Capítulo 14

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Serena estaba sentada junto a su hija y se sentía muy culpable al verla así, desmayada y pálida. Se culpaba por haberla puesto en aquel estado porque si hubiera hecho lo que siempre hacia con ella, si le hubiera dicho lo que estaba haciendo, habría evitado darle el susto de su vida. Siendo Serena quien trataba de despertarla con aquel algodón empapado en alcohol, que Helios llevó cuando al fin sus nervios se calmaron y le permitieron encontrarlo, escuchó la voz de Darien de nuevo.

Él trataba de calmarla pero de nada servía. Serena se sentía muy culpable por lo que le había pasado a su querida niña.

— Rini, Rini mi amor, despierta. Vuelve en ti te lo ruego que no era mi intención que...

— Serena, mi amor, — pidió Darien cuando se le acercó y le puso una mano en el hombro— no tienes por qué decir eso. Debí dejar que hablaras con ella antes de venir al apartamento pero es que tenía tantas ganas de verla que...

— ¿Mamá?

Dijo Rini que iba despertando lentamente gracias al fuerte olor del alcohol.

— Aquí estoy mi amor. Aquí estoy Rini.

— ¿Helios? ¿Dónde está Helios mami?

— Oye, Helios, — giró el rostro Serena para llamarlo. Helios estaba tan asustado de ver a su suegro, que no entró a la habitación. Se quedó en el marco de la puerta a una distancia prudente de Darien, pensaba él— entra. Ven que Rini te está llamando.

Helios no sabía si entrar o no a la habitación pero cuando Rini abrió más los ojos y vio a Darien junto a Serena, entró en una grave crisis nerviosa que lo obligó a ir con ella.

Rini estaba tan asustada al ver y escuchar como Darien, su querido papá, le hablaba tratando de calmarla, que no pudo controlar el llanto y se abrazó a Serena como un asustado e indefenso animalito. Lloraba y pedía con agudos gritos de miedo y de dolor, que la ayudaran. Les pedía a Serena y a Helios que no la dejaran sola porque había empezado a ver fantasmas.

Lo que lastimaba profundamente a Serena pero mucho más, a Darien.

— ¡Ayúdenme, ayúdenme por favor! ¡Mamá, Helios! ¡Estoy viendo fantasmas! ¡El fantasma de mi papá no hace más que hablarme! ¡Auxilio! ¡No me dejen sola! ¡Tengo mucho miedo!

— Rini, Rini mi amor, — empezó a llorar Serena al verla tan asustada— trata de calmarte por favor. Cálmate que...

— Yo sé que es difícil de creer mamá pero, ¡estoy viendo y escuchando a mi papá! ¡Lo veo mamá! ¡Lo estoy viendo!

— Rini, mi princesa, — le habló Helios que estaba a su lado— tranquila que no es un fantasma ni es que tú estés loca. Nosotros también podemos verlo mi amor.

El llanto de Rini automáticamente se detuvo y quedó como en una especie de shock. Fue tanto su mutismo que preocupó muchísimo a Darien que estaba tras Serena tratando de calmarla.

— Serena Elizabeth Shields Tsukino, escúchame muy bien porque lo voy a decir una y una sola vez. ¿Es en serio? ¿Cómo te atreves a hacerle más caso a este muchacho que a mí que soy tu papá ah? Si te estoy diciendo que no soy un fantasma, es porque no lo soy.

— Pa, ¿papá? — Iba reaccionando poco a poco— ¿De verdad eres tú? Pero es que papi, tú, se supone que tú estás...

— ¿Estas más tranquila o será que voy a tener que ir por un calmante y aplicártelo para que podamos hablar?

Rini solo asintió.

— Me alegra. Estas tan hermosa MI princesa. — Miró fulminantemente a Helios que la abrazaba— No sabes la falta tan grande que me han hecho mi amor.

Un robot enamorado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora