Capitulo 12, ¿Qué estás tramando?

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La comida se ha terminado.
Los demás se han alimentado de algo que de pescado.
Me dan las botellas de agua, que son cuatro.
Intenté comer algo, y esperar si me hacía alguna reacción.
Error. Logró darme todo un día de mareos y dos horas de vomito, junto con salpullido en el cuello. Temblores y frío. Por suerte, no llegue al extremo, mi garganta no se cerró.
Se supone que hoy llegamos aunque sea a alguna isla para cazar y cocinar.
Por suerte, aún tenemos combustible de repuesto.
Estaba sentada dando la espalda al mar, con una chaqueta que me cubría del sol.
—¡Chicos! ¡Ya vi tierra!—Frank nos gritó, aun con el ojo en la mira de su francotirador.—¡Miren! ¡Miren!
El no comer me ponía de mal humor, así que me dedicaba a ignorarlos para evitar problemas con alguien.
Esperen, ¿Dijo tierra?
Siento que reacciono y me levanto, dejando caer la chaqueta azul en el piso del bote.
Le pido que me deje ver, y efectivamente, hay tierra, puedo alcanzar a ver la zona hotelera.
El levantarme de forma brusca me ocasiona mareos, comparado con no comer, me debilita más.
Recojo la chaqueta, y la coloco de nuevo en donde estaba.
Cuando llegamos, tengo que tomar a Samuel de la mano para poder bajar.
—Gracias.
Tomó el arco y corro a buscar algo de comida.
Encuentro gaviotas, no es momento para ser quisquillosa, así que la derribo con una flecha.
Nuestro fuego en lata ya se terminó, así que los chicos encuentran algo de madera y lograr hacer una fogata.
Me siento con la chaqueta debajo, para no llenarme de tierra.
Con una flecha perforo a la gaviota, y la pongo al fuego.
Cuando ya está hecha, no dudó en darle un mordisco.
¡Sabe a gloria!
Intentó comer despacio, no quiero vomitarlo todo.
Con la energía recobrada, cazo algunas cosas más, y Cheeto las pone al fuego.
Ese día todos llenamos.
Al terminar de comer, empezamos a hablar para poder trazar un plan.
—¿En dónde creen que estemos?
—En la playa, imbecil.
—No me refería a eso.
—¿Estaremos aún en España?
—No creo, tal vez en una isla.
—¡Estamos en Portugal! ¡No llegamos a ningún lugar mejor!—Dice Frank, enojado.
—¿Cómo sabes que no es otro lugar parecido a Portugal?
—¿Ven ese edificio? Youtube patrocinó un viaje, así que aquí vinimos, si, estoy seguro que estamos en Portugal.
Suspira y sus manos van a su nuca, bajando la cabeza.
—¡Y por qué lo dices hasta ahora!—Le digo.
Veo que levanta la cabeza, ahora furioso, y se acerca a mi.
—Creo que he sido más útil averiguando donde estamos que tu, nena.
—Y yo he sido más útil manteniéndome cuerda que ir soltando humo solo por no estar en donde quieres, nene.
—¡Cómo te atreves a decir que fuiste útil, si fuiste una carga para nosotros en el bote!
Al parecer se da cuenta de lo que dice, por qué su expresión se suaviza.
—Nora, no... No quise...
—No, ahora resulta que nadie quiere nada.
Me alejo, caminando cerca de un hotel.
—Voy a buscar agua.—Les grito, sin mirarlos, alzando el arco.
Entro por la puerta del estacionamiento.
Subo unas escaleras, sin encontrarme con algún Zombie.
Según Jonas, la mayoría de suministros de los hoteles, están en alguna bodega.
Busco algo cerca de los restaurantes.
Encuentro frutas podridas y un cuerpo.
Pongo mi pie en la cabeza de la chica tirada.
No hace ninguna reacción.
Hago presión y el charco de sangre no tarda en aparecer.
Lleno mi mochilas con latas que aún servían, y cinco botellas.
Al estar a menos de un Metro de las escaleras, Cheeto está hincado, viendo su antebrazo.
—¡Woh! ¡Me asustaste maldita sea!—Dice.
—¿Qué te pasó?
Me muestra.
Mierda.
Lo mordieron.
Pero hay algo raro, parece como si solo se hubiera quitado la costra.
—Y el Zombie... ¿Dónde está?
Veo que se pone nervioso.
—¿Hmm? ¿El Zombie? Lo mate afuera.
—No es nueva, todavía quedan rastros de costra en la esquina. ¿Desde hace cuanto la tienes?
Mira hacia abajo.
—Una semana.
Mis brazos dejan de estar cruzados. Lo abrazo.
—¡Estuviste así en el barco! ¡Mierda, nos pudiste matar a todos!
—Tal vez, solo tal vez, no me pase nada.
—Mantendremos esta esperanza.
—¡Pero no quiero decirle a los chicos!
Saco una flecha.
—Entonces diremos que te mordieron hoy.
Regresamos, no sin antes tomar una cobija.
Cuando llegamos, pude ver a Jonas con una radio en su mano.
Debería quedarme al margen, pero algo no me da seguridad.
Me acerco.
—Daniela, ya basta, me rindo.
Lo que esa Daniela dice no puedo llegar a escucharlo. Solo he entendido unas palabras.
Puta. ¿Jill? Plan.
—¿Plan? ¿¡Cual plan, Daniela!? ¡Tú fuiste a quien se le ocurrió la tontería de dejarlos vulnerable y no sé que mierdas más!
Tu. Aceptar. Esposa.
—Jill no tiene que ver, si, todos la querían, ¡Pero ya supéralo!
La chica detrás del radio se pone a gritar, lo que hace que pueda escuchar lo que dice.
—¡Esa imbécil la mató! ¡Y ahora dices que es tu novia y ya no quieres matarla! ¡Me vale un reverendo pito!
¿Qué está pasando?
—¡Hija de puta! ¡Me voy! ¡Yo no voy a matar a nadie!
Apaga el radio.
Y yo me alejo.
¿Que estás tramando, Jonas?

Apocalipsis Zombie #AZY Youtubers/StreamersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora