Capítulo 9

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Helios y Serena se quedaron platicando y tomando vino hasta pasada la media noche. Escuchándola hablar de lo fantástica que había sido su velada al lado de un hombre tan fino y tan elegante como Diamante Black en aquel ameno bar en donde tomó y escuchó tan buen jazz, le prestaba atención por ratos porque por su cabeza sólo pasaba una imagen, la de Rini. Recordando todos los mojados besos que le había dado y los gemidos que le había regalado mientras la besaba y la tocaba, volvía a emocionarse.

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Al otro día y en la camioneta esperando a que saliera de ver clases....

— No creo poder ir porque mi mamá me dijo esta mañana que la acompañara a la....

— Oye Rini, —dijo Hotaru que salía junto con ella— ¿esa no es la camioneta de tu mamá? ¿Ese no es Helios?

— Sí, ese es él.

Sonrió y se emocionó en cuanto lo vio.

— Seguramente mi mamá debe estar muy ocupada y por eso le pidió el favor a Helios de venir por mí. Nos vemos mañana Hotaru.

— Sí, cuídate amiga y nos vemos.

Rini le sonrió a Hotaru como si la presencia de Helios ahí no la afectara en lo más mínimo y fue hasta donde él estaba esperándola. Viendo como jugaba con las llaves de la camioneta mientras estaba recostado sobre ella, finalmente llegó y lo saludó tal y como él lo ansiaba. Con una linda sonrisa muy tierna.

— Hola Helios. ¿Y eso? ¿Por qué viniste tú y no mi mamá por mí?

— El tal Diamante Black la invitó a almorzar y por eso vine yo. —Se quitó los lentes de sol y la miró— ¿Te molesta que este aquí?

— No, todo lo contrario.

Sonrió y subió a la camioneta después de que Helios le abrió la puerta.

— Pensé que iba a tener que esperar hasta la noche para verte.

— ¿Qué? ¿Qué fue lo que dijiste nena?

— Nada, nada, no me hagas caso. ¿Qué tal tu día? ¿Cómo has estado?

— Ahora que por fin te veo mucho mejor.

— Helios, ¿lo dices en serio? Es que yo creí que después de lo de anoche no ibas a querer; y yo pensé que sería como cuando, es que yo...

— Tú eres hermosa cuando sonríes pero también lo eres cuando te apenas y te enredas mi princesa. —Le sonrió—Vámonos de aquí porque necesito hablar contigo y aquí hay mucha gente pero oye, ¿te molestaría si nos detenemos en un parque que hay por aquí cerca? Me gustaría que habláramos antes de llegar al apartamento.

— Eh, sí, claro. Como quieras.

Rini estaba muy apenada por como la miraba y le sonreía. Jugando con sus manos mientras él ya conducía, no podía evitar verlo de vez en cuando porque ese día le parecía que se veía muy atractivo. Debía ser porque empezaba a verlo con otros ojos que ese día lo encontraba realmente provocativo.

Unos minutos después y estacionados cerca de un parque por el que no pasaba casi nadie...

— ¿Y bien? ¿De qué quieres que hablemos Helios?

— Creo que sabes muy bien de qué quiero que hablemos Rini. —Se quitó los lentes de sol, se desabrochó el cinturón y se acercó más hacia ella que se le veía desde que había subido a la camioneta que estaba muy nerviosa.

Un robot enamorado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora