- Auch.- se quejó Jamie.
Sonreí victoriosa.
- Acaso...... ¿me mordiste? - pregunto.
- Mmhumm..... - susurre en su oreja.
Note sus latidos aumentar junto con los míos.
Jamie río, no esa clase de risa que se contagia por algo gracioso, más bien de ese tipo que demuestra algo que tiene en mente.
Su mirada se dirigió a mi estómago, entonces hizo pucheros con los labios.
- Ni lo pienses.- dije.
Otra vez esa sonrisa pretenciosa.
- ¿Tienes cosquillas en el estómago? - pregunto.
- No más que tu.- asegure.
Cualquier cosa que se tramara yo tenía una ventaja mayor, las manos en su estómago.
Para demostrarlo, le hice suaves caricias que aún así le provocaron muchas cosquillas.
- ¿Por que eres tan sensible? - pregunte.
- No lo se, pero si se que todos lo son y aún no lo saben.-
- Yo no.- insistí.
- Aún, espera a que te enseñe.-
Sin darme tiempo para cuestionar, Jamie subió mi playera, entonces paso la mano con suavidad de lado a lado, todo el estómago se me encogió.
Joder.
¡¡Tenía razón!! Ese simple acto provoco que todos los bellos se me erizaran.
En ese instante también aprovecho mi desconcierto para dejar besos alrededor del ombligo.
Gemí, eso si que era nuevo.
- Vez.- dijo orgulloso.
Me quede sin hablar, todo lo que quería es que siguiera haciéndolo, por que era una extraña mezcla entre cosquillas y placer que jamás había experimentado.
Ah, tampoco le había dado importancia a que casi estaba sin playera, sólo un empujón y me despojaba de ella por completo.
Las manos de Jamie seguían en mi cintura, al ver que no tenía idea de que hacer o decir me empujo con fuerza debajo de el.
- ¿Nora? ¿Acaso te he dejado...... encantada ? - pregunto.
Ja Ja.
- Bésame idiota.-
Y lo hizo, justo como recordaba.
Yo habría podido besar a muchos chicos, pero ninguno me hacia sentir lo mismo, los labios de Jamie tenían cierto magnetismo eléctrico que no me permitían separarme de el por ningún motivo.
Lo atraje más hacia mi poniendo las manos en su nuca, quería sentirlo lo más cerca posible.
El sabía que no lo dejaría parar, por ningún motivo, tenía que saciarme de sus besos hasta el límite para poder soltarlo.
Sin embargo creo que el tampoco tenía la intención de parar, y así ambos nos hundimos en la necesidad de más.
Jamie se deshizo de mi playera sin apartar nuestros labios, era extraño que por primera vez fuéramos tan lejos, admito que estaba algo nerviosa, pero el nivel de deseo rebasaba cualquier otro sentimiento.
Con cuidado fui desabotonando su camisa, mis dedos estaban temblorosos, Jamie recorría con sus hábiles manos toda mi espalda y abdomen, entonces para acércalo más rodee su cintura con mis piernas, cuando por fin logre terminar con los botones, sin pensarlo ni un segundo, aventé la prenda lejos de su alcance.
Lo primero que hice fue examinarlo, Jamie es muy delgado para su edad y estatura, una capa de músculos cubría todo su abdomen, sus hombros anchos me parecían lo más sexy del mundo, y su espalda....... por dios me estaba muriendo por tocarlo, el tiene cierto grado de fragilidad que me consume por completo y me hace tener unas ganas incontrolables de apretarlo tanto en mis brazos hasta no permitirle respirar. Su piel estaba fría, por eso se estremeció un poco al tacto de mis manos, que primero fueron acariciado sus hombros hasta recorrer toda su espalda desnuda.
Llegue a tocar la tela de su pantalón, pero obvio no me atreví a hacer nada más.
Gemí cuando el rubio paso a besar mi cuello, todo era tan nuevo y excitante que se sentía como una montaña rusa en mi estómago, vomitaría sólo de la emoción.
Mis manos subieron de nuevo por toda su espalda, esta vez tenía el propósito de apoderarme de su cabello, acariciarlo era como sentir muchas plumas en mis manos, suaves y sedosas, podía hacer cualquier cosa y nunca se enredarían.
Jamie término su trabajo en mi cuello, empezó a besar mi hombro izquierdo, sus manos bajaron hasta el botón de mi pantalón donde se detuvieron algo temerosas.
El dirigió sus ojos a mi, en ellos me preguntaba si estaba llegando muy lejos, si debía de parar, pero eso no era una opción para considerar.
- ¿Que pasa? - pregunte.
Al bajar mis manos a su estómago olvide lo sensible que era, tan rápido como la luz se empezó a reír a carcajadas, cayo aún lado de mi aún riéndose.
- Valla, uno nunca puede estar sería contigo.- dije exasperada, no quería que esto terminará tan pronto.
Jamie alzo la vista, con un rápido movimiento me dio otro beso, lo que odie es que seguramente eso significaba "hemos terminando".
- ¿Alguna vez te he dicho lo hermosa que eres? - pregunto.
- No.-
- Recordare decírtelo todos los días.-
Me sonroje.
¿Cómo alguien puede ser tan infantil y sexy al mismo tiempo?
Decidí que esto aún no acabaría, así que me senté a horcadas sobre el.
- Si que pesas.- se quejó.
- Tengo una pregunta para ti Bower.- empece decidida.
- Soy todo oídos.-
Sonreí.
- ¿Que harías si en este mismo instante me quito toda la ropa frente a ti? -
Su cara se desfiguro, se puso rojo como un tomate.
- Sólo imagínate, ¿que te gustaría que me quitara primero? El pantalón, el top.... -
- Probablemente moriría de un infarto, pero no sin antes haberme quitado la ropa también.- dijo muy pensativo.
- Hmmm..... y dime, ¿que haríamos si los dos estuviéramos sin ropa? -
Sabía que lo estaba provocando, pero eso es justo lo que quería hacer.
- No me lo imagino.- contesto.
- ¿Ah no? - insistí mordiendo mi labio.
- Dios, me vas a matar Nora.- susurro.
Reí.
- Escucha, se que soy totalmente irresistible pero no creo que podamos hacer demasiado con mi hermano tocando la puerta.- dijo mirando hacia ella.
- ¿Que? - pregunte.
Pero no me dio tiempo, Sam entro al cuarto sin ningún aviso.
* * * * * * * * * *
[ Lo siento por tardar tanto, me quede sin inspiración y no tenía idea de como hacer la parte "hot" de este capítulo, hice lo que pude, aún soy algo inexperta así que espero ir mejorado en los besos de Jamie jajaja]
ESTÁS LEYENDO
The Gibson Studio |Editando|
FanficTras un viaje con sus abuelos a Londres, Nora decide entrar a trabajar a los Estudios Gibson, desde chica tiene una gran afición a las guitarras gracias a su padre. La vida es un poco complicada, ya que siempre se ha culpado de su muerte. Muchos h...