Estaba viendo American horror story por quinta vez cuando mi celular vibró de nuevo. Ya no intentaba llamarme, después de una docena de llamadas entendió que no le contestaría, pero aún estaban los mensajes.
Mi celular me observaba como una especie de tentación, mirar uno no me haria daño.
Vivianne, perdón. No se como reparar lo que hice, no puedo creer que te pierda de esa manera...Te extraño demasiado.
Infidelidad. Algo que nunca perdonaría, si lo pasará por alto, volvería y sería más destructivo. Aunque era bastante improbable viendo mi estado actual. Llevaba casi cuatro semanas recluida viendo series.
Mis mejores amigos se habían vuelto Netflix y helado. Eran una fórmula infalible. Por supuesto el dolor no se había ido, era algo permanente. Podría decir que a más días sentía el dolor un poco más sordo. Pero obviamente mis hermanas llegaron a sacarme de mi pesadumbre.
-Por Dios mujer, que no murió nadie- Me sonrio Lulú- A menos que quieras que me encargué del bastardo, eso me haría muy feliz.- Se cogió las puntas de su cabello y se abalanzó a mi cama- Tienes que abandonar al tío Netflix y ver qué presa hay por ahí.
-Vistete y salgamos a arrasar-Dijo Julianne mientras se miraba en mi espejo cuerpo entero- Ya te dejamos en tu miseria un buen tiempo, así que ahora podemos salir- Eso si lo podría aprobar.
Ya era suficiente me había sumido demasiado tiempo en la universidad y netflix, para evitar ciertos lugares y por supuesto eso me ayudaba a no pensar. Pero creo que si ya era tiempo de salir aunque solo fuera a despejarme.
Estaba lista en menos de 30 minutos, en un ceñido vestido gris que resaltaba mi piel canela. Era clásico pero bastaba, hoy queria arrasar. Tenía que tomar aire fresco y sacarme de la cabeza a Andy al fin. Me vi en el espejo. Alta, delgada, mi cabello negro recogido en una coleta, labios delgados, ojos cafes con un poco de rimel y pecas.
Sentí que hace mil años no salía.
Tomamos un taxi hacia el lugar que conocía Lulú. Se lo había recomendado un amigo porque tenía actividades singulares cada viernes. Ya estaba repleto cuando llegamos, la gente se aglomeraba en la puerta. Ese lugar deberia ser un infierno al entrar.
Un guiño de Julianne al grandulon de la puerta bastó para pasar.
Mis hermanas eran bastantes diferentes. Julianne era baja, de caderas anchas como mi mamá, cabello largo y castaño oscuro, una nariz respingada y labios gruesos. Mientras Lulú (Su nombre era Lucianne pero lo odiaba) era alta y delgada como yo, cabello castaño claro y bastante largo. Con ojos color miel.
Estaba en lo correcto. El calor era asfixiante. Había mucha gente. Encontramos una mesa en una esquina cerca a la tarima tenía mullidos sillones.
- Primero un trago juntas- Le brillaban los ojos a Julianne.
Nos tomamos una ronda de chupitos mientras observaba el lugar, todo estaba decorado con blanco y negro, las luces ayudaban a darle vida y color. Ademas, la decoración ochentera generaba un ambiente acogedor. Siempre empezabamos bailando solas, los chicos llegarían después, estaba desinhibida por el licor y por las ganas de liberarme de todo.
Ya iba por mi cuarto tequila.
De pronto una mano tomó mi cintura.
-Guapa ¿Quieres bailar?- Era un chico bastante alto y estaba impecable pero la verdad, quería seguir bailando sola. Así que se lo dije.
-No, gracias- Le sonreí.
Su expresión cambio, noté lo que parecía molestia. Se alejó hacia la multitud sin decir más.
ESTÁS LEYENDO
Simple Colors
Short StoryQue pasaría si un día encuentras a tu novio siendo infiel, ves como tus planes se van a la basura, pero luego te encuentras con la chica con la que te fue infiel y ella tiene el descaro de retarte. Pero ella trae consigo un lindo chico de ojos grise...