"Moondance"

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Afff lo sé, les doy permiso de cortar mi cabeza desde el ángulo que crean más conveniente u_u 

Perdón por la demora, espero que todavía haya gente con ganas de ver cómo sigue esto. Saludotes 

Capítulo XVI:

Moondance

—Levanta la cabeza, tus pies no irán a ninguna parte. — Abi dejó ir un bufido entre dientes y alzó la cabeza, cuando la fusta de la marquesa se posó debajo de su barbilla—. Eso es, mantén firme la espalda... ¡No! Muévete cuando se te indique, tú no guías. —Ella estuvo a punto de soltar una maldición pero se contuvo y a fuerza de voluntad, intentó acompasar sus pasos a los de Iker. Él seguía tan serio como al principio de la lección.

Abi había cometido el descuido de decirle a Zulima que no sabía bailar. Cuando dicha información llego a oídos de Rosalie, esta insistió en que Abi tomara algunas clases. Al principio se mostró animada, pues iba a aprender algo nuevo. Pero luego de una hora de estar siendo arrastrada por el salón principal, en brazos de Iker, toda emoción se esfumó. Aunque el conde ni siquiera la miraba, ella sentía la tensión latente en sus venas. Era como si esperara que de momento a otro, él la expusiera delante de todos. ¿Cómo? No lo sabía, pero ese punto ciego lograba acrecentar su angustia. Para colmo de males, no lograba atinar un maldito paso decente. Habían iniciado con una cuadrilla, que al menos no requería de un constante contacto con el compañero. El minué fue menos doloroso, pero cuando llegó el momento de aprender el vals, Abi se congeló.

Iker era un bailarín innato, se movía con gracia y la sostenía de la manera más impersonal del mundo. Cuando Rosalie le había pedido ayuda, Abi llegó a pensar que se negaría pero contra todo pronóstico, él terminó accediendo. Quizás para mortificarla con la constante amenaza de que siempre estaría allí. Ella intentaba mirar a cualquier parte exceptuando al hombre que la guiaba, Zulima le dirigía una que otra sonrisa, pero se mantenía bastante concentrada en la melodía que tocaba en el pianoforte. Y Nikky se limitaba a marcarle el compas con el dedo, indicándole cuando era momento de girar, cuando de detenerse o cuando acercarse. Aun así y con toda esa ayuda, Abi llevaba cuenta de los pisotones que se había llevado Iker y se contentaba sabiendo que él, aun no le reclamaba.

—Lo siento —murmuró al notar que su pie se deslizaba por encima de la bota del conde.

—No te disculpes Abigail, una dama no da cuenta de sus errores al momento de bailar. —Abi asintió en dirección de la marquesa, aunque no había entendido que demonios le había querido decir—. La pista y tú deben ser una.

Iker soltó un sonido suave por entre sus labios, Abi notó que acababa de reírse, el muy condenado se estaba burlando de ella.

Puso todo de sí para llevar a cabo esa maldita tortura. ¿Cómo era posible? En su época era una de las mejores bailarinas, aunque a decir verdad jamás había probado suerte con el vals.

—No te encorves de ese modo, parece que cargas los pecados del mundo en tu espalda. —En esa ocasión la risa de Iker fue más evidente, incluso la melodía de Zulima se vio ligeramente interrumpida, cuando la chica se llevó una mano a la boca reprimiendo una carcajada. Abi se tiñó de un rojo profundo, era imposible concentrarse con todas esas miradas encima de su persona.

—Tal vez tenga mayor suerte con sir Nigel. —Todos dirigieron su vista hacia Iker y Abi no pudo reprimir la emoción al oír esa idea, en realidad le apetecía intentarlo con Noah, o con el jardinero. Quien sea antes que con él.

El conde la liberó entonces y antes de que ella pudiese notarlo, se encontraba atrapada en las expertas manos de su amigo. Abi le sonrió ampliamente, aparentemente acababa de entrar y seguramente había visto su deplorable actuación.

Pide un Deseo (Resubida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora