Capítulo 7

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    Iba en mi moto de camino a la casa de mi primer sospechoso, se llamaba Josh, tenía 33 años y estaba soltero. Había descartado a uno de los tres hermanos porque en una foto salía casado con sus dos hijos, por ello comprendí que el aún tenía familia y no habría sido el autor de esta tortura. De repente me vinieron a la mente imágenes horribles de las posibles torturas que estaría pasando Jason o que atrocidades le podrían estar haciendo a mi pequeña, se me nubló la vista, perdí el control de la moto y me estrellé. Estaba tumbada en el suelo y el costado y el brazo me sangraban, intentaba levantarme pero no podía. Entonces escuché voces a lo lejos que pedían ayuda y se acercaban a mí, pero perdí el conocimiento. Cuando desperté estaba en una casa tumbada en un sofá con un hombre vendándome el costado.

-¿Dónde estoy? ¿Quiénes sois?

-Tranquila yo soy Frankie y él es Mike, te vimos estrellarte y fuimos a ayudarte.

-Gracias por vuestra ayuda pero debo irme.

-Así no puedes irte, estas herida y deberías descansar pasa el día con nosotros y mañana te vas.

-Es que no puedo, tengo problemas que resolver.

-Al menos quédate a comer, así Mike te verá cómo vas.

-Está bien. Gracias por su hospitalidad.

-No nos las des estamos para ayudarte, ves a darte una ducha y descansa un poco, te avisaré cuando esté la comida.

-Vale, muchas gracias.

Me ayudaron a levantarme y me llevaron hasta el baño donde Frankie me dejo una toalla. Mientras me duchaba lloraba, echaba de menos a mi familia, no sabía si comían o no y mi niña era un bebe y necesitaba el pecho de su madre, no sabía nada y eso me desesperaba. Salí de la ducha y fui a la habitación que me dijo Frankie que podía descansar, me vestí y me acurruque mientras intentaba dejar de llorar. Entonces Frankie llamo a la puerta.


-¿Se puede?

-Si pasa.

-¿Qué te pasa?

-Nada problemas personales.

-Bueno no llores seguro que se solucionarán, ahora intenta descansar.

-Está bien, gracias por todo.

-No tienes por qué darlas, descansa. 

    Se fue y cerró la puerta. Yo me acurruque e intenté tranquilizarme pensando en que pronto los encontraría y acabaría esta tortura.

Personalidad Confusa: el regresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora