¿Tiene cola?

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Se que he tardado mucho en publicar, pero aquí estoy de nuevo. Espero que os guste. Aunque no ha quedado como yo quería, he puesto todo mi interés en que quedara bien para aquellos que leéis esta historia.

Las clases acababan de terminar. Tsuna, suspirando, esperaba a Gokudera en el patio trasero por el reto que el de cabellos de color plata había lanzado en frente de toda la clase esa mañana. Lo que había generado muchos rumores por todo el colegio.

Por suerte, le había dicho a Hibari lo que iba a pasar antes de que los rumores, exagerados cómo siempre, llegarán a él. Así, si las cosas salían de control no habría ningún curioso espiando; aunque claro, a cambio tendría que volver a luchar contra Hibari en pago del favor de mantener alejados a los curiosos. Y había tenido que prometer al prefecto el no dañar las instalaciones, ya que él joven Sawada sabía lo importantes que eran estas para el otro muchacho.

Cuando Gokudera Hayato llegó al lugar del encuentro para empezar el combate por parte de él, empezó a gritarle al moreno que alguien como él no merecía el puesto de heredero Vongola por ser un idiota que pasaba de curso por suerte, y que iba a matarlo para obtener el puesto de líder de la familia.

Genial, un crió que se cree mafioso y quiere mancharse las manos de sangre, cuando se nota que nunca lo ha hecho.

- ¿Tu piensas por ti mismo o solo tienes aire en la cabeza? No me conoces, no sabes el porque hago lo que hago y me juzgas. Hm, tendré que enseñarte modales- le dijo el moreno a Gokudera sin emociones visibles y con voz monótona, pareciendo que no tenía sentimientos. A la vez que se ponía en una falsa posición de batalla para intentar intimidar a Gokudera.

Reborn queriendo ver de que sería capaz su alumno con su última voluntad de muerte, y comprendiendo a la vez que no iba a ponerse serio con el de cabellos plateados, apareció diciendo con una sonrisa sádica :

- Ciaossu, Tsuna. Sabes, yo quiero ver una buena pelea entre vosotros dos aquí presentes, por ello voy a hacer que esto sea un poquito más divertido. - Con su alta velocidad, superior a la conseguida en el auto entrenamiento que hacia Tsuna por si mismo, Reborn sujetó a su camaleón el cual se transformó en una pistola verde y le disparó a Tsuna en la frente. - Para mi claro. - Terminó de decir en un susurro y todavía con la sonrisa sádica.

La bala le dió al muchacho de lleno, callendo al suelo de golpe, de un momento a otro, el muchacho se levantó solo en calzoncillos blancos y una llama naranja en la cabeza la cual empezaba justo en el punto de impacto de la bala. Mientras gritaba: "REBOORRNNNNN"

Después, aún en un tono alto pero más normal dijo: "Derrotaré a Gokudera con mi última voluntad". Lanzándose al combate contra el de cabellos plateados.

La velocidad del moreno semidesnudo, había aumentado de manera exponencial, buscaba a su presa, Gokudera, con unos ojos completamente blancos por la ira que nublaba sus sentidos y atacaba a su contrincante de verdes obres al cual le costaba defenderse.

Gokudera sacó cartuchos de dinamita que tenia escondidos, los cuales encendió en un movimiento de manos lanzándoselos al furioso moreno.

A cada tanda de lanzamientos el número de explosivos aumentaba hasta llegar al momento en el cual Gokudera no podía mantener la dinamita en sus manos, lo que provocó que los cartuchos se cayeran al suelo sentenciando así el final de sus días.

Sin esperarse que aún en el furioso estado provocado por la bala Tsuna apagará todas las mechas de los cartuchos salvándole así la vida al de cabellos plateados. Terminandose el estado de ira inconsciente segundos después.

Al calmarse las aguas, el sádico bebé y el explosivo joven de ojos verdes se asombraron al percatarse de un rasgo extraño pero hoy en día mundialmente famoso el el moreno semidesnudo. Dicho rasgo era una cola de mono cuyo color era marrón naciendo justo en donde la espalda dejaba de tener ese nombre y empezaban los gluteos.

Cola que el joven Sawada normalmente ocultaba bajo el pantalón, ya que temía la reacción de los que lo rodeaban. Después de todo, a excepción de Nana todos los que habían visto su cola lo tacharon de monstruo y bicho raro, aún sabiendo que había un grupo de personas que poseían esa peculiaridad. Por suerte eso fue hace mucho cuando solo tenía cuatro o cinco años y hoy en día nadie lo recordaba exceptuando a su maravillosa madrastra a la cual no le importaba y a los dos únicos amigos que tenia en todo el colegio, aunque no sabía si debía o no llamar amigo a Hibari aún cuando lo estaba contando.

En el momento en que Gokudera y Reborn se dieron cuenta de la cola, con toda la velocidad que ambos pudieron usar, de alguna extraña manera repararon la ropa de Tsuna y se la dieron para que se vistiera.

Durante ese lapso de tiempo Hayato le pedía perdón al Sawada por atacarlo a la vez que le decía que era una prueba para saber si era digno de ser el juudaime (décimo) Vongola. También diciendo que había pasado la prueba con creces y que le serviría como fiel mano derecha.

Tanto repitió lo mismo el de cabellos plateados, que el joven moreno le dió un pequeño coscorron en la cabeza pidiéndole que se callara. Golpe el cual gracias a que era débil y sin la intención de dañar solo lo dejo tirado en el suelo y pudo levantarse rápidamente.

Por el camino a salir de una vez del colegio se encontraron con dos chicos, ambos morenos y uno de ellos perfectamente reconocible por el usuario de los explosivos y el bebé, era así ya que tenían enfrente al prefecto. El otro joven era para sorpresa de los recién mencionados el as del béisbol de este centro educativo un joven de la clase de Tsuna y Hayato llamado Yamamoto Takeshi. Sus ojos eran de color marrón y tenían una mirada afilada, como diciendo: soy peligroso. En estatura parecía solo un poco más alto que Gokudera y junto con el uniforme del centro, lo acompañaba un bate de béisbol guardado en su funda y atado a la espalda del chaval.

- Mmm. - Ese fue el sonido que salió de la garganta de Hibari, mientras esperaba que le Tsuna le dijera cuando y donde tendrían su nueva pelea por el favor que le había hecho.

El más joven y pequeño de los tres adolescentes con el pelo negro miró al mayor de los mismos, asintió y dijo.

- El domingo, no hay clases, no molestaremos. En una de esas fábricas abandonadas, a la caída del sol.

- Bien. - Fue la respuesta recibida.

Hibari se fue adentrándose en el colegio para asegurarse de que no quedarán hervivoros en su territorio, mientras que Yamamoto, se acerco al grupo para hablar con su único amigo auténtico. Ya que Tsuna le consideraba un amigo no por su habilidad en el béisbol sino por su auténtica persona y su verdadera forma de ser.

Gokudera quiso alejar al beisbolista usando sus dinamitas, pero Tsuna lo paro diciéndole que si quería pertenecer a su famiglia que no atacará a los demás miembros de la misma. Y que si no cumplía esa única regla no lo aceptaría.

Cuando el día término, Tsuna notó que lo que le hiciera el bebé al luchar contra Hayato, lo había hecho un poco más fuerte.

- Hmp, sea lo que sea aquello que ha hecho. Lo agradezco, ya que noto como si me fuera más fácil acceder a mi auténtico potencial - pensó el joven, a la vez que se alegraba de haber sido aceptado por su nuevo maestro y su también nuevo amigo.

Katekyo Hitman Reborn ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora