Llevame Contigo

Capítulo 10.

Foto: José Griffin

-E-eh... Es-s solo un amig-oo papá... - dije tartamudeando.

-Un amigo? No sabia que los amigos se besan - dijo mi papá enojado.

Ay!!

Mire a Diana que no sabia donde meterse, nunca había presenciado una discusión de mi parte, nunca discutía con mi madre y yo era muy buena para discutir con las personas, prefería quedarme callada.

-Yo mejor me voy al dormitorio. - dijo Diana.

Mi padre y yo yo quedamos mirando a Diana mientras ella subía las escaleras, una vez que escuchamos cerrar la puerta mi padre continúo.

- Te prohíbo que vuelvas a verlo - dijo mi padre... Me lo iba a prohibir a mi? - tu mereces alguien mucho mejor que el, acaso no viste que estaba lleno de tatuajes? Se nota que es un vago muerto de hambre.

En ese momento brotó toda mi rabia desde mi interior.

-Y quien me lo va a prohibir? Tú? Quien te crees tu con el derecho de prohibirme algo? - dije enojada.

-Si, yo que soy tu padre te lo prohíbo. Y tengo todo el derecho de hacerlo. Solo quiero lo mejor para ti.

-Ja Ja Ja... Tu me lo vas a prohibir? Para tu información tu no eres nadie en mi vida, cuando te necesité donde estabas? Estabas con tu nueva estúpida familia, con la familia por la cual me abandonaste. Nunca estuviste para mí cuando te necesite... Que sabes que es lo mejor para mi? No sabes nada. Ni siquiera sabes en que colegio voy, cuales son mis notas, cual es mi color favorito o como me siento.
Solo vine a esta estúpida casa porque mi madre me lo suplicó, creyó que sería buena idea compartir contigo, conocerte y perdonarte pero te advierto algo Carlos... Si Tú me prohíbes volver a ver a Alonso nunca podré perdonarte.

Mi padre me quedó mirando unos minutos con la boca abierta, me miraba enojado y yo le sostenía la mirada. No iba a pedir perdón por esto, ya me cansé que se creyera algo que no es, que se creyera mi padre cuando yo crecí sin ninguno. De repente mi padre cambio la mirada como si se le hubiese ocurrido una genial idea.

-Estas castigada. No saldrás de la casa, pasame tu celular y tu notebook. No saldrás ni con la sirvienta. - Dijo mi papá con una voz calmada aunque sus ojos mostraban todo lo contrario.

Quede atónita... Me había prohibido ver a Alonso y después me había castigado? Esto es en serio o es una broma?

-Hablas en serio? - dije sorprendida por su respuesta.

-Si, si tu mamá te aguanta tus ataques de enojo, yo no. No soy ella y no me importa quedar como el malo de la película, soy tu padre y tienes que obedecerme y respetarme. Lo quieras o no. Ahora pasame el celular y la laptop.

-No te pasare nada- Dije enojada.

-Si no me lo pasas ahora la semana de castigo pasaran a dos semanas. Tu eliges Rose. Y mientras más te demores más días serán.

-Pero si son míos.

-No me importa pasamelos ahora.

Lo mire con rabia, rencor, mucho enojo y sabia por su mirada que hablaba en serio. Le pase mi celular y subí las escaleras enojada y haciendo sonar el piso lo máximo que pude. Saque la laptop de la mesita de noche, lo deje afuera de el dormitorio y cerré la puerta de un golpe.

-Estas bien? -Dijo Diana mientras se acercaba a mi y me tocaba el hombro.

Asentí, y solo logre que mis lágrimas se cayeran por mis mejillas, no sabia que me daba más rabia, si que mi padre me prohibiera ver a Alonso , que me haya quitado mi celular y mi laptop o que me haya hecho pasar una vergüenza delante de Diana.

Y definitivamente lo que más me dolía era que me había prohibido ver a Alonso.

Pero no le iba a dar en el gusto. Iba a ver igual a Alonso. Tenga que escaparme, saltar rejas, o hacer cualquier cosa con tal de verlo. No le voy a dar en el gusto.

-Rose? - interrumpe Diana mis pensamientos.

-Estoy bien no te preucupes... Ahora solo quiero dormir. - mire el reloj de la pared- ya son las 2 de la mañana, durmamos ya? Y hagamos que nada paso. - dije tomando mi ropa de dormir.

Me dirigí al baño y me di una ducha con agua hirviendo, quería que todo mi dolor se fuera a través del agua que corría, quería irme de la casa de mi padre ahora mismo pero ahora tenía algo por quien quedarme y ese alguien era Alonso. Y también Diana que ahora tenía a José. No iba a dejar que mi papá me prohibiera nada ni menos ver a Alonso porque ahora tenía algo muy claro... que estaba profundamente enamorada de él e iba a luchar por estar con él... Ahora que había encontrado el amor de mi vida no iba a dejarlo ir tan fácil.

Apague el agua, me Sequé el cuerpo y el cabello y me puse la ropa de dormir, salí del baño y me acosté, y sin darme cuenta estaba sumergida en un sueño profundo.