Capítulo 15

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Una semana había pasado desde que Darien había regresado. Serena estaba viviendo la mejor luna de miel que cualquier mujer pudiera tener porque él, su amado esposo que además de estar programado para ser el más amoroso, servicial y complaciente de todos, era muy atractivo. Llevaba una semana viéndolo pero por más que lo veía, no podía. Le parecía que era un sueño y que en cualquier momento se iba a despertar. No podía creer que fuera real que él, un hombre al que lo único que le gustaba era que lo atendieran, en todos los sentidos, fuera así con ella.

En la mesa y en levantadora, no dejaba de observarlo y hasta le provocó fue tomarle una foto porque no podía creer que estuviera preparando el desayuno.

¡Se veía muy atractivo sin camisa y en ese delantal! Pensaba ella mientras no podía evitar sonreír.

- Es increíble que hasta tu risa, sea hermosa mi reina. Dime, ¿Qué es tan gracioso mi amor?

- Nada, nada, no es nada mi amor. - Se levantó de la mesa y fue con él. Luego lo abrazó por la espalda y después de darle un amoroso beso en uno de sus hombros, le preguntó...- Si quieres ve a sentarte mi amor. Yo puedo...

- No, ya casi termino.

Apagó la estufa y se giró para darle un beso. Uno de esos besos que sabía a Serena le encantaba.

- Ve a sentarte y mejor dime, ¿ya hablaste con la abogada? ¿Cuándo vamos a ir a verla? ¿Será que puede ser hoy? Según me has dicho es muy profesional pero me gustaría que...

Serena se incomodó mucho cuando Darien le hizo aquellas preguntas. Llevaba toda la semana retrasando la visita a la oficina de Rei y eso él lo notó. Sirviendo el desayuno y sentándose frente a ella, quiso saber la razón de su molestia.

- ¿Qué me pasa? Nada, nada Darien. ¿Por qué me preguntas eso?

- Tú nunca has sido buena para mentir Serena, nunca. - Le sonrió- Se te ve a kilómetros el malestar que te da cada que te pregunto por la abogada y quiero saber por qué. ¿Por qué Serena? ¿Cuál es el problema que quiera ver a la abogada y preguntarle cómo van las cosas?

- Es que, bueno, ¿Cómo decirlo?

- Serena, mi amor, - le tomó una mano- dime. ¿Qué es lo que pasa?

- ¿La verdad? Muy bien, la verdad es esta Darien. Rei no solo es una excelente abogada y es muy eficiente en su trabajo. Ella es una mujer muy hermosa y me da miedo que tú....

Serena no pudo terminar la frase porque vio que Darien se levantó de la silla, se acercó a ella y en un rápido movimiento, le dio un beso. Cerró los ojos al sentir el cálido beso de su amado esposo y luego, se encontró con algo que amaba casi tanto como lo especial de sus bellos ojos azules.

Su blanca y perfecta sonrisa.

Sentándose de nuevo e hipnotizada con ese bello rostro que no dejaba de sonreírle, le escuchó decir...

- No tienes nada de qué preocuparte Serena porque yo ya no soy el mismo de antes. He cambiado y lo sabes. ¿Lo sabes verdad?

- Tal vez mi amor pero preferiría no arriesgarme. Rei, ella es muy atractiva y de repeso es como sé que a ti te gustan las mujeres. De hermoso cabello negro largo, increíbles curvas y profesional. No, no, no, ni de riesgos. Preferiría seguir siendo yo la que hable con ella y que tú no tuvieras nada que...

Arrodillándose y descansando su bella cabeza sobre sus piernas, le dijo lo mismo que ya le había dicho. Le explicó que él no era el mismo hombre de antes y que no se trataba solo de eso. Levantando la cabeza y mirándola tiernamente a los ojos, le dijo lo mismo que llevaba diciéndole toda esa semana mientras le hacia el amor incansablemente. Que la amaba a ella y solamente a ella. A nadie más que a ella.

Un robot enamorado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora