"Correspondencia"

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Hay muchas razones para la demora, pero la verdad es que no les quiero hacer el cuento largo. Así que en dos días subo otro cap. para cubrir el descuido. Espero que esten con ganas de leer. Saludos!


Capítulo XXVI:

Correspondencia

Cuatro semanas, cuatro largas semanas en las que cuatro odiosas cartas habían llegado a su puerta. Abi ni se molestaba en leerlas, cada vez que el correo llegaba ella procuraba tener el atizador a mano. Había quemado esas apestosas cartas y su estúpido olor a lavanda (que ahora ella asociaba a las zorras) había inundado sus fosas nasales, como acusándola de hacer algo ilícito. ¿Y qué si lo que hacía estaba mal? Estaba protegiendo a su marido, no veía nada malo en el hecho de querer mantener su matrimonio feliz. Pero siempre que el día lunes se acercaba, con él llegaban las presiones, pues Abi sabía que debía de ser rápida y por sobre todo sigilosa. Afortunadamente nadie sospechaba de su intromisión en el correo y si la veían demasiado eufórica al respecto, todos deducían que esperaba su ejemplar del Conde Fantasma. A decir verdad, no había tenido oportunidad de relajarse, pero mientras menos supieran de sus movimientos en la casa, mejor para ella.

Ese lunes había amanecido particularmente frío y ella decidió apachurrarse bajo las mantas unos minutos más. Fue consciente del momento en que Will abandonó la cama, pues a pesar que ambos tenían habitaciones propias ellos dormían juntos. Y Abi no se quejaba al respecto, la cama de Will parecía más grande, más cómoda, más tibia o simplemente parecía estupenda, siempre y cuando él estuviera ahí. Ella comenzaba a sospechar que incluso sobre una bolsa de arpillera, dormiría con una sonrisa en tanto que Will le jugara de soporte. Sintió un fugaz beso en la frente y al instante abrió los ojos.

—¿Quieres que pida que te suban el desayuno? —Ella lo observó inclinado en su dirección, con sus ojos negros ligeramente entrecerrados aguardando su respuesta. Parecía que un ángel había decidido posar en su cama y despertarla esa mañana, sin duda alguna jamás se cansaría de apreciar su rostro.

—No... ¿Ya desayunaste? —Will le apartó algunos cabellos, ya estaba completamente vestido y ella no pudo evitar preguntarse ¿cuánto tiempo llevaba dando vueltas en el lecho?

—Hace unas horas, creo que el frío te mantiene anclada a la cama dulce esposa. —Sonrió juguetón y ella se limitó a golpearle el brazo.

—Pues no estoy acostumbrada al invierno en febrero — replicó locuazmente, tomando las mantas para apretujarse aún más.

—Entonces creo que tendré que ayudarte a pasar esta dura etapa. —Él la cubrió con su cuerpo antes de que Abi pudiese reaccionar y sin mediar palabra, comenzó a besarle los labios, los párpados, las mejillas descubriéndola lentamente de su iglú de mantas. Cuando sintió una ligera brisa sobre sus senos, Abi notó que Will la soplaba allí con malicia. Ella no sabía si se estremecía de frío o deseo.

—¡Ya, ya! Me levanto... —exclamó sintiendo como él la lamía, para luego volver a soplarla. Will soltó una carcajada y saltando de la cama, la destapó con un solo movimiento dejándola completamente expuesta y tiritando—. Eres de lo peor, William. —Pero para ese momento, él ya la había cubierto con su mullida bata.

—Me gustaría quedarme a darte calor, pero aún debo atender asuntos con Gregory...

Abi alzó la cabeza en su dirección, al igual que ella Will buscaba sus pantuflas. Condenadas cosas, nunca se quedaban en el lugar que las dejaba, era como si tuviesen vida propia.

—Creí que habían encontrado una forma de limpiar el canal. —Él rezongó algo del otro lado, mientras sus manos palpaban la parte inferior de la cama.

Pide un Deseo (Resubida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora