The Gibson Studio (Jamie Campbell Bower) Fan Ficcion.

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The Gibson Studio
Jamie Campbell Bower.
(Fan Ficción)

Prólogo.

Para mi nunca fue fácil aceptar las cosas tal y como eran, mi madre siempre me dijo que no me culpara de lo sucedido, pero mi mente nunca quería escucharla.

Hay cosas que no se pueden ignorar, por mucho que no puedas hacer nada para remediarlas, es difícil sacártelas de la cabeza.

A veces todo cambia tan radicalmente y en tan poco tiempo que me es difícil recordar con exactitud como es que paso, como es que en tan sólo unos minutos, perdí todo lo que me importaba.

Trato de revivirlo, de verdad, pero a mi mente sólo vienen imagines de gente corriendo desesperada, gritando y buscando ayuda, se que estaba muy pequeña para comprenderlo, pero no era tan tonta como para no haber podido llamar a la policía, conseguir ayuda o avisarle a alguien lo que sucedía. Pero no, simplemente me quede observando como mi casa ardía en llamas y dentro de ella, mi padre.

Mama nunca me culpo de lo sucedido, me repetía todos los día que yo no era la responsable, sin embargo una parte de mi me recordaba que tenía un teléfono en la mano y que pude hacer algo para ayudar.

A lo lejos escuche que me llamaban, estaba tan pérdida en mis pensamientos, olvide que estaba en el consultorio de mi psicoanalista.

El ventilador giraba sobre mi cabeza, todo estaba en silencio.

- ¿Nora? - dijo el hombre al que debía contarle todo sin siquiera conocerlo.

Mi madre insistió en que yo necesitaba hablar con alguien, desahogar todas mis penas, su amiga Susan le había recomendado un buen psicoanalista y me pidió que fuera con el dos días a la semana; a mi me parecía absurdo.

Se supone que estas personas deben aspirar confianza, este hombre de al menos 30 años, delgado, con ojos grises como el cemento que se ocultan detrás de unas horribles gafas, sólo conseguía asustarme.

Volviendo a la realidad recordé que nunca lo escuchaba, y que no importara cuantos sermones me diera sobre "socializar" y sobre lo importante que es decir lo que siento, para mi todo eso era una estupidez.

- Nora, no has contestado mi pregunta. -

- Disculpe, ¿Podría repetírmela? -

Suspiro cansado. Estaba 100% segura de que él sabía lo poco que me importaba.

- Te pregunté, ¿Cómo has estado? -

- Bien, supongo. - contesté aburrida.

- Tu madre me dijo que en las vacaciones irás a Londres a visitar a tus abuelos. -

- Mi madre dice muchas cosas.- respondí enojada.

- ¿Estas emocionada? -

- Oh si, ¡mucho! - dije con una tono de sarcasmo notable.

Los suspiros resignados son muy comunes en este hombre, creo que me odia, debería hacerlo ya que nunca me importa en lo más mínimo su opinión de como debería superar mis problemas.

Recuerdo la vez en la que un chico de la escuela me pidió que fuera al baile con él, yo obviamente me negué, pero en cuanto se lo conté a mi psicólogo, me dio más de mil razones por las cuales debería aceptar la invitación, hasta se lo contó a mi mama. Sin importar cuanto me rogaron que fuera, no les hice caso.

- ¿Quieres contarme por que tu mama decidió enviarte con tus abuelos? -

- No. - dije cortante.

- ¿Por qué no? - insistió.

- Por que no tengo deseos de hablar sobre eso. -

- ¿Y de que quieres hablar? -

- De nada. - contesté.

- Sabes, he tratado muchas cosas contigo, trate de hacerme tu amigo para que pudieras confiar en mi pero tu no cooperas con nada. Nora, si no me dejas ayudarte tendría que... -

- ¿Que? - interrumpí.

- Tendría que decirle a mi madre, y ella querría mandarme a un psiquiatra o a retiros donde me dirían lo mismo que usted me ha dicho por 3 años. Ya no desperdicie su tiempo, no necesito ayuda. -

Me acomode en el sillón, creo que había hecho enojar al hombre ya que se estaba mordiendo los labios.

- ¿Cómo puedes saberlo?, ¡toda tu vida consiste en tocar tu guitarra y encerrarte en tu habitación por días! ¿Crees que eso no le preocupa a tu madre, crees que no le duele verte así? -

- Yo no le importó a mi madre y mucho menos le importó a usted, ¿por qué cree que decidió mandarme a Londres? ¡¡ Ella ya no puede lidiar conmigo!! Y yo ya no quiero ser un peso para ella, ya no quiero seguir aquí, no lo soporto.-

Mis ojos se llenaban de lágrimas, pero no me permitía que otras gentes me vieran llorar.

- Tu no eres una carga para ella, eres su hija, te ama y nunca va a dejar de hacerlo. Tu eres la que debería darse cuenta de ello y apoyarla, te recuerdo que a ella también le dolió, la muerte de tu padre no fue..... -

- ¡¡NO SE ATREVA A HABLAR DE MI PADRE!! - Interrumpí gritando, esto ya me había llegado al límite.

- ¡Usted no lo conoció y no tiene ningún derecho a decir nada sobre el!, ¿¡Quien diablos se cree!? -

- Nora, deja de gritar. -

- No me diga que es lo que debo hacer, esto..... esto es una pérdida de tiempo. -

Me levanté furiosa del pequeño sofá, tome mis cosas y salí corriendo del consultorio.

- ¡¡NORA!!!, Nora, ¡¡vuelve!! -

Escuche los gritos pero no me detuve, seguí corriendo hasta que no pude contener las ganas de llorar.

Había empezado a llover, olvide el paraguas así que me detuve en una esquina del parque y me resguarde bajo un árbol, no pude parar las lágrimas y la verdad no tenía intenciones de hacerlo, ya había sido demasiado tiempo de abstenerme a sacar todo lo que me molestaba.

Me senté bajo el árbol y seguí llorando hasta que ya no había más agua disponible en mis ojos.

Me levanté, mi ropa estaba mojada y escurría agua de mi cabello, me arme de valor para secar mis ojos y seguir caminando.

Entonces, como si nada hubiera pasado, volví a casa.

The Gibson Studio |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora