ARIES Y TAURO

Capítulo 7

- Eso tiene que ser un Sí. De otra forma no te pondrías roja. Salud por eso. - dijo mientras chocaba su copa con la mía

El día que lo ví en el cumpleaños de Sally cambió todo. Tres semanas después Alan y yo, eramos novios. Pensaba que eso no tendría un final, que abrazarlo era la mejor cosa en el mundo. Y fue un año, un año que se fue en un chasquear de dedos. Y por mas ridículo que fuera, dormía abrazada al peluche que me regaló. Una parte de mi siempre supo que él me haría daño, era inevitable. Llegue a amarlo mucho.
Cada vez que le llegaba un mensaje yo era mas susceptible y estaba enloqueciendo. Quizá solo eran celos locos, pero una día decidí hablar con él. Asi es como se solucionan las cosas no? Hablando.
- Porqué sigues hablando con Kelly? - nudo en mi garganta.
- Tiene problemas y no tiene a nadie más - lo dijo sin mirarme.
- Me molesta que hables con ella - lo dije mirandole a la cara mientras él solo miraba hacía el frente.
- Porqué? - dijo mirándome.
- Sabes que ella aún quiere algo con tigo - al fin, lo dije.
- Nunca te di motivos para dudar de mí - lo dijo con una mirada dura, que lastimaba. No me dio motivos? Este era un motivo de hecho. Pero no dije nada.
- Nunca. Pero ella sabes que se te insinúa. Desconfío de ella.
- Te dejo ver mis conversaciones - dijo como si nada. Era cierto pero solo veía lo que el me mostraba.
Basta! Basta! Estaba siendo una psicopata!! Que rayos me pasaba? Yo confiaba en él, si, pero porque decía estas cosas? Porque!.
- Quiza sea mejor que nos demos un tiempo - lo miré, sentí como si me hubiera golpeado. Lo miré sentí mis ojos ardiendo, mi pecho dolía.
- Porque lo dices? - dije incrédula.
- Es verdad, no se muy bien lo que siento ahora. Solo necesito tiempo - dijo Alan sin mirarme. Sin mirar mis lágrimas cayendo por mis mejillas, sin mirar el miedo que tenía de sus palabras.
- Esta bien - dije casi en un susurro.

Ese día nos despedimos solo con un abrazo, después pensé en porque no le dije que se quedará, en abrazarlo un poco mas fuerte, en decirle que lo amaba. Me arrepentí de muchas cosas, y se me partía el corazón. Solo fue el principo.