Capítulo 26 -Parte 1

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—LaurenLaurenLaurenLaurenLauren.

—Por Dios, Camila. Cállate.—Gruñí y me puse boca abajo sobre el colchón. Mala idea.

—¿Por qué no eres buena novia y me despiertas con el desayuno? ¿Huh?—Sentí como paseaba la punta de sus dedos por mi espalda.—Laaau.—Suspiré cuando sentí que se subía sobre mi y luego sus labios presionaban en mi mejilla.

—Te llevo a desayunar, pero déjame dormir un rato más.

—No puedo esperar, me duelen las tripas del hambre.—Solté una risa inconscientemente y ella volvió a besarme la mejilla.

—Está bien, loca. Ve a bañarte y luego vamos.

—¿Por qué no vienes conmigo?—Abrí mis ojos y me giré un poco a ella. Tenía el cabello algo despeinado y su cara indicaba que recién despertaba. Era preciosa. Maldición.

—Me parece bien, así ahorramos tiempo y agua.

Una hora y media más tarde estábamos en una cafetería desayunando. Camila comía bajo mi mirada, me causaba risa la manera en la que comía observando todo a su alrededor. Era demasiado linda y no me cansaba de decirlo.

Pensé en lo que me estaría perdiendo si la noche anterior habría aceptado esa jodida línea de coca, lo habría arruinado todo con solo decir que si. No quería eso, de ninguna manera, necesitaba tanto a Camila y no quería alejarme de ella nunca.

Pero supongo que las cosas iban demasiado bien entre nosotras, y como si fuera necesario cada vez que estábamos bien las cosas se arruinaban.

Pasó unos días después cuando Camila llegó a mi departamento y Lucy le abrió la puerta, llevaba una de mis camisas y unos shorts porque había pasado la noche en mi departamento conmigo, simplemente cosas de amigas, no había pasado absolutamente nada. Pero Camila, otra vez, estaba comportándose como una jodida niña y comenzó a gritarme cosas una vez que Lucy se fue al verla demasiado alterada.

No entendía por qué hacía aquello, no confiaba en mi, era obvio y me dolía. Pero aquella mañana exploté.

—¿Por qué mierda tiene que abrir la puerta, Lauren?—Suspiré ignorándola y caminé hasta la cocina.—¡Te estoy hablando, Jauregui!

—Ya te dije que pasamos la noche viendo películas, no entiendo porqué demonios estás haciendo ésta puta escena, Camila. Me tienes harta.—Murmuré buscando una taza.

—¿¡Que te tengo harta!? ¿Ahora es mi culpa que tu hagas todo mal?—Me giré a ella.

—Cierra la boca. No quiero escucharte.—Le hablaba sin gritar mientras ella si me gritaba, y creo que era eso lo que la enojaba más, me veía tranquila y se enfermaba cuando en realidad solamente estaba intentando controlarme.

—¡No me vas a escuchar más entonces, quédate con la zorra de tu amiguita a ver si ella va a estar soportando tu mierda como la soporto yo!—Se quitó el colgante que le había dado hace unos días y me lo tiró en la cara.

—¡Te estas comportando como una maldita inmadura de mierda. Maldición, Camila, piensa un poco y deja de ser tan idiota!

No quería gritar todo aquello, pero había sido demasiado. De ambas partes.

—No tienes que estar con una inmadura de mierda, Lauren.—Dijo hablando mientras salía de la cocina.—Olvido que eres mayor y haces todo perfecto, que eres la madura de las dos, que tu soportas más que yo. Lo siento por no ser suficiente o lo que te mereces.

Tomó su chaqueta para irse, pero la detuve.

—Te estás pasando. Y yo no quise decir eso, Camila.

I like what is wrong {Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora