CAPÍTULO 14

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Mis ojos estaban clavados en los suyos. Esas profundidades color verde, estaban llenas de emociones, llenas de amenazas, y podría decirse que hasta de miedos.

-Bueno, vamos a comenzar -habló Isabel.

Natalie giró la cabeza para mirarla.

-¿Tú vas a sacar las fotos? -le preguntó algo nerviosa.

-Si, ¿Cuál es el problema? -le preguntó su madre.

-No, nada -dijo y volvió su vista al frente. Soltó un leve gruñido.

-¿Qué sucede? -le pregunté.

-Esperaba que mi madre no fuera la fotógrafa -me dijo.

-¿Por qué?

-Porque a veces... pide demasiado...

-Ahora Óski, pon tu brazo izquierdo alrededor de la cintura de Natalie y acércala a ti cuando yo te diga -me dijo.

Hice lo pedido y cuando dijo ya, la acerqué a mí haciendo que chocara levemente contra mi pecho.

-Perfecto -habló Isabel -Ahora mírense a los ojos. Natalie pon tus manos sobre sus hombros y acércate más a su rostro.

La rubia giró la cabeza para mirarla.

-Isabel... -la llamó por su nombre, como forma de advertencia.

-Haz lo que te digo -dijo ella. La rubia obedeció y se acercó más a mí -Natalie, quiero que dirijas tu mirada a la cámara. Tú Óski, solo mírala a ella.

Otro flash iluminó todo.

-¿Cuántas fotos más vas a sacar? -preguntó Natalie.

-Varias, varias -contestó Isabel -Ahora quiero ver deseo, mucho deseo.

-Tus peticiones son ordenes para mi, Isabel -le hablé.

-¡Nooo! -chilló ella.

-¡Natalie, actúa como si desearas a Óski o te reduzco el sueldo! -la amenazó.

-Vamos cariño, haz caso. Las mamás siempre tienen la razón, ¡Deséame!

-Como os odio -musito ella.

-Ahora Óski, levanta a Natalie sobre ti y coloca una de tus manos justo cerca del parche en donde esta la marca y la otra en su espalda.

-Mamá, ¿desde cuando las fotografías se volvieron tan... pornográficas?

-Ay Natalie eres tan... quisquillosa. Haz lo que te digo, así terminamos todo esto rápido.

Ella murmuró algo que no logré entender.

-Vamos cariño, arriba -le dije y la alcé sobre mí.

Sus piernas se cerraron alrededor de mi cintura, y sentí que iba a volverme loco ante el adictivo aroma de su perfume.

-Natalie, peina su cabello hacia atrás con tu mano. Y mírense las bocas.

Parecía que ella ya no iba a protestar. Su mano se enterró en mis cabellos peinándome hacia atrás, y sus ojos se clavaron en mis labios, al igual que los míos en los de ella.

Luego de media hora, en donde seguimos posando cerca, muy cerca. En donde ella posó sola, y de verdad parecía una modelo profesional, haciendo caras y gestos. Hasta yo tuve mis poses solo, y debo decir que soy más bueno de lo que pensaba.

NADA ES LO QUE PARECEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora