Previamente.
No pude evitar sonreír como idiota al leer su nombre en la pantalla, rápidamente atendí a la llamada, acomodándome sobre el colchón y las sabanas que me rodeaban.
- ¡Ross!?
Escuchar su respiración a través de la linea logró tranquilizarme.
- Hola, cariño.
Escuché como sonreía y solo bastaron segundos para que el celular cayera de entre mis manos hasta estallarse suavemente sobre las sabanas.
Esa voz. Nick.
Esto debía de ser una broma.
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Mantengo la respiración, mi pulso cardíaco aumenta y como primer instinto llevo ambas manos a mi boca, aprisionando los gritos que anhelaban salir de mi garganta.
Me abstengo de estallar en pánico.
No lo logro.
Mis propios pensamientos me traicionan.
En cuanto siento el aire regresar a mis pulmones me apresuro a buscar el móvil entre las sabanas. Mis manos me tiemblan, sin embargo, aún con todo el miedo predominando cada sentido de mi cuerpo me apresuro a colocar el aparato electrónico sobre mi oreja.
- Se que estas ahí, nena.
Su voz rasposa logra erizar cada vello de mi piel, haciéndome sentir mucho mas vulnerable.
- Es mejor que me respondas, porque, si no lo haces... - Se escuchó un movimiento brusco a través de la linea, seguido de éste, un grito ahogado. -Tu lindo rubio sufrirá las consecuencias...
Mi corazón dio un vuelco al escucharle. Le estaba haciendo daño, estaba lastimandole y me ponía de los mil demonios saber que yo no podía hacer nada.
- ¡Déjalo de una maldita vez!
Lo escuche reír con malicia.
-Descuida, el estará bien, de hecho... tu deberías preocuparte por cosas aun mas importantes. Al parecer olvidaste cerrar algunas ventanas, ¿no crees? Alguien podría entrar y... - Sus carcajadas psicóticas me tomaron por sorpresa.
No sabía en qué momento me había puesto de pie, solo caminaba temerosamente por la habitación, asegurando que las ventanas estuviesen perfectamente cerradas como las había dejado momentos antes.
- No, no - otra molesta carcajada perforó mis oídos - ¡No pongas esa cara, linda! Todo está cerrado, no te preocupes.
Mis ojos se abrieron aun mas de lo normal. Ya no era capaz de analizar lo que pasaba, solo me había quedado estática dudando entre la posibilidad de que el estuviese viéndome justo ahora.
-¿Que es lo que quieres!? - grité. Mi voz había sonado tan jodidamente temblorosa...
Sabía que estaba sonriendo en este momento, y eso no hacía mas que fastidiarme.
-Pensé que ya lo sabías, nena...
-Dilo de una maldita vez. - bufé. Estaba dispuesta a soltarle un par de palabras, solo que mi cuerpo no ejerció ningún movimiento ante los leves golpes en la puerta principal de la planta baja.
Caminé temerosa hasta la planta baja, alumbrando el pasillo con tan solo la tenue luz del móvil, pero aun así chocandome con todo y echando maldiciones silenciosas cada vez que me golpeaba.
Antes de abrir la puerta corrí hasta la ventana, observando sigilosamente quien se encontraba fuera de esta. Suspiré. Solo se trataba de Mandy, la misma zorra que Ross se cogía frente a mis ojos siempre que la traía a casa.
Abrí la puerta. Y ahí estaba ella, con su cara de puta frente a mis ojos.
- ¿Qué haces aquí?
- Pensé que ya sabías, ¿no te ha contado Ross sobre nosotros? - sonrió con malicia - Oh, cierto, olvidaba que el chico muy apenas quiere verte, lo siento.
Bajé mi rostro, ocultando lo mucho que me habían dolido aquellas palabras.
Mi corazón. Sentía como si lo hubiesen extraído de mi cuerpo, exprimiendo cada uno de mis sentimientos frente a mis ojos.
Alcé la vista y, en cuestión de segundos, la confusión se había reflejado en mis ojos. Sus manos en sus bolsillos. Una jeringa. No había tenido tiempo a reaccionar cuando ya el líquido amarillo se encontraba corriendo por las venas de mi cuello. Sentí un dolor inmenso y golpee su rostro en cuanto pude safarme de su agarre.
La escuche gruñir. Me di la vuelta para volver a casa, pero poco a poco las imágenes a mi alrededor se iban distorsionando, todo se volvía borroso, oscuro. De pronto ya no podía estar de pie y tan solo sentí como el suelo se elevaba para recibirme. El pavimento estaba frío. Y de pronto solo escuché voces.
- Buen trabajo.
- No es nada, kayla.
Y ya no pude escuchar más, ni quería hacerlo.
Mi cara contra el concreto, mis ojos cerrados contra el piso... Ya no era consciente de nada. Solo sabía que había vuelto a ser traicionada, y cuanto dolía, joder.
*****
Holaaaa!
Como han estado?*Vamos, no me fui por mucho tiempo* (respondiendo a los regaños)
Instagram: @marilynch9 las espero por ahí ✨🙈
Gracias por soportarme y esperar, enserio son l@s mejores!! ❤
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Prohido Enamorarse ll | Ross Lynch
Fanfiction2da temporada de "Prohibido Enamorarse" Créditos de portada : @wildnix ❤