Capítulo 29

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*Narra Lobo*

-Maldita sea Rast-susurré ante el cuerpo de mi amigo-. No podré enterrarte, lo siento-le comenté mientras veía como por un lado se acercaban podridos y por otro corrían hacia nuestra posición los asesinos. Le cerré los ojos a mi amigo y aunque me dispuse no volver a llorar, se me hizo imposible-.

Me giré en dirección al motel que mencionó...E. Me sequé las lágrimas y corrí tanto como mis fuerzas podían y el relieve me permitía.

Ya había amanecido pero no impidió que por los nervios cayese en el algún momento al suelo. Aunque no me importó, quien me torturaba no eran las caídas sino laz pérdidas. Superviviente había muerto mientras dormía que no fue malo, lo malo fue al despertar, que casi muerde a Rast...suerte que lo remató, vino E a continuación tan mal y siendo perseguida por toda clase de ser andante, cosa que logró matar a Kazma la primera y luego a sí misma, Rast enloqueció por la pérdida de su "novia" y su amiga y por su distracción, fue sentenciado a muerte por la naturaleza.

-Creo que es aquí-murmuré observando un edificio casi en ruinas-.

Me acerqué con cuidado al motel para que no me saltase ni humano ni muerto por sorpresa. Al llegar a la puerta la vi... No era mentira...

-Kate-me arrodillé ante su cuerpo medio devorado-, ¿por qué? Yo..-las lágrimas corrieron por mi cara como si de cauce raudal se tratase-. Te quiero muchísimo Kate...muchísimo-estreché su cuerpo contra el mío-. Ojalá hubiese ido contigo o que al menos yo estuviese en tu lugar-pensé en lo que había dicho-. Olvida lo que he dicho, no te desearía este dolor nunca-la miré a sus oscuros ojos que en su día fueron mi luz-. Que contradictorio... ¿Puede haber algo peor que en la situación en la que nos encontramos?-reflexioné- Ahora que lo pienso... Romeo y Julieta acababa así ¿no? El final era con los dos muertos ¿correcto?-la miré con poca esperanza- Sé que hacer.

Tomé el cuchillo de mi bota y la apoyé en mi brazo aunque antes de eso la observé por última vez; sus ojos, su expresión, sus rasgos, su pelo, su totalidad... Por un momento me recordó a la viva imagen de la muerte.

-Te quiero.

Entonces apreté el cuchillo en forma vertical sobre mi antebrazo, la sangre empezó a salir de mi cuerpo desde el momento uno y con la sangre, mi conciencia.

*Narra Pira*

-Vaya libro sobre los muertos, por dios-lo estampé contra la pared-. ¿Cómo puede acabar así siendo además una novela no muy romántica? No entiendo como me he puesto así solo por el libro de los..-fui interrumpida-.
-¡Pira qué quieres de cenar!
-¡Amor!-dije gritando desde mi cama-
-¿Ya acabaste el libro del abuelo verdad?
-Si-lloré en la cama-.
-Bueno bueno ya verás como hay mejores-se sentó a mi lado y me consoló tocándome el pelo tras subir las escaleras muy tranquilamente-. Baja a cenar que todo estará listo en un periquete.
-Si-la seguí llorando aún-. Maldito yayo... ¿Cómo hace que termine así?
-Ingenio-se dirigió a la cocina-.
-Mamá.
-Dime.
-Nunca me puse así por un libro-intenté que se diese cuenta mientras me tiraba a sus brazos-.
-¡Para!-ordenó mamá-
-Que vida más injusta-me fui a un rincón a llorar-.
-Hay patatas.

Tras un minuto de silencio comenté:

-No lo será tanto si hay comida de dioses-me giraba con una sonrisa de oreja-.



•°•°•°•°•°•°•°•°Fin•°•°•°•°•°•°•°•°•

Adiós mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora