"Amada Inmortal" y "Epílogo"

55.1K 4.4K 1.2K
                                    

¡Buenas, tardes, noches y madrugadas! Ok, tras pensarlo un poco decidí dejar el final de una, así que acá tenemos tanto el último cap como el epílogo. Es que en unas horas me voy de vacaciones (sí, otra vez muajaja) Y mejor no les alargo la espera para saber cómo termina esto. Muchísimas gracias a todos los que leyeron esta historia, como dije más atrás fue de mis primeas incursiones en la escritura. Y siempre me sentí orgullosa de ella, a pesar de que todavía me faltaba mucho por aprender sobre este mundo cuando la empecé. La verdad es que en aquellos años, yo pretendí hacer mi propia versión de un cuento que le devolviera algo de emoción a los deseos. Para que de alguna forma, al menos siempre tengamos algo de fe en que si deseamos algo con fuerza, lo podemos conseguir. 

Así que sin más palabras, espero disfruten el final. Y como siempre digo, sepan que fue un gusto tocar en este barco con ustedes.

Besos, Tammy ^^

Capítulo XXXIII:

Amada inmortal

William frunció el ceño observando el papel en su mano, no daba crédito de lo que veían sus ojos. Luego de que Abi apareciera, Iker se encargó de traer a Conner Mckinley en persona hasta la finca para demostrarle su inocencia. Su esposa no estaba muerta, por ende cualquier acusación quedaba vetada. Recordaba incluso el rostro de alivio del escocés, al ver a su mujer vital y sonriente a su lado. Pero las cosas no habían quedado en nada, los Warenne no eran personas que se dejaban injuriar tan fácilmente. Habían exigido a Conner que les revelara el nombre del acusador, Will estaba dispuesto a exigir una satisfacción. Pero el corregidor se mantuvo firme, alegando que no sería partidario de la matanza de sus propios nobles.

Fueron dos días de pujas en la que ni Iker ni él, lograron obtener respuestas. Sea quien fuese, se había encargado de mantenerse en un completo anonimato. A Will no se le pasaba por alto el hecho de que alguien había intentado envenenarlo, pero poco podía hacer al respecto. Había tantos sospechosos como estrellas en el cielo. Tan solo deseaba procurar el bienestar de su familia, por lo que había accedido a reforzar la custodia en la finca. Estaba el pequeñísimo detalle de que Will ya no sabía en qué hombre podía confiar y en cual no. No le agradaba ir por su propia casa vigilándose por encima del hombro, tampoco le gustaba fruncir el ceño frente a cada copa de agua. Pero, ¿qué otra cosa podía hacer? Lo querían matar y estar en ascuas era el peor de los estados. No solo debía preocuparse por él, en realidad para Will su seguridad era la de menos, solo se encargaba de no quitarle un ojo de encima a Abi.

En ese momento ella lo había enviado a su estudio casi a los empujones para que discutiera algunos asuntos importantes con Iker y Nigel. ¡Y vaya que eran importantes! Aun así Will no se sentía cómodo dejándola sola, sabía que estaba siendo demasiado sobreprotector y que era de vital importancia descubrir al culpable, pero no podía desentenderse por completo de su temor a perderla otra vez. Y en ese momento se sentía agradecido que ella lo hubiese corrido a atender sus labores.

La ilícita vida de Nigel finalmente había dado frutos. Luego de que su viejo amigo se pasara toda la noche bebiendo y recordando la infancia con Conner, este le soltó casi toda la información que se había negado a darles a los Warenne. Nigel presumía que su buen sentido de persuasión los había salvado, Iker y Will se habían limitado a rodar los ojos. Los franceses tenían tanto ego que al entrar en un salón, hasta desestimaban a los comensales.

—Esto es increíble —musitó su hermano, leyendo una de las tantas cartas que tenían desperdigadas sobre la mesa—. Aquí... estas cosas que dicen...

William tampoco se podía explicar lo que leía.

—No fue una acusación directa, sino más bien un intento de deshonra —masculló él entre dientes. Se sentía insultado y bastante cabreado.

Pide un Deseo (Resubida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora