capitulo 96

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Capitulo 96


Caminamos hasta la oficina del director los demás estaban en la hora del almuerzo pero no muchos se percataron de nuestra presencia golpeamos varias veces hasta que el abuelo nos abrió
—_______ ¿Qué haces aquí? —me pregunto el abuelo
—Sebastián quiere que lo acompañe —levante los hombros
—Está bien sigan ambos —cerró la puerta tras nosotros
—Al grano no se ponga con rodeos —le dijo Sebastián y se sentó frente al escritorio
—Mira Sebastián yo sé que es difícil aceptar una cosa como esta —suspiro mi abuelo Sebastián miro para otro lado incomodo —Pero tu madre era una excelente persona, una mujer muy dulce, sentimental graciosa —se rio el abuelo —Pero lastimosamente se caso con tu padre —suspiro pesadamente —Ella te quería mucho
— ¿Y entonces porque me abandono? —dijo dolido Sebastián
—No fue su elección tu padre la obligo, lamento lo que voy a decirte pero tu padre bueno no te quería mucho el quería q tu estuvieras solo pero tu mama te trajo aquí y pago toda la colegiatura por adelantado ella sabía que estarías bien aquí conmigo muchas veces tu padre intento sacarte pero tu madre desde algún lugar del mundo lo impedía era lo único que podía hacer no la juzgues ella solo quería lo mejor para ti —le dio una cálida sonrisa
—Pero como es que usted nunca me dijo nada —le grito Sebastián enfadado
— Sebastián cálmate —puse mi mano sobre la suya
—Mira Sebastián yo sé que es difícil de entender pero no eran mis asuntos yo no podía decírtelo tu madre lo decidió así y así lo quise cumplir —dijo calmado el abuelo
—Pero ¿Por qué murió? —pregunto consternado Sebastián
— Sebastián tu madre tenía cáncer —eso fue como un golpe en el rostro a Sebastián se descompuso no demoro mucho en derramar algunas lagrimas le di la vuelta y lo abrace su cabeza quedo sobre mi hombro me abrazo demasiado fuerte, le di muchos besitos en las mejillas no me gustaba verlo así me partía el corazón
—Tranquilo —le susurre al oído y le masajee la espalda
—No quiero estar más aquí —dijo dolido
—Entre más rápido acabe el abuelo más rápido nos iremos ¿sí? —lo levante y le limpie las lagrimas de los ojos
—Continúe —dijo Sebastián en un hilo de voz
—Ella te dejo una carta léela cuando estés listo —mi abuelo saco un sobre de su escritorio y se lo entrego a Sebastián —También te dejo su pequeña empresa de publicidad —el abuelo puso un sobre muy gordo sobre la mesa —Su casa aquí en Londres —coloque otro sobre —Y el resto está en el banco Sebastián ella te dejo todo
—Quédese usted con esto — Sebastián le devolvió los papeles de la casa y los papeles de la empresa
— Sebastián esto no me pertenece —dijo el abuelo
—Se los pediré luego gracias —y dicho esto se levanto de la mesa tomo el sobre con la carta y salió de allí, me despedí de mi abuelo y lo seguí
Lo encontré sentado en un pasillo con la cabeza entre sus piernas solo me senté a su lado y espere a que quisiera hablar
—Tengo hambre —se paró de repente y fui tras el
Se comió dos platos de comida ¡dos!
— ¿Algo más? —le pregunte riéndome Sebastián se rio conmigo
—No nada —suspiro parando de reír
—Yo sé que es abrumador pero vas a estar bien —le dije
—No me apetece mucho seguir hablando de esto —hizo una mueca y se levanto empezó a caminar a quien sabe donde a lo mejor quería estar solo así que me quede sentada en la mesa
Entonces Sebastián se dio cuenta que no lo seguía y se dio la vuelta
— ¿Qué haces ahí? —me pregunto
—Pensé que querías estar solo —levante los hombros
—Ven acá —me hizo señas de que me acercara —Lo más probable es que si no estuvieras conmigo ya hubiera enloquecido —me abrazo y se rio en mi oído —Así que no te alejes
Fuimos a su habitación Sebastián quería relajarse un poco
—Voy abrir la carta —empezó a destaparla
—No Sebastián —se la quite —No creo que estés listo
— ¿Por qué no? —pregunto
—No creo que sea el mejor momento —la doble en tres y la metí en su mesa de noche
Escuchamos las risas de Mario fuera de la habitación Sebastián se apresuro y corrí a la segunda planta
—Hola Mario—lo salude cuando entro a la habitación
— ¿Dónde estabas estuve buscándote toda la tarde? —se sentó a mi lado
—Estaba con Sebastián —levante los hombros
—Así que estabas con Sebastián —dijo con voz de pervertido
—No seas ******* Mario—le dijo Sebastián desde arriba
—Nos castigaron por no venir ayer —mentí
— ¿Y qué les toco hacer? —me pregunto
—Amm —me quede en blanco
—Limpiar los establos — Sebastián hablo por mi
—Qué asco —se alejo de mí y no pude reprimir una carcajada — ¿Vendrán con nosotros esta noche? —nos pregunto
—No —respondió Sebastián
—¿______? —me pregunto
—No me apetece hacer nada hoy me iré mas tarde para mi casa —levante los hombros
—Aburridos —se rio Mario y tomo su maleta —Nos vemos el lunes —me guiño y salió de la habitación
—No hay monos en la costa —le avise a Sebastián y este bajo las escaleras mientras suspiraba irritado o más bien resignado
— ¿Por qué te escondiste de Mario? —le pregunte cuando se sentó a mi lado
—Porque no quería que me viera así —levanto los hombros
— ¿Por qué no? Si él es tu mejor amigo —pregunte confundida, si había una persona que mereciera saber esto más que nadie ese era Mario, Mario era como el hermano mayor que Sebastián nunca tuvo era casi su mitad
—Seria abrumador para el lidiar con todo esto —hizo una mueca —Mario es mi mejor amigo y siempre lo será pero él no sabe lidiar con situaciones difíciles —se rio bajito
—Estoy segura que por ti lo haría —sonreí
—Por ti también —me sonrió de vuelta
—Por mi ya lo ha hecho por eso te lo estoy diciendo —de no ser por Mario que me mantuvo de pie dos veces primero en Manhattan y luego aquí, de pronto yo no hubiese tenido la fuerza suficiente para lidiar con todo el asunto de Sebastián
—Quiero darme un baño —se levanto algo deprimido — ¿Estarás aquí cuando salga? —me pregunto
—Claro que si —le sonreí y el desapareció de mi vista
Aproveche para ir rápido a mi habitación no quería encontrarme ni a mi hermana ni a Laura pero a falta de una me encontré a las dos
—Hola _____ ¿Dónde estuviste? —me pregunto Laura alistando su maleta
— Sebastián y fuimos castigados por lo de ayer así que tuvimos que limpiar los establos —gemí para sonar más creíble
—Qué asco ¿te has duchado al menos? —mi hermana me pregunto con una mueca de asco en su cara
—No precisamente a eso venia —me reí y subí a la segunda planta —Diviértanse las veo luego —tome unos jeans y una camisa blanca de tirantes y me metí al baño abrí la ducha solo para simular que me bañaba pero en realidad me estaba cambiando me cepille los dientes y recogí un poco mi cabello luego de eso tuve que sentarme en el inodoro a esperar que mi hermana y mi mejor amiga salieran de la habitación para poder irme, no tardaron mucho y cuando lo hicieron salí tras ellas sin que se dieran cuenta pero tomamos caminos diferentes ellas a la salida yo a la habitación de Sebastián
Cuando entre Sebastián no había salido aun del baño así que me senté en su cama con las piernas flexionadas y espere que lo hiciera mientras tanto me puse jugar en mi celular hasta que vibro en mis manos y me pego un susto de muerte
—Hola —conteste divertida mientras me burlaba internamente de mi misma
—Hola amor —me saludo James
—¡James! Hola —tuve que fingir mucho entusiasmo
— ¿Cómo estás? No he sabido nada de ti en toda esta semana —sonó algo decepcionado y no pude evitar sentirme como la bruja del cuento
—Bien es solo que bueno ¿recuerdas que esta semana era el campeonato? —pregunto
—Si es cierto ¿Cómo les fue? —pregunto animado
—Pues ganamos —sonreí —Y bueno como perdimos algunas clases estos días han sido una completa tortura no hemos tenido tiempo para nada —mentí
— ¡Felicidades! —grito por el teléfono —Por otro lado lamento no tener tiempo para estar contigo
Hay estaba de nuevo mi yo internado gritándome mil insultos y haciéndome sentir peor, cada cosa que decía James era como un granito de arena agregado a la montaña de culpa que crecía en mi interior a la velocidad de un avión, el lamentaba no tener más tiempo conmigo y yo casi celebraba no tener tiempo con él, no porque me fastidiara su presencia o algo parecido más bien era que solo con ver esa sonrisa que se le formaba en el rostro luego de que me besaba, la forma en que su mirada brillaba cuando estaba conmigo me hacia desistir de ser yo quien entristeciera esa mirada quien acabara con esa sonrisa.
—No yo lo lamento por lo menos debí haberte llamado —le di mis más sinceras disculpas
— ¿Qué te parece si nos vemos mañana? —me pregunto
No, no podía verlo pero tenía que hacerlo si quería terminar con esta montaña de culpa que cada vez se hacía más grande en mi interior
—Está bien nos vemos en el café en la tarde ¿te parece? —le pregunte
—Perfecto ahora tengo que irme preciosa descansa —me dijo
—Descansa igual adiós James —sonreí
—Adiós amor te quiero —dijo y colgó
Lo último que dijo fue como una daga directo al corazón, quise devolver el tiempo jamás haberle dicho que si a James porque ahora tenía que cortarle las alas no pude evitar derramar algunas lagrimas, James era una buena persona y el no merecía lo que estaba a punto de hacerle
— ¿Qué paso? —Sentí como la cama se hundió a mis pies y me limpie rápido
—Nada —mire hacia otro lado
—Como que nada ¿entonces por qué lloras? —me tomo la cara con ambas manos
—Acabe de hablar con James —suspire
— ¿Le paso algo? —me pregunto preocupado
—No es solo que —mire a Sebastián no quería decirle lo que acababa de decirme James, de las personas en este planeta a él era al que menos le diría algo como eso pero necesitaba decírselo a alguien —El dijo...—solloce —El dijo que me quería —suspire y mire hacia abajo esperando alguna reacción pero no paso nada
— ¿Y tú lo quieres a el? —me levanto de nuevo el rostro Sebastián obligándome a mirarlo
—Si —susurre y vi como su cara se descompuso al instante —Pero como quiero a Jaramillo o a Laura, no como te quiero a ti —vi su mirada iluminarse
—Es inevitable que él no vaya a sentirse mal yo lo haría —se rio un poco —Pero es lo mejor para él y para ti también —me toco suavemente la punta de la nariz
—Nunca me imagine que tú me darías consejos para romper con mi novio —me reí y Sebastián se rio conmigo
—Créeme yo menos —se rio mas fuerte pero de repente se quedo en silencio — ¿De verdad vas a irte a tu casa esta noche? —me pregunto evitando mirarme
— ¿Quieres que me quede? —me incline un poco para estar más cerca
No me dijo nada solo se giro un poco para mirarme y asintió mientras sonreía
—Ok entonces vamos a cenar —me levante y lo tome de la mano
—No quiero que me vean parezco Rodolfo —se rio bajito
—Rodolfo es tierno —levante los hombros y me reí —Además son las 7 todo el mundo ya debe estar fuera de este manicomio —lo jale conmigo
Cenamos no fue nada interesante y luego vimos un programa en la sala hasta que note que se estaba quedando dormido así que lo acompañe a su habitación, me iba a ir pero el insistió en que le hiciera compañía hasta q se quedara dormido
—No quiero estar solo —me había dicho con un nudo en la garganta así que solo esa frase basto para que volviera junto a él y me acurrucara a su lado
— ¿Alguna vez te conté que quería que la conocieras? —me pregunto Sebastián cuando estuvimos frente a frente
—Me hubiera encantado conocerla —sonreí adivinando que él se refería a su madre —Hablando eso porque le dejaste tus cosas a mi abuelo —pregunte curiosa
—Bueno no se lo deje, de regalárselo pero por el momento prefiero que lo tenga el además todo se queda en familia —levanto los hombros
— ¿En familia? —me reí
—Si en familia _____ tú eres mi familia —me beso la frente —Y el es de tu familia —levanto los hombros
—Aw ven acá —lo jale y lo puse sobre mi luego pase mis brazos sobre el —Descansa —le dije al oído y le di un beso en la frente
Yo también debía descansar mañana no sería un excelente día para mí pero era lo que debía hacer

El popular ಞಞ♥ Adaptada ♥ಞಞ TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora