*Camila pov*
Estaba concentrada en el libro entre mis manos mientras Normani leía sus apuntes y Ally tecleaba en su teléfono, seguramente escribiéndose con ese chico con el que había comenzado a salir, Troy, creo.
Llevábamos un rato largo en la habitación de Mani luego de que llegáramos del centro comercial, habíamos pasado casi todo el día allí de compras, fuimos al cine también, tuvimos un día de chicas bastante bueno.
Hace mucho tiempo no salía con amigas, además de que las que tenía antes se habían alejado de mi gracias a la actitud de mis padres anteriormente, no las veía desde hace meses y no sabía nada de ellas, pero supongo que no estaban interesadas en mi porque no había recibido ni un mensaje de parte de ellas.
Ahora tenía a Normani y Ally y… Me atrevo a decir que no necesito otras amigas, ellas eran las mejores. O quizás lo eran porque no sabían muchas cosas. Y en ese momento, mientras pensé aquello, recordé las palabras de Austin. Sus palabras llevaban en mi mente varios días y lo estaba odiando.
Suspiré porque no quería mentirles, eran mis amigas y las quería demasiado, sentía que, de algún modo por ocultar algunas cosas, las estaba traicionando.
Levanté mi mirada en el mismo momento que Normani y ella me sonrió entrecerrando los ojos.
—¿Qué te pasa?—Su pregunta me sorprendió. Cada día me daba cuenta de que me conocían cada vez más.
¿Debía hablar? ¿Y si las cosas cambiaban y ellas se alejaban? ¿Y si ya no pensaban lo mismo de mi o de Lauren? ¿O de mi relación con Lauren? Tenía miedo.
—Nada.—Negué volviendo mi vista al libro.
Veía las letras pasar, las palabras, las frases, pero era como si no leía nada, no estaba concentrada.
Una mano, de piel morena, se posó sobre las páginas y levanté mi vista sabiendo que era Normani. Le sonreí y cerré mi libro. Ahora estaba “encerrada” y debía hablar.
—Dinos qué te pasa, llevas algunos días algo rara, te lo dejamos pasar, no dijimos nada, pero pareces ida. Puedes confiar en nosotras, no importa qué esté pasando, sabes que nunca vamos a dejarte sola, Mila.— Asentí.
Ahora tenía a Ally de un lado y a Normani del otro. Su cama era grande y las tres cabíamos una al lado de la otra. Apoyé mi cabeza contra el hombro de Normani mientras que Ally tomó mi mano. Respiré hondo y ordené mis siguientes palabras en mi mente.
—Cuando conocí a Lauren, al principio, las cosas no eran porque quería, me sentía obligada a salir con ella, era insistente y quería que me dejara en paz. Me escapaba de mi casa para verla muchas veces… Sabía que estaba mal porque mis padres me matarían en cuanto lo supieran. Pero… pero no sé cómo… yo de repente la necesitaba, me… me sentía bien con ella y sin querer me enamoré. Tenía miedo porque me estaba pasando muy rápido y yo no tenía idea de nada. Y lo peor de todo es que… que era una chica. Nunca me había besado con una chica, nunca me habían pasado esas cosas con una. Entonces me enamoré de Lauren, pasaron muchas cosas y cuando me di cuenta de que estaba completamente perdida en ella… Lauren me mostró otra parte de ella. Pasamos muchos momentos horribles y ella se lastimaba, se hacia daño tanto físico como mentalmente… Nunca se fue de vacaciones como les había dicho, el primer mes estuvo en una clínica para recuperarse de su adicción. Ya sé que les mentí en muchas cosas, y la verdad es que no quería, pero no iba a permitir que odiaran a Lauren aunque ella hiciera muchas cosas mal antes… Cambió y lo hizo realmente. No se merece que la odien… Entiendo si quieren molestarse porque fui una maldita mentirosa y les dije cosas que no eran cierto, pero quería tenerlas cerca de mí. Además de ustedes no hay nadie para mi. Estos días pensé mucho en esto, en decirles, en como reaccionarían, pero estoy cansada de guardarme lo que pienso y siento.
La habitación se quedó en un silencio y solté un suspiro algo tembloroso cuando no tuve respuesta alguna. Iba a levantarme de la cama para irse, pues su silencio decía todo, pero la mano de Ally se apretó en la mía deteniéndome y Normani soltó un suspiro.
—No tienes que irte.—Dijo Mani mientras me hacía regresar a mi lugar.—Mila, está bien. No vamos a alejarnos de ti por esto. Estás siendo sincera ahora.
—Solo querías cuidar de Lauren, entiendo. No es la única y primer persona que pasa eso en el mundo, Mila. Estoy feliz que ahora esté mejor. Y siento mucho lo que haya pasado antes.
—Nunca vuelvas a guardarte nada, somos tus amigas y ya no tenemos diez años, entendemos y vamos a estar para ti siempre, en lo que sea.
Me sentía tan feliz, no podía explicar la felicidad que recorría mi cuerpo al saber que mis amigas no estaban enojadas conmigo por haberles dicho cosas que no eran cierto.
—Gracias chicas, no sabes lo bien que me hace saber que no estoy sola. Sé que siempre estaban conmigo, pero tenía miedo de hablar, de como reaccionarían o qué pensarían de Lauren y de mi. Pero les prometo que todo está bien.
Aquel abrazo que me dieron las dos juntas me hizo sonreír de alivio. Hace tiempo no me sentía tan tranquila como en aquel momento con ellas.
**
Me despedí de mis amigas cuando vi la camioneta de Lauren estacionarse en la calle frente a la casa de Mani. Fui hasta el lado de acompañante y me subí con una sonrisa.
—Hola, Lo.—Me incliné para besar sus labios. Fue un beso corto.
—Hola.—Dijo en voz baja.—¿Todo bien?
—Si.—Sonreí mientras me abrochaba el cinturón de seguridad y me acomodaba sobre el asiento mientras Lauren comenzaba a conducir.—¿Tú como estas? Te he enviado muchos mensajes.
—Estaba ocupada, Camila.
—Está bien.—Le di media sonrisa y miré por la ventana lo que restó del camino a mi casa.
Estaba extraña y no sabía que le pasaba, no quise darle importancia, quizás sólo estaba de mal humor, porque si algo pasaba ella me lo diría. Estaba segura.
**
—No quiero pasar más casi una semana sin verte.—Tomé su rostro entre mis manos y la besé. Me alejé dejando pequeños besos en sus labios.
Estábamos en un parque, el sol ocultándose y aquel lugar público comenzaba a estar vacío. Yo estaba a horcajadas sobre el regazo de Lauren mientras ella estaba sentada con su espalda apoyada en un árbol.
—Te extrañé mucho.—Acaricié sus mejillas y me dio media sonrisa.
Estaba extraña, desde aquel día en su camioneta cuando me recogió de la casa de Mani estaba extraña. Y no me decía nada, era lo que me preocupaba, ella no hablaba conmigo. Ni siquiera lo hizo las veces que me llamaba en las noches o en los mensajes que nos enviamos aquellos cinco días sin vernos.
Tenía sus brazos sobre mis piernas, ni siquiera me abrazaba la cintura como siempre o me acariciaba los muslos, ni mi espalda, ni mis piernas, simplemente tenía sus brazos caídos allí.
Algo estaba mal.
—Estaba ocupada en una pintura, lleva mucho tiempo y Alex está trabajando en una nueva exposición por eso tengo menos tiempo libre porque debo ayudarlo.—Me contó y asentí pasando una mano por su pelo.
—¿Y como te va?
—Muy bien.—Asintió mirando hacia otro lado.
Llevé mi mano a su barbilla e hice que me mirara. Sus ojos verdes se encontraron con los míos.
Tenía sus ojos claros, más claros que nunca, su arito en la nariz seguía siendo perfecto en ella, sus labios rosados estaban entreabiertos, algo quebrajados como siempre haciéndolos más deseables de lo normal, la línea de su mandíbula se marcaba perfectamente y me permití recorrerla con la yema de mis dedos lentamente, dando caricias.
—¿Qué te pasa? Llevas días algo… extraña y no me hablas. ¿Sucede algo?—Pregunté en voz baja por primera vez en días.
Lauren me observó por algunos segundos con su rostro serio y por primera vez en un largo rato sus manos se posaron realmente en mi cintura por un momento.
—¿No tienes nada que decirme?—Fruncí las cejas sosteniendo su mirada, sin entender qué es lo que pasaba y a qué se refería. Negué lentamente mientras bajaba mis manos de sus mejillas a su cuello dejándolas ahí.
—No… ¿Qué debería decirte, Lo?—Acaricié su cuello con una mano. Y se mordió el labio.—Lauren, no ent…
—¿Por qué no me dijiste que Austin fue a tu casa hace algunas noches y te dijo toda esa mierda de mi?
Sentí como mi corazón se detenía y ahora entendía todo. Tragué saliva negando y subí mis manos a su mejilla para que me mirara, estaba intentando no verme tanto y odiaba eso.
—Lauren, no es lo que piensas, no te lo dije porque… porque me pareció una estupidez todo. Yo llegué y el estaba allí con sus padres, los saludé, fui a mi habitación y el apareció para disculparse por lo de antes y luego me dijo todo eso.
Apretó la mandíbula y me puse nerviosa por como iba a reaccionar. Me sorprendí teniendo miedo. Le tenía miedo a Lauren. Acaricié sus mejillas suavemente mientras la observaba. No quería que se enojara.
—Lo eché de mi habitación porque, tu lo dijiste, habló mierda y cosas que no son ciertas. No me importa lo que diga o piense. Te amo y se lo dejé claro. Tampoco me importa lo que haya pasado antes, te seguiría eligiendo mil veces más.—Me mordí el labio.— ¿Quién te lo dijo?
—El imbécil le dijo a Nick para que le contara a Dinah y Dinah me lo dijo. Me pidió que me quedara tranquila y hablara contigo…
—¿Por qué no hablaste conmigo?
—Porque esperaba que seas sincera y me lo dijeras tú.
—Lo siento.—Pegué mi frente a la suya.—Perdóname. No quiero que peleemos por eso, menos por él. No me importó, no causó nada en mi lo que dijo. Te lo prometo.
—Pero si tiene razón en algo, ¿no? Tu me dijiste que te alejé de todos tus amigos.
Tragué saliva una vez más y sostuve su mirada. Dijera lo que dijera ahora ya la había lastimado.
—Te amo como no tienes idea, Lauren.—Fue todo lo que dije y negó cerrando sus ojos.
—No. Soy una mierda. No te m…
La besé. Era la única manera de detenerla. No quería escuchar como decía que no me merece, que era una mierda y otras cosas que no eran ciertas.
Sus manos subieron a mi espalda baja acercándome más a ella. Sentí su lengua entrar en mi boca y suspiré mientras ese hormigueo en mi estómago crecía cada vez más cuando su lengua tocaba la mía.
Mis manos pasaron de su mejilla a su cuello, acaricié el tatuaje que tenía en su nuca con mis dedos mientras me alejaba del beso lentamente, dejando pequeños besos suaves en sus labios cuando aún seguía con sus ojos cerrados y nuestras frente a juntas. Iba a hablarle cuando de repente hundió su rostro en mi cuello y me mordió un par de veces y luego pasando su lengua por allí, ahogué un gemido que se salió como un ruido desde mi garganta y solté una risita cuando dejó dos besos en donde había mordido.
—Siempre me dejas marcas, Lauren.—Me llevé mi mano en donde mordió y sonrió. Me ponía demasiado feliz verla sonreír.
—Tengo que marcar territorio.—Me reí juntando nuestras frentes otra vez.
Su sonrisa estaba contra la mía y en ese momento me di cuenta de la falta que me había hecho todos estos días. Era increíble lo rápido que Lauren se había vuelto tan importante y esencial en mi vida.
Lauren me besó la sonrisa y luego la nariz haciendo que no dejara de sonreír.
—¿Quieres dormir conmigo hoy? Necesito abrazarme a ti toda la noche.—Me preguntó mientras me daba una caricia con su nariz en mi mejilla. Aquel simple gesto lograba que me enamore más de ella si eso era posible.
—Eso no se pregunta, Jauregui.
Ese día habíamos salido caminando y regresamos a su departamento tomadas de la mano. Lauren y yo hablamos todo el camino mientras sonreíamos y nos reíamos, yo de lo que decía y ella por mi risa. Lauren era una boca sucia para hablar, no pasaba un segundo sin decir groserías o maldecir a alguien, en otro momento la hubiese regañado, pero estaba disfrutando del momento. De Ella. Entonces no dije nada.
**
Lucy estaba frente a mi en la barra, tenía una cerveza en la mano y su vista se fijaba en una rubia a unos metros de nosotras.
Lauren me hizo el pelo a un lado y dejó besos en mi cuello, pero yo no quitaba mi mirada de Lucía que ahora miraba lo que Lauren hacía con una sonrisa, se relamió los labios y bebió de su cerveza.
—Ya vengo.—Dijo antes de ir hasta un grupo de chicos y chicas donde estaba aquella chica rubia.
—Que bueno que ya no se queda en mi departamento.
—¿Qué?—Pregunté.
—Se la va a follar.—Me giré sin salirme de los brazos de mi novia que sonreía.—Aunque le podíamos hacer competencia de quien hacía gemir más a su pareja.—Levantó las cejas varias veces mientras sonreía.
—Que ordinaria, ¿en serio dijiste eso?—Negué viéndola a los ojos y soltó una risa.
—Le ganábamos porque eres una gritona.—Abrí la boca sorprendida por lo que estaba diciendo.—Igual me encanta cuando gimes tan alto. Me…
Le cubrí la boca con mi mano. Mis mejillas ardían y agradecía que el club estuviera a oscuras para que mi rubor no se viera y que la música estuviera alta para que nadie escuchara lo que Lauren estaba diciendo. Estaba sonriendo bajo mi mano y la quité rápidamente cuando pasó su lengua por ahí.
—Por la mano no, pero por otro lado si, ¿eh?
—¿Puedes calmarte? Dios. Lauren. Dame eso, no bebes más.—Le quité la cerveza y frunció las cejas.
—Karla, dame eso, o te…
—¿Me qué?—La abracé quedándome a centímetros de sus labios.
—Te voy a castigar.—Dijo mirando mis labios y sonreí.
Estaba algo borracha y por eso mismo le quité la cerveza y me iba a encargar de que no bebiera más, porque no debía, ni siquiera debía haber tomado luego de que saliera de la clínica, aunque ésta era la primera vez y lo hizo porque le prometí que estaría junto a ella cada segundo.
—¿Me vas a castigar?—Me reí contra sus labios. Sentí sus manos colarse debajo de mi vestido y alejé su mano de un manotazo.—Eres ordinaria, en serio, Lauren.
—¡Pero qué hice ahora!—Se quejó como una niña pequeña.
—Me estas levantando el vestido y…—Me miró esperando que terminara la frase, si le decía que no llevaba ropa interior, por el estado en el que estaba, era probable que hacía algo desubicado aquí mismo.—La gente va a verm… ¡Lauren!—Le quité la mano otra vez.
—Me calientas y me dejas así, siempre haces lo mismo. Me voy al baño.—Solté una risa cuando comenzó a alejarse de mi y le tomé la muñeca deteniendo su paso.
—¿Cuándo vuelves nos vamos?
—¿Vienes conmigo?—Sonrió.
—Y si.—Rodé los ojos. Tiró de mi mano y entonces entendí que no preguntaba si me iba con ella a su casa.—¡Lauren!
—Me cago en mis muertos. ¿Y ahora qué?—Se giró con el rostro serio.
—No voy a ir contigo al baño.—Me observó seria por un segundo.—Te espero aquí y cuando vuelves nos vamos, ¿Si?—Dejé un beso en sus labios.
—Está bien, pero no te vayas con nadie, Camz. No me dejes.—Negué soltando una risa.
La vi irse en dirección a los baños y me volví a la barra. Comencé a observar el lugar.
Lucy ya se estaba besando con esa rubia y la miré un momento antes de fijarme en otro lugar.
No me caía mal, pero había algo en ella que me decía que no podía confiar o no lo sé. Algo no me dejaba estar tranquila con ella cerca.
*Lauren Pov*
Me choqué varias personas mientras caminaban. Había gente en la barra. Mucha gente. Estaban tomando cerveza y vaya a saber que otra cosa.
Yo quería cerveza, pero Camz me la había quitado. Maldita Camz. Me había calentado y no quiere venir conmigo al baño. Siempre hace lo mismo. Aunque en realidad nunca hace mucho, con sólo verla ya siento que el río entre mis piernas.
Ay Dios. Si Camila pudiera leer mis pensamientos estoy segura que ahora mismo me hubiese dado vuelta la cara de una bofetada.
Abrí la puerta del baño y me detuve en seco cuando vi a una chica inclinarse en el lavabo para aspirar cocaína, la otra estaba limpiando su nariz y cuando me vio sonrió
—¿Quieres?—Me dijo.
Llevaba tres meses completamente limpia. No era mucho. Yo tenía miedo porque solo había estado un mes en la clínica y se supone que podía estar bien, pero en momentos como este…
Di un paso hacia las chicas con mi vista en la línea de polvo.
La imagen de Camila se pasó por mi mente, ella estaría decepcionada de mi, yo podía arruinarlo todo con esto. Estaba borracha, pero sabía lo que estaba haciendo, pero mi cuerpo no.
Me obligué a negar y apreté mis manos en un puño sobre mi camisa con fuerza. Tragué saliva con fuerza y sentía la línea de transpiración caer por mi espalda y mi frente también.
Me encontré saliendo de aquel baño rápidamente, con mi respiración agitada y mis manos temblado.
Estaba teniendo un ataque de ansiedad, de nervios, estaba asustada porque cuando debía decir que no rápidamente había dado un paso hacia aquellas chicas. ¿Qué demonios había sido eso?
Busqué a Camila con la mirada. Estaba en la barra mirando su teléfono.
Mi respiración se normalizada lentamente mientras la veía. Era preciosa. No podía perderla otra vez. No podía. La amaba tanto. Quizás más que a mi propia vida. Y no iba a soportar estar lejos de ella nunca más.
Levantó su mirada encontrándose con la mía y sonrió, pero yo no lo hice porque estaba allí, parada, con mis manos temblando y sin poder moverme. Me sentí en paz cuando comenzó a caminar hacia mi.
—¿Qué te pasa? Estas pálida.—Tragué saliva y negué.
—Vamos a casa.—Murmuré tomando su mano firmemente para que no notara como temblaba.
No dijo nada. Se quedó en silencio y estuvo tomada a mi mano hasta que subimos a mi camioneta. Quizás el miedo que sentí me había quitado un poco lo borracha. Tenía mi vista fija en el camino. Conduje con mucho cuidado recordándome cada segundo que Camila estaba allí y nada malo podía pasarle.
Algunos minutos más tardes me tiré a la cama luego de quitarme los borcegos. Camila se estaba desvistiendo sin quitar su mirada de mi. Se quitó el vestido de una vez dejando ver su cuerpo semi desnudo. Tomó rápidamente una camisa mía y se la colocó. Vi que no llevaba ropa interior, la había visto, en otro momento me hubiese lanzado a ella y la hubiese tirado en la cama para hacer la mía o quizás no me hubiese molestado en tirarla en la cama, pero estaba allí observándola mientras pensaba en que había estado a punto de fallarle. De fallarme.
—Me asustas.—Dijo en voz baja mientras se acostaba a mi lado. Tiró de mi dejándome sobre su pecho. Me abracé a su cuerpo con fuerza y suspiré.—¿Viste algo? No entiendo que te pasó.
—Nada. Solo no quería estar ahí.—Murmuré. Su mano subió hasta mi barbilla levantando mi cabeza para que la mirara.
Presionó sus labios contra los míos. Sabía que no me creía, pero agradecí que no me preguntara. Estaba dándome espacio y eso me dejaba tranquila.
—Debes quitarte la ropa para estar cómoda.—Dijo con una voz suave mientras me daba una caricia en la mejilla.
—¿O es porque quieres tenerme desnuda?—Pregunté sin mostrar una sonrisa, pero ella si sonrió y comenzó por mis pantalones.
Los desabrochó y me los quitó luego. Se sentó a horcajadas sobre mi y me desprendió la camisa para luego quitármela. Bajó hasta mis labios con una sonrisa la cual me encargué de besar. Mis manos se colaron bajo la camisa que llevaba puesta y tomé su trasero con amabas manos. Jadeó mientras buscaba moverse sobre mi a la vez que me besaba, pero la sujeté para que no pudiera moverse y se alejó del beso dándome un golpe en el hombro.
—¿Puedes dejar de joder, Lauren?—Solté una risa apretando su trasero otra vez.
—No, voy a joderte toda la noche, vas a ver.
**
—¡Lauren!—Me pateó por debajo de las sábanas cuando le mordí el cuello.—Basta de marcas, en serio que no sé como taparlas luego.—Se quejó.
—Me subes el ego, mi amor. Y no quiero dejar de hacerte marcas, podría dejarlas… por aquí.—Dije bajando mi mano hasta sus pechos.
—Podrías, pero no te dejo.—Levanté mi vista a ella sonriendo. Tomó mi mejilla con su mano y me llevó hasta sus labios.
—¿Recuerdas lo de la competencia con Lucy?—Asintió rodando los ojos.—Le envíe snaps mientras gemías.
—¿¡Que hiciste qué!?—Me empujó lejos de ella, pero volví a sobre su cuerpo riéndome.—Eres estúpida.
—Era broma. Ni siquiera se donde está mi teléfono.—Me reí tomando uno de sus pechos con mi mano mientras me acercaba a su boca.—Si antes pensaba que le ganábamos, pues ahora lo confirmo.
—Eres una desubicada. No sé que hago contigo.—Apreté su pecho un poco fuerte logrando que contuviera el aire.
—Estas conmigo porque te follo bien.
—Porque te amo.
—Y porque te follo bien.
—Eres idiota.—Colocó una mano a cada lado de mi cara para acercarme a ella.
—Pero te fo…—No me dejó terminar porque me besó.
Apretó mi cara haciéndome hacer alguna expresión ridícula mientras me besaba cortamente, con besos pequeños y sonriendo contra mis labios. Me picaba y me mordía las mejillas logrando que me moleste porque odiaba que hiciera aquello, pero terminaba por apretarme la cara otra vez y riéndose de mi, terminaba por reírme también y abrazarme más a ella, disfrutando de su cuerpo desnudo debajo del mío.
Estuvimos casi toda la noche abrazadas, basándonos, riéndonos, hablando de cualquier cosa, ella burlándose de mi y robándome suspiros porque ni cuando estaba desnuda debajo de mi luego de hacer el amor dejaba de ser tierna y adorable. Me volvía loca, me ponía idiota y lo más importante es que cada segundo que pasaba, hiciera lo que hiciera me enamoraba más de ella.
Camila hacía lo que quería conmigo y no me importaba.
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I like what is wrong {Camren}
Fiksi PenggemarTítulo en español: Me gusta lo que está mal. Yo era un desastre. Ella era perfecta en todo sentido. Éramos totalmente diferentes, pero a ninguna nos importaba. Me estaba enamorando. Ella también. Portada hecha por el user "5H-1D-JB-DL-1997".