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No paraba de sollozar y su mirada sobre mi no paraba de llenarme de nervios, recordándome una y otra vez la tortura de hace unos minutos.

Llevé ambas manos a mi cabeza, tenía miles de dudas y un leve dolor en la parte superior de mi cuello, todo sin contar los feos moretones por los golpes que por su parte había recibido. Me acomodé un poco más sobre la cama, alejándome totalmente de Él, del estúpido chico que continuaba observándome sin pudor alguno.

- ¿Qué tanto miras? - Bufé, estirando levemente mis piernas ante el fuerte dolor que sentía en ésta.
Su rostro no emitía emociones y como si estuviese ignorando cada una de mis palabras sus ojos permanecian buscando los míos con necesidad.

- Son mis ojos, sabías?

Rodee mis ojos, conteniendo las groserías que tenía en mente para gritarle.

Ni siquiera había razones que me explicaran él porqué de su enojo, claramente estaba siendo un jodido egocéntrico que tan solo golpeaba personas sin razón alguna.

Y como si hubiese escuchado cada uno de mis pensamientos su mirada se torna aun mas fría, causandome cierto temor. Sus músculos se tensan. Noto como se acerca en pequeños pasos a la cama, colocando su cuerpo sobre el mío hasta acortar la pequeña distancia que nos separaba. tomó bruscamente mis muñecas para sujetarlas sobre mi cabeza y dejarme prácticamente acorralada.

- Sueltame.

Murmuro. Intento no sonar débil, sin embargo, mi voz temblorosa lo arruina todo.

- ¿O qué? ¿Acaso patearas eso que tanto te hace gemir, para luego escapar como hace unas horas?

Mi seno se frunce y mis mejillas se tornan rojas automaticamente ¿De que diablos hablaba...?

- No se de que....

- Shhh

Sus labios se estampan en los míos, suelto un suspiro y en contra de mis hormonas me separo.

- No me toques.

Puedo sentir como su "pequeño" amigo crese bajo sus pantalones. El maldito comienza a frotar su entrepierna con la mía, haciéndome recordar cada uno de los sucesos ocurridos con Nick... Sinceramente no quería esto, no quería que me obligara a hacer ésto, no quería que abusaran de mi nunca más.

- No sigas, por favor...

Intento retener mis lágrimas y evitar que éstas se resbalen por toda mi cara, sin embargo, todo empeora en cuanto Ross nota esa humedad en mi rostro.

Me mira a los ojos, sin expresión alguna en su rostro.

- ¿¡Y ahora porqué mierda lloras!? - me grita.

No le respondo, me trago varios sollozos e intento controlar los crudos recuerdos.

Su cuerpo pasa de estar sobre mí a estar sentado a un costado de la cama, observando fijamente mi rostro. Cabreado, supongo.

- ¡Que no me escuchas! Te pregunté algo.

Mis ojos se llenaron de lágrimas en cuestión de segundos, sabía que él odiaba esto, pero no es algo que yo pudiera impedir.

Seque mis mejillas rápidamente.

- No es nada. - murmuré, dándole la espalda para ponerme sobre mis pies y dirijirme al baño, claro, si es que él no llegaba a impedírmelo.

- Sientate.

Me indica. Sabía perfecto que si no le obedecía terminaría peor de lo que me encontraba, por lo que retrodecí unos pasos evitando que se enojara aun más.

Ross volvía a causarme miedo, a intimidarme y sentirme insegura con su mirada. Sabía que era capaz de cualquier cosa por la manera en que ahora sus ojos me miraban.

- Mirame.

Le obedezco.

- ¿Que mierda te pasa?

- No es tu asunto ¿Acaso te importa? - respondo, sin siquiera medir mis palabras.

Solo llego a ver él movimiento de una de sus manos para luego sentir ese leve ardor en mis mejillas.

- Sabes perfecto que me importas, dejate de estupideces y contestame de una maldita vez.

- Claro, te importo y por eso me golpeas. Linda manera de expresar amor.

Su ceño se frunce aún más.

- ¿Amor? ¿Te haz vuelto loca? - su voz nerviosa logra de alguna manera sentenciar la ruptura de algo en mi interior, haciéndome sentir dolida de algún modo.

- Eres un idiota - le grito, sin saber que otra cosa más decir aparte de permitir que mis lágrimas caigan de mis ojos sin temor alguno.

- No estoy para insultos ni lloriqueos de niñas, solo... ¿Podrias decirme que mierda significa esto?

Sus manos me tienden un móvil con un par de mensajes.

- ¿Acaso no sabes leer? - murmuro.

Sus ojos vuelven a posarse sobre los míos, advirtiéndome lo que pasaría si no le obedecía.

Asiento sin más.

"Están en la calle Richwood, te esperamos" "April, es el momento adecuado"

April... Había escuchado ese nombre en algún lado, pero no estaba dispuesta a forzar mi memoria solo porque un idiota así lo quería.

- No sé que es esto.

- Odio que me mientas.

- Te he dicho que no lo sé

- ¡Maldición, es tu móvil! Ya deja de comportarte como si no supieras nada, me haz estado ocultando cosas estas últimas semanas y no voy a tolerarlo ni un poco más.

Le miro, ¿Que rayos se había fumado éste?

Solo tenía dos opciones.
1. Correr como loca hasta huir de un psicópata que inventa e imagina cosas, o...
2. Quedarme a su lado, seguirle él juego y terminar tan loca como él estaba.

¿Qué mierda...?

- ¡De qué rayos hablas! Ross... Estuve practicamente secuestrada por Nick y lo sabes.

- ¡PARA DE MENTIRME!

- ¡Para de gritarme!

- ¡Entonces no me obligues a hacerlo!

Y nuevamente, su mano vuelve a impactar en una de mis mejillas, haciéndome prácticamente girar mi rostro.

- Y sigues golpeándome. - susurré dolida, llevando una de mis manos a la mejilla afectada.

- Lo lamento.

- Claro, solo no te me acerques más.

- _______...

No me detuve, solo... No quería escucharlo más, no quería verle, no hasta que decida cambiar su actitud y pueda ver mi rostro sin sentir la necesidad golpearlo. No quería lidiar con sus amenazas y golpes, no ahora.

+++++
He aquí él capítulo prometido!!
¿Les gustaría que publique más a menudo?
¿Alguien quiere que le dedique él siguiente capítulo?

Las amo (y lo digo en serio) gracias por sus hermosos comentarios! ❤😊
#Marilynch9

Prohido Enamorarse ll | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora