Capítulo 18

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Alan se fue molesto, me dejo en medio de la noche sola con lagrimas silenciosas que rodaban por mi mejilla. Sentía que todo lo que un día tuvimos jamas volvería a ser igual. Era como una pintura a colores donde todo se volvía a blanco y negro.
No sabía si volver y decirle a Sally lo que había pasado o solo irme, queria sentirme completa de nuevo, pero estaba tan rota que cada pieza me dolía.
- Estas bien? - esa vos, su mano caliente en mi brazo.
- Gabriel...
- No te ves bien, ven te invito un café, si?
- Esta bien... - dije asintiendo después de todo el no tenía la culpa. Lo que había pasado era algo que solo iba cada vez peor.
Gabriel me abrazó se sentia caliente, cómodo y seguro. Me sentía parte de algo. Gabriel, de donde había salido este chico tan amable.
- Cinthya verdad? - tenía una voz de narrador de cuentos, mi nombre sonaba tan bien.
- Si, mucho gusto - dije casi riendo, casi llorando. Estaba hecha un desastre.
- No se que pasó aquí, pero una chica tan bonita como tú no debería estar llorando por nada ni por nadie - dijo mientras encendía un cigarro.
Me rodeo con su brazo y empezamos a caminar. No sabía a dónde me llevaba pero sentía esa confianza inexplicable, no tenía miedo. Caminamos por varias cuadras mientras el me contaba sobre el fabuloso café al que me llevaba, que me encantaria. Con el hablando yo no sabía nada más, me sentía un poco alejada de mi corazón roto.
Llegámos a una puerta azul que estaba en medio de dos escaparates de ropa, la puerta tenía un pequeño letrero que decía "Abierto". Abrió la puerta, era un pasillo iluminado con luces como luciérnagas en el techo, el pasillo era estrecho, pero era mágico.
- A que estas mojandote las bragas - dijo Gabriel, no puede evitar reírme, casi era verdad. El lugar olía a una mezcla de chocolate con canela y café, lo podía sentir en la piel.
Había una cortina de cintas plateadas intuía que al otro lado estaba un lugar encantado con hadas volando en medio de un bosque, pero era un salón iluminado delicadamente con luces amarillas, había un pequeño escenario al fondo donde una chica pelirroja tocaba la guitarra de una manera hechizante, no podia quitarle la vista de encima. Estaba dormida? Era un sueño? Dónde estaba?
- A que te encanta - era la voz de Gabriel, ya sabía como había llegado
- Dónde estamos? - pregunte sin quitar la vista de la chica pelirroja.
- Un lugar que cura el alma, solo para personas vip.
Me guío a una mesa cerca de la ventana, habían pequeñas macetas con plantas en la cornisa, todo parecía sacado de un cuento.
- Buenas noches! - era un chico de cabello negro ondulado, tenia una sonrisa con hoyuelos que hacia que mi corazón se acelere, pero que me pasaba!!
- Que van a querer? - preguntó sonriendo, yo casi me desmayaba. Tenía los ojos azules...
- Para mi nueva amiga Cinthia un chocolate caliente con un poco de coñac y yo voy a querer un beso - dijo Gabriel sonriendo, un momento que!!!
El mesero se acerco a Gabriel, le agarro del mentón y le plantó un beso, juró que no pude dejar de ver, era gay!! Me sentí avergonzada y desvíe la mirada...
- Te quiero Daril - dijo Gabriel al oído de Daril nuestro mesero, sonrió aún más, intuí que eran pareja...
- Gab... - un beso en la frente, hice un ruido con la garganta, esto se estaba volviendo incomodo. Gabriel me miró sonriendo.
- Cinthia el es mi novio Daril, y Daril ella es Cinthia... - Se sintió como si me presentara algo preciado para el, algo especial, era una noche extraña. Solo sonreí al verlos, tenía ganas de llorar de nuevo.
- Esos ojitos tristes, Que pasó cariño? - me dijo Daril, acariciandome la mejilla, se sentía bien.
- Una noche dura - dije apenas

ARIES Y TAURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora