Capítulo 22

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*Narra Lobo*

Todo amanecía como de costumbre. Bueno, "como de costumbre", no debíamos preocuparnos por los muertos o la seguridad ya que las trampas no habían sonado. Se podía oler a carne por desayuno, lo que hizo que en seguida me vistese e intentase pillar cacho. Nada más cruzar la puerta de la campaña distingo a Kate con su largo pelo aún sin peinar preparando la carne. Podría cualquiera pensar que es una desarreglada pero así muestra un tono inocente que es sencillamente adorable.

-Buenos días-la saludé con la mejor sonrisa que podía poner recién levantado-.
-Buenos días-correspondió entre risas-.
-¿Los demás?
-Duermen, ayer hubo mucho trajín y necesitan descansar.
-Cierto...-recordé sentándome al lado de la hoguera que ella misma había creado-. ¿Y qué haces entonces despierta tú?
-Tenía hambre.
-Ya somos dos, cocinas genial para que lo sepas, o por lo menos eso huele.
-Gracias-dijo roja. Lo que hizo que se me saltara una sonrisa y ella me mirase, entonces los papeles se cambiaron y fui yo quien parecía un tomate, de lo que me dí cuenta y aparté la vista-.

Estuvimos en silencio varios minutos hasta que por fin pude sacar un tema de conversación.

-Se quedó ayer bonita la noche ¿eh?-idiota va a pensar que no quieres hablar con ella, enmendalo-.
-Si...el cielo estaba precioso-dijo algo incómoda-.
-Pero no más que tú.
-Per-perdona...
-Lo que oyes-dije acercándome-.
-¡Buenos días!-se despertó Happy-. Podríais levantar a los demás ¿eh? Solo como idea-añadió risueña-. ¿Interrumpo algo?-se fijo en nuestra proximidad-.
-¡Nada!-evitó el tema Kate-. ¿Quieres desayunar verdad?-preguntó mientras se alejaba un poco de mí-.
-Claro-se echó las manos al vientre-.
-Toma-le ofreció un poco de carne recién salida del fuego-. ¿Quieres Lobo?
-Quiero otra cosa...-contesté en susurros-.
-¿Qué? No te llegué a oír.
-Que claro que sí.
-Toma-me ofreció-. Los demás ya irán pillando cacho-se llevó un trozo de carne a la boca-.
-Sabroso-alagó Happy-.
-Y crujiente.
-Gracias chicos-se llevó otro trozo a la boca-.
-¿Contamos un poco nuestra historia para conocernos?
-Claro, buena idea-me contestó Happy-. Me pido primer-no dejó decir turnos-. Nunca he tenido madre, quiero decir, mi madre su fue con otro hombre cuando yo nací. A mi padre le afectó mucho pero no dejó que influyese en mi educación, e irónicamente, para estar consigo mismo un poco me llamó Happy, felicidad en inglés. Mi padre se dedicaba a la carpintería y llegué a aficionarme a ese mundo, quería serlo cuando creciese y todo...hacía obras de arte que en ningún otro sitio había visto...expresaba cualquier cosa a la perfección y era alucinante. Yo, al querer ser algo tan "mediocre" no tenía muchos amigos, tenía un único amigo que se llamaba Anto, pero también tenía a gente mayor con la yo podía hablar... Cuando todo esto ocurrió yo estaba en clase y pude escabullirme usando pequeños callejones de la escuela e incluso alcantarillas, pero fui la única superviviente, del centro digo. Al llegar a la pequeña tienda de mi padre no había nadie y se hacía de noche. Mi próximo destino era mi casa en la que tampoco estaba, pasé días en mi casa esperándole, cosa que fue pérdida de tiempo. Al salir ya cansada de esperar para empezar su búsqueda encontré a Anto matando a un podrido...era mi padre...no sabía que estaba muerto y maté a Anto en una paliza antes de que pudiese explicármelo. Estuve rondando la posibilidad de matarme, pero recordé las palabras de mi padre, que me dieron fuerzas para seguir adelante: "Si la vida te da la espalda, tocale el culo hija, que entonces se volverá a girar". Es una estupidez que me hace seguir viva al fin y al cabo.

-Wow...no me esperaba esa historia de ti, Happy.
-Lo mismo digo-dijo Kate tirando el trozo de hueso al bosque-.
-Las apariencias engañan.
-Opino igual-dije mirando de reojo a Kate-.
-Oye, ¿vamos a hacer guardia?-se le ocurrió a Happy-.
-Ni nos esperáis.

Todos nos giramos y vimos a E y Rast ya despiertos y...demasiado juntos para estar en la zona amistad. Supongo que sería por lo de pasar tiempo juntos o dicho de forma romántica: "cita". Ojalá tuviese también el valor de pedirla alguna a Kate.

Adiós mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora