ARIES Y TAURO

Capítulo 1

Nos podemos ver?

Era un mensaje de tres palabras, pero me golpeo como un puño en mi corazón y la boca de mi estómago se hacia pequeña, sentía las palmas de mis manos sudar. Mis dedos casi dejan caer mi celular.
Era Alan después de todo este tiempo, habíamos roto hace siete semanas después de un año de relación, el primer mes no lo podía soportar le envié mensajes donde le decía que lo amaba y que podíamos solucionarlo, pero el nunca me respondió, hace una semana decidí salvar lo poco de dignidad que me quedaba. Y ahora estaba bien, ya no me moría por verlo ya no sentía ese vacío  por las mañanas, pero este mensaje estas tres palabras me derrumbaron.
Quería responder y correr a verlo, después de todo este tiempo. Miré el mensaje y llame a Sally.
- Ci! Que pasa?
- Sally porque supones que pasa algo?
- Son las 12:30 de la madrugada, algo importante tiene que ser, de otra forma me dejarías dormir.
- Es Alan
-Noo! No pienses si quiera en responderle! No tiene derecho a ignorarte todo este tiempo y ahora volver como si nada, a menos que te haya escrito para pedirte disculpas y una buena explicación.
- No sé, no le respondí
- Mejor, no lo hagas, no se lo merece.
- Esta bien, bien..... duerme
Colgué, ella tenia razón. No se lo merecía. Pero yo no podía controlar mis sentimientos de esa manera, no podía decirles solo que ignoren todo lo que sentía.

Ahora?

Enviar. Visto.
1:00 am. No me contestó. Mire mi pantalla sin pestañear y nada. Quizá se habia equivocado de contacto. A lo mejor se habia quedado dormido. Y si estaba en problemas?
Cuando desperté tenía aun el celular en la mano, su batería estaba por el 10%, mierda. El dolor volvió, revisé si me había llegado algún mensaje y nada. Ya no queria pensar en eso. Pero no podía evitarlo.

Ultima conexión 4:20 am.

Fatal. Me cambié y me miré en el espejo. No era yo. Tomé mi mochila y me fui a la Universidad, estaba a 15 min de mi casa, una caminata para despejar mi mente.
Vivir cerca de una universidad tenia mas desventajas que ventajas. Mi barrio estaba infestado de jóvenes y fiestas, mis padres se sabían todas y era muy difícil que me dejen salir de noche, en seguida se daban cuenta que yo queria ir a una de esas fiestas llenas de alcohol y desenfreno.
Mis padres tenían muchas exigencias para el que deberia ser mi novio. Por eso no solía presentarlos, ellos jamás supieron de Alan.
Alan, extrañamente cuando lo conocí creía que era un perdedor y que no valía la pena, ahora lo amo.
La primera vez que lo vi, estaba durmiendo en el jardín delantero de mi casa, eran las 6 de la mañana y parecía que habia tenido una fiesta de desenfreno. Miré su cabello rizado, piel morena y un ojo morado. Decidí pincharlo con un palo por si era violento. Lo pinche tres veces en las costillas, nada, empezaba a creer que estaba muerto. Decidí jalar la manguera y rocearlo, ya que no se me ocurría nada más.
Lo moje y apenas se movió con incomodidad.
- Oye extraño estas en mi jardín - le grité.
- Puedes echarme algo de agua en mi boca? - preguntó muy ronco.
Acerque la manguera, pobre, quién sabe por lo que habra pasado, quizá hasta lo violaron y no lo recuerda. Tomo un sorbo largo.
- Qué hora es? - me preguntó mirándome con su único ojo.
- Las 6, Miércoles - añadí solo por si acaso, quería añadir el mes y el año, pero no lo creí oportuno.
Se llevó la mano hacía el ojo morado, lo palpó y su otro ojo se abrió mucho por la sorpresa.
- Lo siento - dije sin saber que mas decir
- pero que pasó? - lo miré no sabía, encojí mis hombros
- creo que alguien te golpeo
- A lo mejor me atropellarón! Esta muy horrible?
- Pues solo esta un poco morado y un poco inchado - no queria herir sus sentimientos.
- Mierda
- Te puedo traer un poco de hielo si deseas...
- No, esta bien. Será mejor que me vaya, tengo un examen a las 9 . Gracias por no llamar a la policía - lo dijo sonriendo como si fuera una broma.