Un robot enamorado...

Capítulo 3

Luego de una acostumbrada noche de sudor, pesadillas, lágrimas y de dolor después de haber soñado con él, despertó. En una cómoda pijama enteriza de seda rosa se levantó de la cama porque estaba cansada de dar vueltas en ella. Agradeciendo que al fin había amanecido y que se podía levantar para dejar de pensar en él, de recordar cada sueño en el que lo había visto, fue al baño para lavarse la cara y los dientes.

Un rato después y luego de haber desayunado, un mensaje que Mina le había mandado le recordaba algo. Algo que ya había olvidado.

"No olvides traer a una amiga soltera Serena, soltera porque a Taiki no le gustan los problemas... para presentársela a mi cuñadito. Un beso y un abrazo Sere. ¡Te quiero mucho!"

— Ay Mina...

Reía luego de haber desplegado el mensaje.

— De verdad eres una loca y si, ya hasta se me había olvidado lo de esta noche. ¿A quién voy a invitar ah? No pues mientras se me ocurre a quien llamo, voy a llamar al amargado de Helios a ver si me acompaña. Mínimo dice que no pero no, yo por allá no me voy a ir sola.

Serena buscó en su brazalete el número de contacto de Helios y pobre Helios con esa amiga. Lo primero que hizo Serena fue regañarlo por ser un desactualizado de lo peor.

— ¿Qué? ¿Por qué me regañas Serena? ¿Yo que culpa tengo de ser un pobre diablo que no tiene para comprar un aparato de esos ah?

— Es que Helios, ¿es en serio? Hay muchos planes para financiar un brazalete comunicador y es el colmo que estando en la época que estamos, ¡tú sigas usando un celular! No y se pone peor. Esa cosa es tan vieja que no tiene ni cámara. Yo no sé cómo era que hacíamos antes. Eso de no ver uno con quien está hablando es muy incómodo.

— Creo que el caso sería lo contrario y como sea Serena, no todos somos como tú. —río—No todos somos los accionistas de una de las empresas más grandes de comunicaciones ni tenemos para eso. Tú debes tener hasta para regalar pero yo no.

— ¡Claro, eso es!

Sus ojos se ensancharon de la emoción y se dibujó en su rostro una gran sonrisa.

— Tú definitivamente eres muy inteligente Helios. Eso vamos hacer.

— Serena.... No. No porque...

— Es como dices, gracias a que mi Darien era un hombre tan arriesgado y tan inteligente, yo soy una de las accionistas de esa empresa y tienes razón. Tengo brazaletes comunicadores hasta para regalar. Entonces mañana por la mañana te recojo para que vayamos y escojas uno pero...

— ¿Qué? No, no, no, no Serena. Esos aparatos son muy caros y de pronto me salen es matando por querer robarme eso. Yo te lo agradezco mucho pero; oye no, espera un momento. ¿Tú me ibas a decir algo más antes de decirme eso cierto? ¿Qué fue ese pero Serena?

— Eh bueno, es que como cosa rara no es de gratis Helios. Yo si necesito comunicarme contigo de una forma que no sea tan anticuada como esta; mínimo todavía debes hasta de usar esa viejera de whatsapp. ¿No?

Escuchó de fondo que Helios reía.

— ¿Viste? Contigo si no se puede pero bueno Helios, no es solo por eso, es porque también necesito pedirte un favor.

— ¿Y cómo que será? ¿De casualidad será ir a pagarte otra cuenta al banco? Después de que me prestes tu súper camioneta para ir... no hay problema porque ir en taxi no solo caro sino difícil Serena. Bien sabes que conseguir un taxi en esta ciudad es un problema y...