Capítulo 11

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    Nos dirigimos a la dirección que nos había dado el hombre pero nos dimos cuenta de que estaba incompleta. Me paré en seco y me senté en el bordillo de la acera y me eché a llorar desesperada por encontrarlos y no poder. Entonces Josh se sentó a mi lado y me consolaba. 

  -No llores los encontraremos, entiendo que eches de menos a tus hermanos.

-No son mis hermanos, es mi marido y mi hija.

-Ah vaya, lo siento pensaba que eran tus hermanos. De todas formas seguro que los encontraremos.

-Me mata el pensar en lo que estarán pasando.

-No lo pienses, los encontraremos, venga ponte en pie y vamos.

-No sabemos qué edificio ni piso ni puerta es solo sabemos que es a 5 manzanas.

-Será ese edificio de ahí delante, y sabemos su nombre así descubriremos su puerta, venga vamos.

 Me sequé las lágrimas y nos pusimos en marcha de nuevo. Cuando llegamos miramos los letreros de los timbres y encontramos su nombre, así que llamamos diciendo que éramos pizzeros. Subimos y yo fui preparando el cuchillo para atacar en cuanto abriese la puerta, estaba furiosa, necesitaba a mi familia y no iba permitir que me separaran de ella. Cuando abrió la puerta me lance sobre él, tirándolo al suelo y quedándome encima de el con el cuchillo en su cuello.

 -¿Dónde están?

-¿Quiénes son? ¿De quién hablan?

-No te hagas el estúpido sabemos que eres cómplice de Jack y él tiene a mi familia así que dime donde están o muere.

    Entonces no lo vi venir y me tiró al suelo e intentó escapar. Yo salí tras él y me lancé sobre él, cayendo los dos al suelo. El intentaba deshacerse de mí a base de puñetazos y patadas y al caer por una patada se me cayó el cuchillo. Cuando intenté levantarme del suelo, me atacó clavándome el cuchillo en el costado. Josh un poco asustado y sorprendido de la batalla, se lanzó contra el para que yo pudiera levantarme y que no me matase. Como llevaba varios cuchillos, dejé el que tenía clavado para que la sangre no brotara como un rio y me desangrara, y cogí otro, me lance contra él enfurecida y le clave el cuchillo en el estómago y lo miraba.

-Esto lo has decidido tú, ahora dime dónde están.

-Solo sé que me pidió que alquilara una casa al norte de la ciudad alejado de todo, le di las llaves y se fue, ya no le he vuelto a ver lo juro. 

   Entonces cogí mi pistola y le disparé en la cabeza. Me limpié la sangre y salimos de allí. 


Personalidad Confusa: el regresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora