Capítulo 19

111 7 0
                                    

Les conté  todo, todo hasta lo que Sally no sabía, en medio de lágrimas, sollozos y rabia. No sabía que era y por qué pasaba todo esto. Daril y Gabriel me escucharon, sólo que hicieron una que otra  pregunta, al final los dos se pusieron de acuerdo, o eso parecía eran como una radiofrecuencia  parecían  sincronizados.
- Bien, cariño. Todo esto es un  gran embrollo, es lógico que estés confundida, después  de todo  lo que pasaron - Daril todo un respiro, miro a Gabriel  como si le dijera tu turno, Gabriel  asintió, se rasco una oreja  y sonrió.
- Ci, estas en una espiral de nunca terminar, Sólo te estas haciendo daño, no soy  nadie para decirte que hacer o como hacerlo, pero si hoy te abriste a nosotros  para contarnos todo  esto, es porque de verdad no sabes a donde ir, alguna vez yo también me sentí  así, en una relación  tóxica, no es que  Alan sea un mal  tipo, pero lo único que se hacen  ahora  es daño. - Gabriel  miró  a Daril  y el asintió  mientras me tomaba de la mano.
- Yo lo quiero, lo amo - dije mientras caían  dos lágrimas por  mi rostro.
- Lo haces en realidad? O sólo te acostumbrarte a la idea? Y ahora sólo tienes  miedo  de avanzar, de cerrar  ese capítulo? No digo que antes sólo fuera eso, seguramente se enamoraron, se amaron intensamente, pero algunas cosas no son para siempre, se agotan. Debemos dejar ir algunas cosas es parte de la vida - Daril me miró  a los ojos de forma intensa, como si lo que me decía  le saliera  del corazón.
- Yo... No sé - me habían  dejado sin palabras, tenían  razón? Pero yo no quería aceptarlo, porque no todo podía  ser como  antes?
- Se que  estas confundida. Y eso está bien, sólo  piensa bien lo que quieres o si quieres seguir así - Gabriel, tenía  razón  eso creía  una parte de mí, al menos  quería creerle pero  no sabía si podía  pasar por  todo eso, no sabía si quería.
- Me tengo que ir, ya es tarde - dije en medio de un suspiro, me levanté y Daril me apretó  el hombro y empezó  a recoger la mesa.
- Ci si tu quieres puedes venir cuando  quieras, aquí estamos yo o Daril, es nuestro  café - me giñó el ojo
- Claro, gracias  por todo.

Cuando  llegue a casa eran casi  las  3 de la madrugada, las luces apagadas mis papás durmiendo, corrí  hacia mi ventana para meterme a mi cuarto silenciosamente como un ninja. Me puse la pijama y me dormí  apenas cerré  lo ojos.

Cuando  desperté  mi celular tenía  cinco  llamadas perdidas todas de Alan y un mensaje:
Tenemos que hablar

Quería  gritar, quería llorar, quería retroceder en el tiempo cuando sólo nos queríamos y nos reíamos de las cosas  sin  sentido, me dolía todo hasta los dedos. Me cambie apenas unos jeans y una camiseta blanca. Salí de casa a la Universidad con el corazón  en la garganta casi saliéndose, no era por las clases que había perdido, que eran dos. Alan podía  estar en cualquier parte y no  quería  enfrentarlo. Eso acabaría la muy  mal.
Quizá  era verdad y estábamos  en una espiral haciéndonos  daño una y otra  vez. Era tóxico. No lo quería  creer. Necesitaba ver a Sally  ella podría  ayudarme. Busqué  su horario en el celular, aula 456. Corrí  por el campus. Y toque la puerta tres  veces.
Su docente  con cara de indignado  me abrió  a los 2 minutos.
- Que quieres? - dijo mirándome de pies a cabeza, su docente  era un espécimen calvo de 40 años. Empecé  a lagrimear y poner cara de que era  una emergencia.
- Podría  llamar a  Sally, ha pasado algo terrible - gemí, el suspiró  y cerró la puerta. Me quedé  parada, había  funcionado? No?
La puerta se abrió  y era Sally, tenía  cara de no tener  ni idea, yo sólo la abrace.
- Que pasa cariño? - dijo Sally un poco  confundida.
- Sally me estoy hundiendo. - apenas  lo dije y las lágrimas salían como  si tuvieran  rato esperando.
- No, tranquila. Ven vamos por un café, este señor me mataba del aburrimiento - dijo señalando el aula.
Sally pidió dos capuccionos de canela, nos sentamos.
- Ahora sí  dime porque  desapareciste  ayer en la noche, se que tiene que ver con  Alan y con el chico  ese con el que bailabas. Pensé  que lo había  puesto celoso, creí  que sería bueno pero ya veo que no....
- Puedo hablar? - dije casi  riendo, con  ella nada parecía tan grave.
- El chico ese con el que bailaba  era gay primero. Segundo Alan se puso furioso no sólo celoso, todo esto se salió  de control  - dije con un suspiro mientras miraba  la espuma sobre el café.
- Como? No lo puedo creer gay! Era tan lindo! Que lastima....
- Sally, Alan me hace daño y yo a él. Creo que lo mejor es acabar con todo esto... - apenas lo dije y sentí  como una ola que me golpeaba en el pecho, no sabía cuantas  lágrimas  podía  tener  pero seguro  eran muchas....

ARIES Y TAURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora