Así que... viendo que el otro día los dejé esperando mucho, decidí dejar el nuevo cap hoy. ¿Acompañamos a Will a nuestro siglo, gente? xDD Espero les guste el cap y nada... ya me dirán (honestamente me tengo que buscar una nueva frase, esa ya está gastada. Es que soy tan original xDDD)
Capítulo XXXI:
Llegaste tú
«El año 2012». Las palabras de Abi se repetían en su mente una y otra vez, pero él aún no le encontraba sentido. Pues todo lo que veía a su alrededor le parecía muy similar a lo que veía en su casa en el año 1766. Una valla de madera delimitaba el terreno, había una construcción de piedra delante de sus ojos, no más alta que el castillo de Nigel en Francia y el pasto aún parecía ser verde. Exceptuando al anciano petrificado, todo parecía bastante normal.
—¿Will?
Él bajó la vista para observar a su esposa, esta lucía una expresión entre divertida y preocupada. Pero qué va, era hermosa a pesar de las sombras que oscurecían tenuemente sus párpados, a pesar de lo rojizos que se veían sus ojos, incluso a pesar de que su cabello fuese un completo disparate. Su mirada se quedó prendida de su boca, ella le hablaba pero su cabeza no estaba para atender palabras. La tomó por la nuca y le plantó un beso acallador, diablos nunca se cansaría de saborearla. La necesitaba tanto que estaba dispuesto a tomarla allí mismo, con los ancianos de piedra como únicos testigos.
—¡¡Will!! —exclamó casi en un chillido, aparentemente el recato salió a relucir y ella rápidamente le apartó las manos de su trasero. Él aún no se explicaba cómo habían llegado allí, hubiera jurado que todavía la sostenía del rostro—. Compórtate. —Lo regañó, dando un paso atrás para poner distancias.
—Eres mi esposa, tienes que cumplir con tu deber.
Abi enarcó una ceja con incredulidad, él sabía que ese argumento le valía nada a su mujer.
—¿Es que acaso no sientes curiosidad? —le instó impaciente, como aguardando que él comenzara a dar volteretas porque había llegado a un nuevo siglo. Eso lo tenía sin cuidado, la quería a ella... que iba a importarle donde estuviesen.
—Puedes mostrarme tu cuarto si quieres. —No sentía particular curiosidad, pero se imaginaba que en ese lugar podía descubrir los secretos de América.
—Ah William, se supone que eres un caballero. —Su indignación, solo logró acrecentar sus ansias de tirar la diplomacia por la borda. ¿Qué acaso los americanos no eran unos salvajes? Él estaba dispuesto a aplicar ese dicho: A donde fueres... pero al parecer Abi tenía otros planes.
—¿Y qué quieres mostrarme esposa mía? —En esa ocasión ella sonrió conforme, Will puso los ojos en blanco y sonrió muy a su pesar, si quería enseñarle su mundo ¿por qué no aceptar?
Sólo tenía ese día para dedicárselo por completo, él era muy consciente de lo que ocurriría a las ocho de la mañana del siguiente día. Su deseo no había sido permanecer allí, había pedido un día y estaba casi seguro de que eso obtendría. Jamás llegó a creer que una vela podría obrar tal milagro, pero como bien era sabido, las cosas buenas siempre acarrean su dosis negativa. Estaba dispuesto a sacarle jugo a ese cumpleaños, quería que Abi fuera feliz, quería complacerla de todas las maneras posibles y luego... Y luego aceptaría lo que el destino tuviese planeado para él. No podía darse por mal servido, había pedido volver a verla, había deseado su perdón y había obtenido ambas cosas. Entonces no podía quejarse, como tampoco escapar de lo que lo aguardaba en la finca. Pero eso sería preocupación para más tarde, ese era el ahora y lo único que tenía permitido pensar ese día, era en ella.
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Pide un Deseo (Resubida)
DragosteSi pudieras desear lo que sea, cualquier cosa ¿Que seria? ¿Pedirías la paz del mundo? ¿Un auto nuevo? ¿Mayor inteligencia? ¿O simplemente pedirías que esta vez no salieras decepcionado? Algunos deseos son egoístas, otros demasiado imposibles y los d...