sale con mi hija.


Me había encargado de buscar cada detalle del novio de mi hija y la verdad que no lo aceptaba hasta ahora, Lizzy tendría que estar con alguien mejor que él, me pregunto si Marina pensaría lo mismo de esto, supongo que sí. Ella siempre quiso el bien para nuestros hijos.


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