III. Veintiocho;

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Enamorar.



Jongin ya le había contado a Kyungsoo sobre el viaje de su madre por un mes, omitiendo, sin embargo, las cosas que había dicho sobre él manteniendo una relación homosexual con Kyungsoo y su rotunda oposición a esta. El chico no diría nada más relacionado al tema que lo justo y necesario, es decir, nada más que un par de oraciones sueltas. Lo bueno era que Kyungsoo no lo presionaba. A pesar de notarse preocupado frente al tema, cuando Jongin decía que no quería hablar de eso la conversación era cambiada rápidamente a una banal o distraída; normalmente relacionando a su mascota en el proceso, al cual Jongin había decidió llamar "Monggu" porque le gustaba como sonaba; y como ya era primavera, la mayoría de las veces acababa con ellos paseando con el pequeño animal por algún parque o calle.

Kyungsoo lo entendía tan bien, que Jongin estaba seguro de que aunque no pudiese decir una sola palabra correctamente, el mayor aun así sabría a que se refiere. Solo que le mirarse a los ojos bastaba. Esa era una de las diferencias más grandes entre su hyung y su madre, pero Jongin no podía culparla; no lo hacía, no era capaz. Sabía que a pesar de las cosas que hubieron pasado entre ellos, era porque la mujer tenía miedo, el de afrontar que lo que menos deseaba —o más asco le daba, quizá—ocurriese así de bruscamente frente a ella, y viniendo de su propio y único hijo.

Está apenas oscureciendo cuando se acuestan sobre la cama sin nada que hacer, precisamente justo después de uno de esos paseos ya mencionados.

—¿Quieres pizza? —pregunta de pronto Kyungsoo, estirándose por un rato y relajándose con los ojos cerrados.

—¿Por?

—Porque no quiero levantarme y no hay comida preparada.

Jongin suelta una risa al escuchar el tono de descuido tan palpable en la voz de su hyung. Responde que sí, que no estaría mal, y empieza a molestar a Kyungsoo mientras llama para hacer el pedido, acercando su boca a su oreja libre y mordisqueándola. A Kyungsoo le da cosquillas en un principio, pero pronto se encuentra enrollando a Jongin con sus piernas y tomando su cabello.

No pasa a más, sin embargo, y Jongin se acuesta con la mitad de su cuerpo sobre él perezosamente.

—¿Practiquemos? —habla el mayor.

—¿Hm? —responde Jongin sin siquiera abrir los ojos.

—Me refiero a hablar. Para que puedas mejor que mi, ¿recuerdas?

El menor asiente y acaban sentados de piernas cruzadas frente a frente; la luz proveniente de la ventana un poco más oscura que antes, pero cada uno puede esbozar perfectamente el rostro del otro que está sobre en la cama.

—Crea oraciones, parte de una sola palabra y ve agregando, contando con los dedos, sin tartamudeos ni pausas. Puedes tomarte tu tiempo. Así —explica Kyungsoo, haciendo el primer ejemplo, saca su mano y en cada palabra sube uno de sus dedos— Monggu, está, dormido —y acaba con tres dedos levantados. El otro asiente comprendiendo el juego.

—¿Pu-puedo besar a hyung si lo hago... bien? —dice descaradamente, sin rastros de vergüenza y, en lugar de eso, una sonrisa pequeña que hace a su corazón latir cinco bombeos más rápidos del rango normal.

—Por supuesto.

Es Kyungsoo quien comienza.

—Hola—levanta su dedo índice.

—Hola—el otro le imita y ambos vuelven a empuñar sus manos desde cero. Jongin se inclina para presionar un beso cariñoso en su mejilla.

—Te amo—dos dedos.

III. Defective Abreaction; Kaisoo · Saga GCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora